Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©

Capítulo 2

La señora Min caminó hasta la mesa y le sonrió a su hijo menor. Acarició con mucho amor sus cabellos, y presionó uno de sus hombros, llamando su atención.

—¿Quieres un poco más, cariño?

—No, gracias. 

—Pero aún falta para que vayas a trabajar.

—Lo sé, es sólo... —suspiró— no quiero más.

La mujer miró al piso. Luego, tomó una silla y se sentó junto a él.

—Yoongi... ¿Por qué no vuelves a casa? —le mostró una triste sonrisa— Sabes que estarás más tranquilo. Yo podría ayudarte cuando vuelvas cansado, y podríamos estar juntos más tiempo, antes de que debas ir al--

—Mamá, ya hablamos de esto —frotó su cara con ambas manos.

—Ya sé, pero es difícil. Además, tu hermano fue el primero en haberse marchado, y sólo quedabas tú. Ahora, además de tu situación, te mudaste solo. Nunca creí que los extrañaría tanto. Siempre serán mis bebés.

—Llámalo a él para que vuelva a vivir aquí.

—Ya tiene una familia, Yoongi. No podría hacer eso.

—Sólo bromeaba —rió—. Escucha, esto es necesario. En algún momento debía irme e independizarme. Ya soy un adulto. Y yo también te extraño, pero no voy a volver. Aparte, no digas esas cosas, ¿Cómo se sentirá papá al respecto?

—Ya estoy acostumbrado, hijo. Ella no me quiere.

—No seas tonto —gruñó la señora—. Sabes a lo que me refiero. Tú también te sientes igual.

El hombre se removió incómodamente en su silla. Sabía que aquello era cierto, pero no le gustaba que sus sentimientos se vieran demasiado obvios. Por eso, cubrió su rostro con el periódico que tenía entre sus manos, y pretendió estar leyendo.

—Papá, ¿Es eso cierto?

—Bueno, puede que se extrañe un poco que andes molestando por aquí...

—¡Ey! ¿Qué cosas dices? —se paró.

—¿A dónde vas?

—Madre, pareces un oficial de policía. Tan sólo me paré para estirar un poco las piernas... y puede que para ir a ver un poco de televisión, antes de irme.

—Esa porquería arruina tu vista. Debes dejar de mirar tanto.

—¿Por qué, si hay programas tan buenos?

—Es pura basura que te idiotiza, Min Yoongi.

—Qué gruñón estás hoy, papá.

El joven salió del comedor entre risas, y encendió la televisión. Estaba puesto en el canal de noticias.

—Yoongi, olvidaste ayudarme a levantar las cosas de la mesa —dijo la mujer desde la otra habitación.