Capítulo 28

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El reloj dio las nueve menos cinco de la mañana. La gente ya había comenzado a ingresar a la sala en la cual se llevaría a cabo el juicio. Jimin tomó asiento junto a su abogada y miró hacia atrás. Todos los que declararían a su favor estaban ubicados detrás de él. En cuanto volvió a ver hacia adelante, una mano se posó sobre su hombro. Esa persona también apoyó su mentón sobre la misma y lo miró de costado. El pelirrubio giró su cabeza y sonrió al haber visto a Yoongi tan cerca.



—¿Estás bien?

—Sí, hyung —rodó sus ojos.

—Lo siento.

—¿No que no estabas nervioso?

—No lo estoy, pero el hecho de que no empiece me está impacientando. Quiero ver ya el momento en el que les den la sentencia que se merecen para poder estar tranquilo.

—Apenas está entrando la gente, ya va a comenzar.

—Ah, lo sé.



Yoongi volvió a su lugar y Jimin negó con la cabeza. Le parecía tierno cómo el mayor se quejaba y puchereaba como si fuera un chiquillo. Sin embargo, se puso más serio en cuanto vio pasar a unos policías que llevaban a unas personas hasta unos asientos que quedaban del otro lado del pasillo, en la fila de sillas que estaba paralela a la suya. Sintió cómo su sangre se helaba tras haber visto los rostros de los presentes. Entre los acusados, Seung Ho y su grupo de amigos estaban allí. El chico de a ratos miraba con odio a Jimin y a Woo Shik, quienes habían decidido seguir adelante a pesar de sus amenazas. Pero por otro lado, vio a alguien a quien deseó no haber reconocido: el hombre que lo había tenido encerrado en el sótano de aquella casa.

Los recuerdos volvieron uno tras otro en la mente de Jimin a una velocidad increíble. Incluso había recordado cosas que ni siquiera creía que serían posibles, como el hecho de que Seung Ho haya visitado la casa varias veces y que haya sido también partícipe de los abusos y torturas. Su frente comenzó a sudar. Tanteó sobre el escritorio frente a él y bebió de un trago el vaso con agua que le habían ofrecido. La señorita Shin, su abogada, acarició suavemente su espalda.



—¿Todo en orden, Jimin? Te ves alterado.

—N--no, es... recordé todo al verlos. E--eso es bueno, ¿Verdad?

—Lo es... pero eso no responde a mi pregunta. Podemos posponer esto y empezar cuando te sientas listo, no habrá ningún problema ¿Quieres que vaya a hablar con el juez?

—No, está bien.

—Cualquier cosa, me avisas.

—Gracias.



Jimin estuvo a punto de hacer una pregunta, pero el juez se presentó en su lugar, haciendo que los suaves murmullos que se oían en la sala se convirtieran en un silencio sepulcral, de esos en los cuales se podría escuchar hasta una pluma cayendo al suelo. El hombre acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz. Este dio inicio a la sesión, cediéndole la palabra a su secretario, quien leyó las acusaciones.





—Siendo las nueve horas del día viernes 12 de agosto del año 2016, nos encontramos presentes en esta sala de audiencias en la cual se llevará a cabo el juicio que se instruye en contra de los acusados Oh Seung Ho y Cho Hyun Joong, por secuestro extorsivo, privación de la libertad, abuso sexual con ingreso carnal y práctica de juegos ilegales de azar; y Ha Young Jun y Ryu Sun Jae, por el encubrimiento de dichos crímenes. Estas acusaciones fueron hechas por los delitos cometidos en agravio de Park Jimin.





Jimin siguió escuchando el resto de las palabras, pero casi sin prestar atención. Estaba sumamente aterrado. Él era consciente de que había algo más, que no era solamente un secuestro sin razón, pero lo que Woo Shik le había dicho sobre el caso aún seguía dando vueltas en su mente. No sabía que había cosas tan oscuras detrás. Mucho menos que el hombre que, de alguna forma, había iniciado todo; aquel que había amenazado de muerte a Seung Ho en un inicio para que se le entregara su dinero, se encontraba prófugo.

Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora