Un nuevo y último receso había comenzado. Jimin sentía que iba a explotar. Haber revivido aquellos horribles momentos de su vida lo había destrozado por completo. Sumado a eso, no se sentía cómodo con tanta gente a su alrededor. Más allá de que toda su familia y amigos estuvieran allí para apoyarlo, de alguna forma, se sentía extremadamente ansioso, de la peor manera posible.
Yoongi no quería hacer mucho. Sabía que no sería lo ideal. Por eso, sólo se limitó a sostener sus manos y a mirarlas con atención. A decir verdad, él también estaba bastante nervioso.
—Jiminnie... ¿Quieres ir afuera?
El nombrado negó con la cabeza. Asustado, miraba cada tanto de reojo a los acusados. Temía que los culpables saltaran de sus asientos y lo atacaran. Ante aquel pensamiento, se estremeció.
—Tranquilo —besó su frente.
—Ah, tortolitos —dijo Hoseok, sentándose junto a Yoongi.
El pelinegro se sonrojó, mas no dijo nada. Miró a Jimin para ver si aquel comentario lo había incomodado, pero este seguía con la mirada perdida.
—No sé cómo agradecerte lo que hiciste, Yoongi. A pesar de la distancia y de que haya sido hoy la primera vez que lo vi, Jimin es mi mejor amigo. No sé qué habría hecho si no lo hubieras encontrado.
—Ah, no tienes por qué agradecer. Yo... tampoco sé qué habría pasado —mordió su labio inferior.
—Escuché tu testimonio. No sientas culpa por haber seguido tu camino. Creo que nadie habría hecho lo mismo que tú.
—Pues... qué mal. Hay mucha gente en estas situaciones, e incluso en condiciones peores.
—Digamos que tampoco es lo ideal. Pudieron haberte matado.
—Pero si así lograba salvarlo, no me habría molestado.
—Eres un buen chico —sonrió—. De verdad me alegra que ustedes se hayan encontrado.
Yoongi vio nuevamente a Jimin, quien rascaba el dorso de una de sus manos casi con furia, debido a los nervios. Antes de que el mayor pudiera decir algo más, el juez regresó a su lugar. Todos hicieron silencio ante su presencia y lo miraron con atención. La gente que se había movido de sus respectivos lugares, volvieron a ellos inmediatamente.
—De pie para el veredicto —ordenó.
Los presentes involucrados en el caso obedecieron sus palabras. Se podía notar el temor en las miradas de los acusados, quienes ya veían venir de manera anticipada la privación de su libertad.
—Teniendo en cuenta los testimonios que hoy se dijeron, y la evidencia que se mostró, el jurado falla a favor de Park Jimin. En cuanto a los demandados, se les impondrán las siguientes penas por los crímenes que se cometieron...
Jimin clavó su mirada en el piso. Pudo escuchar los suspiros de alivio de sus seres queridos, pudo oír a su abogada, susurrándole contenta que habían ganado, pero también sintió una mano sobre su hombro. Ante aquello, se estremeció. Volteó lentamente y vio a Yoongi a los ojos, quien se encontraba dejando ir un par de lágrimas y mostraba una pequeña sonrisa.
—Ya todo terminó, Jiminnie —tomó sus manos—. Ya puedes estar tranquilo.
El menor se soltó suavemente y volteó para escribir en un papel. Luego de haberlo hecho, se lo entregó.
"¿Me acompañas afuera?"
—Por supuesto.
Dicho esto, el muchacho se disculpó con los presentes, ya que todos los conocidos del menor querían acercársele para felicitarlo y darle ánimos por haber ganado el juicio, y haber logrado la encarcelación de los culpables. De todas formas, luego de una breve explicación que los Park dieron a los demás, todos ellos comenzaron a marcharse poco a poco, dejando a los otros dos solos.
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Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©
Fiksi PenggemarUna foto y un nombre. Sólo con eso contaba Min Yoongi para emprender una importante y riesgosa búsqueda. La búsqueda de un completo extraño.