Cap. 54 "Confesiones de mediodía" (sin editar)

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-Punto de vista de Hannah-

- Hola...- canturrea Haley conforme abre la puerta y la cierra a su paso.

- Hola.- murmuro.

- ¿Qué pasa?- pregunta extrañada.

- ¿Sabes dónde está Harry?

- ¿Harry?¿Yo? No...- niega con la cabeza encogiéndose de hombros. La miro sin fiarme de su extraña respuesta.

- ¿Está con Natalie, verdad?

- ¿Qué?- pregunta abriendo muchos los ojos, muy sorprendida por mi pregunta.- ¿Esa zorra está aquí?

Y ahora sí que me creo sus palabras.

- La he visto por la ventana.- señalo aquel rectángulo de cristal.

- No, espera.- y sale por la puerta.

Esto está siendo demasiado extraño.

Cinco minutos después vuelve a aparecer por la puerta de la habitación.

- Ignórala, ha venido por Louis.

- ¿Enserio?

- Sí, o sea, también quería hablar con Harry pero él se ha negado.

Sonrío en mi interior y, ¿qué mierda? También en el exterior.

- ¿Y dónde está Harry?- pregunto frustrada.

Dios, no pensé que podría depender tanto de él. Pero es que si no está, me aburro, no soy yo, no sé pensar, respiro con pesadez, ya no sé vivir sin él, y no me gusta eso. Me gusta, pero no si no puedo estar todo el tiempo con él.

Haley sonríe.

- ¿Por qué sonríes?- su sonrisa se hace más grande.- Das grima.- digo con una mueca. Ella se ríe fuertemente echando la cabeza hacia atrás.

- Me voy, que esto tiene hambre.- dice acariciando su barriga, aunque aún no se le nota nada.

Río por como se refiere al bebé. Creo que yo lo haría igual. Me sonríe y se va.

Suspiro apoyando la cabeza en la camilla. ¿Dónde está Harry? Soy una jodida dependiente, ¡de Harry! Estoy loca. Miro mi móvil, pero tampoco sé qué hacer con él. Segundos más tarde llaman a la puerta. Levanto la cabeza rápidamente, emocionada por si es Harry. Pero enseguida pienso que Harry nunca llama antes de entrar así que desganada grito un "pasa". La puerta se abre y mis ojos parecen salirse de sus órbitas, mi mandíbula se va a caer en cualquier momento.

- Harry.- digo casi sin aliento.

Harry me dedica una de sus perfectas sonrisa mientras se acomoda su corbata. Sí, corbata. Una corbata negra que rodea su cuello, debajo una impoluta camisa blanca, encima de ésta una chaqueta negra de traje perfectamente planchada, así como los pantalones de traje, también negros, y sus brillantes zapatos del mismo color. En sus manos dos bandejas del hospital donde sirven la comida y encima de éstas una rosa.

- ¿Preparada para nuestra primera cita?- sonríe de medio lado.

Creo que no puedo sonreír más, pero no puedo parar de hacerlo. Asiento con rápidos movimientos de cabeza.

Harry se acerca a mí, con una sola mano coloca la tabla que hace de mesa por encima de mí, deja ahí las bandejas e inclina la camilla para que pueda quedar más recta. Aprovecha el acercamiento para besar mi mejilla suavemente, quedándose ahí por unos segundos, para después separarse con su brillante sonrisa. Coge la rosa y me la acerca, yo la cojo entre mis manos y le miro aún sin poder procesar todo lo que está pasando, sin dejar de sonreír. Él se vuelve a acercar y besa mi nariz, como ha hecho en mi mejilla. Aprovecho para en un rápido movimiento besar sus labios.

No me pidas que te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora