No me pidas que te ame

Cap. 13 "No voy a pertenecer a una puta banda"

-Punto de vista de Harry-

- Sr. Flint, de verdad, es el único día para hacer la prueba, déjeme salir.

Las clases se han acabado hace cuarenta minutos, pero gracias al puto Louis tenemos que estar encerrados en la jodida aula de castigo. Las pruebas han comenzado hace veinte minutos y no sé cuanto van a durar, pero seguro que no me van a esperar.

Realmente quiero entrar en el equipo, jugaba en mi otro instituto, yo era el capitán. No sé quién es el capitán aquí, pero poco le queda.

- Va, Flint, déjale- dice Louis-.

Giro la cabeza por encima del hombro para verle.

¿Por qué coño se mete?

Está sentado en una de las sillas del fondo con las piernas encima de la mesa de al lado. Vuelvo la mirada al profesor, que está sentado detrás de su mesa.

-Usted cállese.

Louis levanta los brazos rindiéndose y yo suspiro. El hijo de puta de Flint, me vuelve a mirar.

- Espere diez minutos más.

Su cara expresa indiferencia, hacia mí. Capullo.

Me dedica una sonrisa falsa y agacha la cabeza para seguir leyendo lo que sea que tiene en la mesa.

Me apoyo con las manos en el borde de la mesa, las aprieto con fuerza hasta que mis nudillos se vuelven blancos.

- ¿Algo más?

Le miro fijamente a los ojos, su sonrisa cínica desaparece, aparto las manos de la mesa y me giro para sentarme en la mesa del fondo pero al otro lado de Louis. No quiero ni verle, por su culpa estoy aquí.

Me siento en la silla, dejo los brazos encima de la mesa y apoyo mi cabeza en ellos. Resoplo fuerte y me muerdo el labio para guardarme toda la ira que tengo en este momento. Paro cuando noto el metálico sabor de la sangre en mi boca. Levanto la cabeza y miro mis manos, siguen rojas y con las esquinas de la mesa marcadas.

- Vale, váyase ya.

Levanto la vista al profesor, que sigue mirando su libro. Miro a Louis, que sigue apoyado en la pared y con las piernas encima de la mesa. Me hace un gesto con la mano para despedirse mientras intenta ocultar una pequeña risa.

- ¡Suerte!- grita desde su sitio-.

Sin contestar abro la puerta.

- ¡Tomlinson! Diez minutos más.

Es lo último que oigo.

Salgo al patio corriendo y ya casi no queda nadie. Mierda. Camino acia el campo de fútbol, alrededor de éste está la pista de atletismo. La cruzo y me acerco al entrenador, tiene una libreta en la mano, la mira y anota cosas mientras examina al único alumno que queda.

- ¿Aún puedo hacer la prueba?- digo en voz alta para que me oiga, ya que estoy un poco lejos para hablar normal-.

El hombre se gira, mira su reloj y hace una mueca. Me indica con la mano que me acerque y voy hacia él. El chico al que estaba examinando, que mucha pinta de deportista no tiene, se gira hacia nosotros y se para con las manos en las caderas.

- ¿Has jugado alguna vez?- me pregunta el entrenador-.

- En el instituto al que iba antes.

- ¿Eres bueno?

- Sí, era el capitán.

- Más te vale serlo, no he visto nada bueno en lo que llevo aquí hoy. El capitán del equipo es ese.