La escena en la cocina de Yoongi, podría decirse, era bastante extraña. Él lo sentía así. Aunque le agradara, no se habría imaginado jamás que estaría viviendo algo así tan pronto.
El pelinegro se encontraba preparando el desayuno. Miró de reojo hacia su derecha, y pudo ver a Jimin, quien tenía una mano en su hombro y, con la otra, hacía mimos en sus cabellos. Una dulce sonrisa estaba dibujada en sus labios, y pequeñas y suaves risas se le escapaban de vez en cuando.
¿Era aquello un sueño?
—Esto es raro —dijo de repente Jimin, coincidiendo con sus pensamientos.
—¿A qué te refieres?
—Creí que nuestro reencuentro sería diferente. No planeaba que me encontraras ebrio y desmayado. Tampoco que nos quedemos en silencio.
—Lo importante es que haya pasado, ¿No crees?
—Creo que no estás tan emocionado al respecto.
Jimin rió. Un toque de amargura y tristeza pudo notarse en su voz. Yoongi lo miró con sorpresa. Terminó lo que había preparado y comenzó a llevar todo a la mesa con la ayuda del menor.
—Lo estoy. Lo siento, Jiminnie. Es sólo... —suspiró— ha pasado mucho tiempo. Todavía no creo que estés aquí.
—Jiminnie... —repitió, disfrutando pronunciar cada parte de aquel tierno apodo— había extrañado eso.
—¿Qué cosa?
—Que me llames de esa forma.
Jimin dejó el último plato sobre la mesa, y se sentó en su lugar. Yoongi hizo lo mismo y tomó asiento frente a él, mirándolo con atención. Al haber notado esto, el, ahora, pelirrosado se paró de su asiento y se cambió a otro, justo al lado del otro joven.
El mayor tragó saliva pesadamente, pues tenerlo a tan corta distancia enloquecía su corazón de una forma en la que jamás se había enloquecido antes.
—T--te preparé una sopa que calmará tu malestar —dijo entre tartamudeos—. Sé que estás ocultándolo.
—Eres muy atento, gracias.
Jimin, entonces, se tomó el atrevimiento de besar con dulzura la mejilla de Yoongi, quien se congeló en su lugar por unos momentos. Sin embargo, volvió en sí en cuanto sintió que una de sus manos estaba siendo tomada por las suyas. Los pequeños dedos de Jimin tomaron la pulsera que el otro llevaba puesta.
—La estás usando...
—Lo hice cada vez que pude. Noté que tú también tienes la que te regalé.
—Tal y como lo pediste, no lo abrí sino hasta que llegó el día de mi cumpleaños. No me la he quitado desde entonces —sonrió—. Así, sentía que estabas conmigo. Pero ahora que realmente lo estás, nunca te soltaré.
Cuando Jimin estrechó entre sus brazos a Yoongi, hizo que pensara en mil cosas. Y tal vez una de ellas era que aquel muchacho a quien había vuelto a ver difería mucho del otro, ese que había conocido hacía unos años.
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Who are you, Park Jimin? [Yoonmin] ©
FanfictionUna foto y un nombre. Sólo con eso contaba Min Yoongi para emprender una importante y riesgosa búsqueda. La búsqueda de un completo extraño.