Los días se sentían como semanas, y las semanas como meses. El tiempo parecía correr en cámara lenta cuando de estar lejos de Min Yoongi se trataba. Jimin estaba en el auto junto a su hermano. Tenía puesto un solo auricular, por el cual escuchaba música suave para no pensar en lo que ahora significaba subir a un auto para él. Por eso, pudo escuchar perfectamente a Ji Hyun.
—¿En qué piensas?
—¿Por qué?
—Te ves... extraño. Desde hace días, de hecho.
—No me pasa nada.
—¿Quieres hablar de algo conmigo?
—No, gracias.
—Es por Yoongi, ¿Verdad?
Lo miró.
—Ah, ya podrás verlo de nuevo. Supongo que hyung es así, ¿No?
—¿Cómo?
—Tan genial, que hace que te encariñes mucho en poco tiempo. Tengo que admitir que no lo traté bien a la primera, pero fue imposible no haberme vuelto cercano a él.
—Sí, me dijo algo así, creo. No lo recuerdo bien.
—No... recuerdas bien casi nada, últimamente.
Jimin se encogió de hombros.
—Oye, hyung...
—¿Qué?
—Mira por la ventanilla.
El muchacho obedeció, y sus ojos se iluminaron. Mientras el vehículo se detenía poco a poco, pudo ver que en el escalón frente a la puerta de su casa se encontraba Min Yoongi. Sostenía su rostro entre sus manos, y daba pequeños golpecitos con sus pies en el suelo. Había una bolsa enorme a su lado. Tras haber visto el auto, sólo miró en dirección al mismo con un poco de timidez.
Para sorpresa de todos, Jimin bajó del auto y corrió hasta quedar frente a Yoongi, quien se paró y lo miró con una sonrisa, siendo abrazado rápidamente por el otro joven. Él correspondió enseguida.
—Ah, Jiminnie, te extrañé mucho.
—¡Y yo a ti!
El más chico no quería soltarse de aquel abrazo, pero no sólo porque realmente haya extrañado a su amigo, sino también porque se sentía avergonzado tras haber mostrado tanta euforia luego de haberlo visto. Sin embargo, se separó y carraspeó, evitando su mirada.
—No sabía que no estaban.
—¿Esperaste mucho? —preguntó la señora Park mientras se acercaba a abrir la puerta.
—Sólo unos veinte minutos.
—Oh, cariño... ven, pasa.
El muchacho obedeció, y luego de haber saludado a todos y de haberles dado los regalos que había traído para ellos de sus vacaciones en aquella bolsa enorme, siguió a Jimin hasta su cuarto, escaleras abajo. Se sentó junto a él en su cama y le sonrió con dulzura.
—¿Qué pasa? —se sonrojó.
—Ya... te ves mucho mejor.
Las manos de Yoongi subieron hasta el rostro del menor. Las yemas de sus pulgares acariciaron con suavidad sus mejillas, en donde antes habían unas notables marcas de golpes y rasguños. Jimin cerró sus ojos sin pensarlo, y no quiso sentir absolutamente nada, pero fue inútil. Por más que lo intentara, los constantes golpeteos de su corazón en su pecho no se detenían.
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Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©
FanfictionUna foto y un nombre. Sólo con eso contaba Min Yoongi para emprender una importante y riesgosa búsqueda. La búsqueda de un completo extraño.