Capítulo 10

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Yoongi cortó la llamada con el señor Park, la cual había iniciado en cuanto se hubo adentrado a la ciudad en la que el hombre y su familia vivían. Estaba ya a unas pocas calles de distancia de su casa, y se sentía realmente ansioso por llegar. Quería que Jimin por fin estuviera con su familia; que todo pudiera volver a la normalidad... al menos, en lo posible.

El pelinegro miró a su lado y lo vio. Jimin estaba sobando suavemente sus muñecas mientras hacía muecas de dolor. Estas estaban moradas, debido a la fuerza con la cual habían amarrado las sogas alrededor. Yoongi, con cuidado, apoyó su mano derecha sobre las de él. Lo sintió estremecerse, pero, aún así, le hizo suaves mimos.



—Te harás daño, Jimin. Sé que duele, pero no tienes que hacer eso, ¿Está bien?



Silencio. Algo que, a pesar de haberse conocido hacía apenas un par de horas, se había vuelto una respuesta característica por parte del menor.



—Ya estamos aquí. Mira, tu papá nos abrió la puerta, tal y como te dije.



Yoongi avanzó unos metros y entró el auto a la cochera. Bajó y cerró la puerta del lugar. Una vez hecho aquello, procedió a bajar a Jimin. Pasó uno de los brazos del menor sobre sus hombros, y lo tomó de la cintura, ayudándolo a pararse y a caminar. Escuchó unas quejas de dolor y se preocupó.



—Está bien, lo siento, tranquilo. Te ayudaré.



Dicho aquello, decidió que era mejor tomarlo en brazos, y así lo llevó hasta adentro, en donde toda su familia lo estaba esperando. Cuando lo vieron, sintieron deseos de correr hacia él y de abalanzarse, pero sabían que no era lo mejor. A pesar de su emoción, se acercaron de forma lenta y tranquila.

Yoongi dejó a Jimin sobre uno de los sillones de la sala. Todos lo abrazaron y llenaron de besos entre lágrimas de alivio y felicidad. Pero todo esto se volvió preocupación al ver que, tras todas aquellas muestras de afecto, Jimin aún seguía con la mirada perdida.

Con lágrimas en los ojos, su mamá miró a Yoongi, como preguntándole qué le pasaba.



—Ha estado así desde que lo vi. No ha hablado. Sólo... me dijo "por favor, no" cuando entré al cuarto en donde estaba, pero apenas pude escucharlo.

—Dios mío... —sorbió por su nariz— mi bebé... mi bebé está tan herido, tan delgado... ¿Qué le hicieron a mi bebé?



La señora Park abrazó a su hijo y se deshizo en lágrimas. Su esposo se acercó a Yoongi y lo atrajo en un abrazo de costado.



—No se preocupe, señor.

—¿Qué?

—En el camino, llamé a un amigo. Él le avisó a la policía de Daegu. Ellos ya están investigando la casa. Es muy probable que el culpable sea detenido inmediatamente. Lo tenía vigilado con cámaras que pudieron haber captado todas las torturas. Lo siento.

Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora