Capítulo 52

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Yoongi despertó ante la dulce sensación de unos esponjosos labios que dejaban besos desde su clavícula, hasta su barbilla. Sin pensar, se aferró más al cuerpo que al que se había abrazado toda la noche y acarició su espalda, indicándole que ya no estaba dormido. Una adorable risa sonó en la habitación.



—Buenos días, dormilón.

—Mmm...

—No te gusta hablar cuando apenas te despiertas, ¿no?

—Contigo es una excepción.

—Me siento afortunado.

—Lo eres —se carcajeó, todavía con sus ojos cerrados—. ¿Qué hora es?

—Todavía es temprano para que tengas que ir a trabajar.

—Ah, cierto, el trabajo... ¿no puedo trabajar desde aquí?

—Me temo que no.



Jimin lo miró atentamente. Le encantaba verlo justo como estaba: tranquilo, sonriente, sin problemas que lo mantuvieran despierto a la noche o algo que lo preocupara más que tener que levantarse temprano en la mañana. Era esa la principal razón por la cual sentía que debía seguir ocultando los descubrimientos que había hecho.

Y también sabía que algo tenía que hacer. No sabía qué, pero tenía seis días para detener al asesino. Contaba con ese tiempo para hacer algo que evitara que Yoongi saliera herido... o Jungkook.



—Ojalá pudieras.

—Sería cómodo, ¿no lo crees?

—Y estarías bien.

—Bueno... no era un mal ambiente de trabajo. Jungkookie dijo que los nuevos jefes son inclusos mejores, así que no me preocuparía tanto por eso —abrió por fin sus ojos y miró a Jimin directo a los suyos—. ¿Nos levantamos? ¿Qué quieres desayunar?

—Lo... lo que sea está bien.

—Genial.



Yoongi besó sonoramente la mejilla del menor, se levantó, se vistió y bajó las escaleras. Jimin tardó un poco más. Se sentó en la cama y se quedó un buen rato mirando a la nada. Quería estar con Yoongi y disfrutar los momentos junto a él, pero sabía que tenía cosas más importantes en las que pensar.

El pelinegro, ya en la cocina y preparando el desayuno, sonrió al haber escuchado unos pasos detrás de él.



—¿Ya te levantaste, perezoso? Ah, creí que no lo harías. Estuve a punto de llevar tu desayuno a la cama.



Silencio. Lo siguiente que sintió fue un abrazo desde atrás. Yoongi dejó lo que estaba haciendo y colocó sus manos sobre las otras dos más pequeñas, esas que conocía tan bien.



—No sé por qué siento que te sucede algo.

—¿Ya empezarás a trabajar, o es alguna especie de prueba?

—Empezaré, ya es definitivo. La única diferencia es que entraré a la mañana. Con un poco de suerte, Jungkookie logrará que me cambien por las tardes para que volvamos a estar juntos. De todas formas, esto no es permanente. Quisiera dedicarme a lo que realmente quiero hacer.

Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora