Eran las ocho de la mañana. Jimin ya estaba listo, sentado sobre uno de los sillones de la sala de su casa junto a una de las ventanas. Espiaba a través de las cortinas para poder ver si Yoongi llegaba, pero no se atrevía a abrirlas. No quería que nadie de afuera pudiera verlo, mucho menos Seung Ho. Tragó saliva en seco y apretó sus ojos ante la idea de que pudiera pasarle algo más por causa de ese chico, y casi cayó al suelo por el susto una vez que sonó el timbre. Volvió a mirar por la ventana. Al ver que era Yoongi, suspiró con alivio, agarró sus cosas y fue a abrir la puerta. Una vez que lo hizo, sintió cómo el mayor lo estrechaba cálidamente entre sus brazos, como si no se hubieran visto en años.
—Hyung... ¿Qué pasa?
—Nada, sólo... —se separó— ¿Vamos? ¿Saben tus papás que te estás yendo?
—Sí, lo saben —rodó sus ojos.
—Lo siento. Es... por ellos, ya sabes.
—Sí, lo sé. No pasa nada. Vamos.
Después de que ambos chicos hayan subido al auto, el mayor comenzó a conducir. Encendió el estéreo de su auto en el cual había conectado su propia música (más que nada para evitar estaciones de radio que pudieran dar como noticia el juicio) y sonrió, mirando a su lado. Jimin miraba por la ventanilla.
—¿Estás bien? ¿Quieres dormir hasta que lleguemos? Es muy temprano, aún.
—No, no quisiera dejarte solo. De alguna forma lo estaría haciendo.
—Tú no te preocupes por mí. Y hablando de preocuparse... intentemos que hoy todo lo que nos molesta y nos hace sentir mal o inquietos se quede atrás.
—Lo sé.
Jimin dejó de recostar su cabeza en el vidrio para sentarse correctamente. Miró a Yoongi y cómo este, a pesar de haberle dicho que se tranquilizara, parecía estar pensando demasiado en sus cosas. Con un poco de timidez, estiró su mano hasta que esta estuviera sobre la del mayor, que estaba agarrando el volante. Rápidamente, el muchacho volteó a verlo con sorpresa.
—Acerca de lo que dijiste... lo que sea que estés pensando, también déjalo atrás.
—Gracias, Jiminnie.
Yoongi tomó por un momento el volante con una sola mano y puso la otra hacia arriba para poder entrelazar sus dedos con los de Jimin. Con una tierna sonrisa miró hacia adelante y deseó con todo su corazón que sólo por ese día pudieran tener el respiro que tanto merecían.
***************
El auto se detuvo cerca de media hora después. Yoongi bajó y observó feliz cómo Jimin hacía lo mismo y estiraba sus brazos. Caminó hacia la parte de atrás del vehículo, abrió el baúl y sacó de él las cosas de los dos.
—Bueno, tenemos un largo camino que recorrer. Si necesitas parar, me avisas ¿De acuerdo?
—Yo--
Jimin frunció sus cejas. Quería ser capaz de hacer todo solo, pero todavía algunas de las heridas en sus piernas dolían. Sabía que no podría soportar caminar por mucho tiempo. Suspiró.
—Está bien.
—¿Vamos?
—Sí, vamos.
Yoongi extendió su mano. Jimin la miró durante un par de segundos. En su mente sabía que esas cosas mínimas lo acercaban más a sus peores miedos. No quería escuchar las voces de su cabeza que le gritaban que parara, que evitara avanzar más y que no se enamore porque las cosas podrían arruinarse. Sin embargo, aún con mil dudas en su interior, la tomó.
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Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©
Fiksi PenggemarUna foto y un nombre. Sólo con eso contaba Min Yoongi para emprender una importante y riesgosa búsqueda. La búsqueda de un completo extraño.