Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©

Capítulo 7

Era muy temprano en la mañana. Yoongi estaba durmiendo, hasta que sintió cómo unas suaves manos lo movían para que se despertara. Al abrir los ojos, se encontró con la señora Park, a quien apenas podía ver, debido a la oscuridad del cuarto en el que se encontraba.

—Despierta, cariño. Ji Hyun ya saldrá para ir a la universidad.

—Gracias, señora Park.

Luego de que la mujer se hubo marchado, él se sentó en la cama. Frotó sus ojos deseando haber podido dormir más, pero sabiendo que tenía cosas más importantes que hacer.

Después de haberse cambiado y de haber tomado su desayuno, Yoongi salió junto al menor de los Park hacia la institución. De todas formas, se separarían en cierto punto, ya que Ji Hyun y Jimin estudiaban en lugares diferentes.

—Hyung, ¿Qué vas a hacer?

—¿Por qué?

—Bueno... no tengo diez años. Escuché lo que contaste ayer, eso de los chicos que hablaban de ti.

—No lo sé.

—Eres muy valiente, ¿Lo sabías? Sé que es mi hermano, es por eso que me duele decir esto, pero yo no podría hacer lo mismo que tú. No me atrevería.

—No lo soy. Estoy aterrado.

—Pero aún así lo haces. Eres genial. Espero que Jimin y tú puedan ser grandes amigos.

—¿Crees que le caería bien?

—¡Es Jimin! Si te acercas con una sonrisa, él ya te creerá su amigo ¡Imagínate cómo sería contigo! Incluso sin conocerlo, estás dando lo mejor de ti para salvar su vida.

Yoongi sonrió mínimamente. Le gustaba la idea de salvar a Jimin, pero mucho más la de llegar a conocerlo bien; de ser cercanos.

Porque sí: incluso sin haberlo conocido, se había encariñado.

Y tal vez —sólo tal vez—, lo quería un poquito, pero nunca lo admitiría frente a Jungkook.

Los minutos pasaron, y ambos llegaron a la universidad. Ji Hyun se marchó hacia el camino que lo llevaba al establecimiento en donde estudiaba, y Yoongi se detuvo a observar a todos desde su lugar. Algunos rostros eran nuevos para él, mientras que otros ya eran conocidos, aunque sea por haberlos visto sólo una vez. Sin embargo, pudo reconocer a alguien. Era uno de los chicos que estaba con el supuesto culpable, aquel que lucía inseguro e incapaz de mentir frente a Yoongi, si este le hacía alguna pregunta. Por eso, aprovechó y se acercó a él.

—Disculpa, buenos días.

—Buenos días —frunció el ceño.

—Lamento molestarte ¿Puedo hacerte unas preguntas?

El muchacho palideció de pronto, balbuceó un par de veces y se alejó dos pasos hacia atrás.

—Perdóname, pero tengo que ir a clases.

—Es sólo una pregunta.