Hamilton me volvía loco, pero podía notar en sus ojos castaños el alcohol todavía surgiendo efecto. Era de contextura pequeña, por lo cual no se necesitaba mucha cantidad para mantenerla borracha. Ella me sonrió sonrojada ante mi proposición, sin embargo no se trataba de eso.
Me acerqué a la ducha y regulé el agua para que saliera tibia. Ella me tomó de los hombros y observó qué me mantenía tan ocupado. En cuanto sentí su tacto en mi piel desnuda me estremecí y la besé de nuevo, con fuerza. Ella me correspondió y su cuerpo mojado se pegó a mí. Sentí su lengua con sabor a vodka, y la tomé de la cintura pegándola a mi.
—Debes ducharte, así te sentirás mejor —le dije, cortando el beso. Ella asintió. Levanté sus brazos y le quité la remera, para luego sentarla y quitar su pantalón. Así, en ropa interior, la dejé en la ducha y salí del baño rápidamente.
Me quedé en mi habitación, sentado en la esquina de mi cama. No podía gustarme tanto una iniciada, no estaba bien, y aunque quisiera no podía estar con ella al menos hasta que sea una miembro de osadía. Me volvía loco, me daba ganas de besarla todo el tiempo por todo el cuerpo, y me encantaba verla pelear.
Quería verla todo el tiempo, y me sucedió tan gradualmente que cuando me di cuenta yo la buscaba por todas partes, en el comedor, en la sala de entrenamientos y hasta por los pasillos. Deseaba verla.
Cuando salió de la ducha lucía atractiva, la remera que le había prestado le llegaba hasta la mitad de su muslo. Se acercó hacia la cama, así como si no me notara, y se recostó boca arriba.
—Tus paredes se mueven —dijo riendo, y mirando hacia todos lados.
Me puse de pie y me acerqué hacia el interruptor para apagar la luz, ya preparado para salir de la habitación y dejar que descanse.
—Espera —me habló, por lo que me detuve para volverme y observarla—. Duerme conmigo.
—Será mejor que yo duerma en el sillón —respondí negándome. No quería darle vueltas al asunto, no iba a poder controlarme teniéndola conmigo.
—Me pides una ducha juntos y ahora me rechazas. Dios, Eric, es tan difícil coquetear contigo.
—Así que coqueteas conmigo, ¿eh? —le dije y ella ríe sin decir nada—. Nadie me había dicho que es difícil hacerlo.
Sin decir más nada, me acerco hasta ella en medio de la oscuridad y me acuesto a su lado. Mila se giró para observarme, y sin decir nada acomodó su cabeza sobre mi pecho.
Era una iniciada, me repetí, y no debería dejarla hacerlo, pero lo hago.
—Me gustas, Eric —me susurró con sus ojos cerrados y su voz cansada. Quise creer que era solo producto del alcohol, que en realidad ninguno siente nada por ninguno, pero no era así y eso me asustaba.
—Duerme —le dije en forma de orden. Comprobé luego de unos minutos que ella al fin se había dormido, su respiración era mas lenta y podía sentirla en mi pecho también. Su cuerpo estaba relajado y su pierna enredada con la mía—. También me gustas, iniciada. No deberías, pero lo haces.
No me había cuenta que me había quedado dormido hasta que Mila comenzó a moverme para intentar despertarme.
—¿Qué hago aquí? —me sacudió. Su cabello lucía despeinado, su maquillaje algo corrido, pero su sonrisa era todavía su sonrisa. El reloj marcaba las seis de la mañana y parecía que todavía no había amanecido.
—Dormiste aquí, ¿O no recuerdas nada, borracha? —le pregunté.
—Claro que recuerdo, bueno... supongo —dijo, haciendo una pausa—. Dios, espero no haber dicho nada vergonzoso.
![](https://img.wattpad.com/cover/133656352-288-k333964.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Soldiers - Eric/Divergente
FanfictionLa vida de Mila Hamilton no era digna de ser contada hasta que supo su verdadera procedencia. Su vida tuvo otro significado cuando, en su prueba de aptitud, Matt Hemmings le comunica que ella es divergente. ¿Cómo haría para sobrevivir en un mundo do...