Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©

Capítulo 53

Jungkook detestaba tener cosas que hacer luego del trabajo. Cada vez que sus jornadas llegaban a su fin, él se encontraba tan exhausto que solamente deseaba llegar a su casa para cenar y dormir. Sin embargo, ahora debía ir junto a Jimin por su auto, que estaba en reparación y, al parecer, ya estaba listo.

Ya en el taller, los dos chicos se aproximaron al vehículo, que estaba aparcado entre otros tantos. Así, luego de haber cruzado unas palabras con el mecánico, se despidieron de él y Jungkook abrió la puerta del conductor.

—De verdad tenía los frenos cortados...

—Sí, y también conseguí las grabaciones de la cámara de seguridad.

—A pesar de estar loco, eres listo, Jimin.

—Gracias, supongo...

—Por cierto... dijiste algo sobre el tipo. ¿Qué había hecho?

—¡Oh! ¡En el asiento trasero!

El pelirrosado abrió la puerta de atrás y, tal y como esperaba, halló allí una posible pista: una libreta. Curioso, la tomó entre sus manos y la abrió. La hojeó con cuidado, pero estaba en blanco.

—¿Era eso? —preguntó el menor— Se le debió haber caído.

—No, no se le cayó. Yo mismo lo vi en el video, él estaba a punto de irse. Después, sacó de uno de sus bolsillos, volvió a abrir la puerta y la arrojó dentro. Estaba bien claro, no pudo haber sido por accidente.

—Algo debe tener, entonces. Dámela.

Jungkook tomó entre sus manos la libreta y comenzó a revisar hoja por hoja. Cuando llegó a la mitad, se detuvo y frunció el ceño. Lo que estaba leyendo no tenía sentido.

—Ah, creí que realmente había visto algo.

—¿Qué cosa? —se acercó para leer, junto con el otro, lo que allí estaba escrito.

"355523N1283858E/190326"

—Son simplemente unos números. Tal vez nos hizo buscar esto para despistarnos, tal vez se le cayó o es un amante de... escribir cosas porque sí —se encogió de hombros.

—Lo llevaré conmigo y averiguaré de qué se trata. No creo que no tenga sentido. Algo tiene que significar.

—Si de verdad tienes razón, esos números tienen un significado coherente y, además, lo descubres, prometo que te haré un gran, gran regalo.

—Yo también te debo uno. Ya van dos veces en las que no puedes ir a casa directo del trabajo por mi culpa.

—Sí, pero gracias a la primera no he muerto, supongo. Si no me mataba el tipo dentro del auto, habría tenido un accidente... o ambas cosas.

—También pensé en eso. El estacionamiento se encuentra mucho más elevado que la calle, y está rodeado por vallas de madera. Tranquilamente, el tipo pudo haberme hecho algo y tirado el auto hacia abajo para que, quienes investiguen todo, noten primero los frenos rotos.