Capítulo 32

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El autobús llevaba ya un buen trayecto recorrido hasta ese momento. Yoongi, desde que se había subido a él, no había dicho palabra alguna. Podría haber sido comprensible, ya que desconocía a todas las personas que viajaban junto a él, pero el muchacho tenía sus propias razones para sentirse decaído.

El vehículo estaba lleno de jóvenes adultos con el mismo destino. Casi todos ellos se encontraban charlando con sus compañeros de asiento.

Casi todos, porque Soo Bong, un joven de veintidós años, con castaños cabellos y diminutas pecas en sus mejillas no hacía más que ver al desanimado chico que estaba ubicado a su derecha.

El muchacho jamás había sido callado. Adoraba charlar y hacer amigos, pero quien estaba junto a él no ponía absolutamente nada de su parte para que eso pasara. Solamente recostaba tristemente su cabeza contra el vidrio de la ventanilla, mientras veía pasar los autos y caer las gotas de lluvia, que había comenzado hacía unos instantes. Por eso, en un intento de acabar por completo con su aburrimiento, carraspeó, llamando la atención de ese pobre pelinegro.



—Hola.

—Hola.

—Me llamo Yoo Soo Bong, ¿Y tú?

—Min Yoongi.

—No te ves muy emocionado por haber venido...

—¿Tú sí lo estás?

—¡Por supuesto! No sé si sea el caso de todo el mundo, pero estuve esperando mucho tiempo para que llegue este momento. Realmente quería que llegara.



Yoongi no estaba muy de ánimos como para hablar con un desconocido. Sin embargo, no quería ser descortés con él. Tampoco quería seguir deprimiéndose. Por eso, enderezó su postura y miró al otro a los ojos.



—¿Por qué?

—No lo sé... desde pequeño, siempre quise dedicarme a la milicia. Ahora que llegó la hora de cumplir con el Servicio, podré verlo más de cerca.

—Te tiene que gustar muchísimo como para que tomes la decisión de dedicarte a eso.

—Pues... sí. Todos me felicitan por esto, pero siempre terminan preguntando si podré soportar estar lejos de todos. Y yo creo que todas las profesiones tienen sus propios sacrificios. Ese sería el mío.

—Si estás dispuesto a hacerlo, entonces deberías seguir adelante. Eres muy valiente por haber hecho tal elección.

—Gracias ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo te sientes?



Yoongi soltó un lastimoso suspiro, gesto por el cual el otro pudo deducir que no se sentía tan cómodo al respecto.



—No querías venir, ¿Verdad?

—Sí quería. Bueno... sabía que tenía que hacerlo, estaba bien con ello, pero conocí a una persona de quien no me quiero alejar.

—Ah, conociste a una chica, ¿Verdad? —alzó reiteradas veces sus cejas.

—No, exactamente. Es más bien... un chico.



Tras haber dicho esto, Yoongi gruñó. Sabía que comenzaría a hablar al respecto, pero también sabía que detestaba hablar sobre sus sentimientos. Mucho más con gente desconocida.

Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora