Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©

Capítulo 44

La fiesta de cumpleaños seguía su curso. La noche había llegado muy pronto, y los invitados tuvieron que adentrarse a la casa de los Park para resguardarse del frío. Todos se encontraban en el comedor, charlando animadamente, mas Yoongi se había apartado un poco. Para ser más exactos, se había alejado hacia una de las ventanas que daba a la calle, la cual tenía un pequeño descanso con cómodos almohadones, en donde podía sentarse. Creyó que podría estar solo un momento, pero sintió la presencia de alguien junto a él. Cuando giró la cabeza, pudo ver a Namjoon, quien le sonrió agradablemente.

—¿No es esta tu fiesta de cumpleaños? ¿Qué haces lejos de todos?

—No quisiera hablar de ello. Vine porque necesitaba pensar un poco, es todo.

—Es por la propuesta, ¿Verdad?

Yoongi miró en silencio al muchacho, quien acomodó un mechón de cabello que molestaba en su frente.

—Jimin me lo dijo hace un rato.

—No es que no me sienta bien, estoy muy feliz, pero no esperaba que se fuera de ese modo. Tampoco esperaba decirle eso, simplemente salió, pero por algo fue. Sé que, en el fondo, realmente lo quiero. Lo quiero desde hace tiempo, a decir verdad.

—Entiendo...

—No le agradó en lo absoluto, ¿Verdad? ¡Ah! —cubrió con ambas manos su cara— ¡Debí haberme callado!

—No es eso, no... Yoongi, tú le gustas mucho ¿Recuerdas el día en que nos conocimos?

—Claro.

—Me pediste que describiera a Jimin. Ahora que volvió a ser quien era, pudiste verlo. Es brillante, extrovertido, positivo, divertido, atrevido... pero sigue teniendo esas pequeñas inseguridades que siempre fueron parte de él. No es... de tener relaciones amorosas. Sí, tuvo un par de parejas, pero no fueron para nada bien.

—¿Por qué?

—Eso él te lo contará algún día. No soy quién para decirte acerca de sus miedos.

—Algo me dijo él acerca de eso, en el pasado. Sin embargo, jamás lo explicó, y nunca había dicho que también tenía ese miedo conmigo.

—Lo tiene, pero no quiero que esto te confunda. Puede que no lo entiendas hasta que él te cuente la historia completa, pero si esos miedos son más fuertes contigo, es porque realmente te ama.

—Ah... —se avergonzó.

—Cuando tú no estabas... Yoongi, nunca lo vi tan deshecho. Lloraba casi todas las noches, no quería salir de su casa, se negaba a hablar con nosotros... hasta que le dijimos que era hora de salir adelante. Lo llevamos, aunque muy a su pesar, a sesiones de terapia; lo sacábamos a pasear a menudo y hacíamos lo que fuera necesario para que saliera adelante. Con el tiempo, volvió a ser el mismo, pero le faltabas tú. En cuanto te recordaba, volvía a transformarse en ese chico triste que extraña a su amor más grande, porque ese eres tú. Y no lo digo porque lo haya notado, sino que estoy tomando sus propias palabras. Tú salvaste su vida una vez. Ahora, puede que también salves su corazón.

—Sí que eres cursi —bromeó—, no has cambiado eso.

—No estoy jugando —afirmó, pero se carcajeó por lo bajo—, esto es en serio. Cuando vayan a Japón, si algo como esto vuelve a suceder, intenta comprenderlo, ¿Está bien? Ya llegará el día en el que podrá revelarte la verdad. Ahora, regresemos. Hay un chico, el que organizó la fiesta, que ha estado buscando al cumpleañero desde hace un buen rato.

Yoongi asintió y siguió al menor hasta el lugar de la casa en donde se encontraban todos. Y a pesar de que hubieran allí muchas personas, el pelinegro fijó su mirada en la del chico que tanto le gustaba, que también lo estaba viendo. Con una pequeña sonrisa, lo invitó a sentarse junto a él, lo cual aceptó enseguida y, cuando lo hizo, no pudo hacer más que esquivar su mirada.