Capítulo 18: Doble traición

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—Lo hiciste de maravilla hoy, Hamilton —dijo Eric tomándome de la mano y empujándome contra la pared más cercana en los pasillos vacíos del complejo, en camino hacia su habitación. Me besó en los labios ferozmente y acarició mi espalda—. Voy a admitir que estaba un poco nervioso.

—¿Nervioso por mi prueba? —le pregunté y él asintió —. Es decir que no confiabas del todo en mí, que bien Eric, que bien.

—¿Cómo es que siempre tuerces mis palabras? —me preguntó, alcanzándome y caminando a mi lado —. Me alegra que hayas quedado en primer lugar, te lo merecías.

—Soy mejor que tú, es por eso —respondí mordiendo mis labios. Eric soltó una risa, y finalmente seguimos caminando hasta llegar a la habitación. Yo me dejé caer en el sillón, mientras que él abría dos latas de cerveza.

—¿Qué sucede, con ese localizador? —le pregunté, mientras se acercó hacia mí y se sentó a mi lado entregándome una de las latas ya abierta. Bebí un sorbo y él hizo lo mismo mientras subía mis piernas en las suyas.

—Bueno, es algo que implementó Jeanine. No te preocupes, no hace nada malo si no ya te lo hubiera arrancado del cuello —respondió, bebiendo un largo sorbo con sus ojos cerrados—. Max no quiso decirme mucho, pero pude averiguar que mantiene dormidos a todos excepto a los divergentes. Planean utilizarnos para derrocar a Abnegación, así que si quieres podría proponer que te quedes conmigo, después de todo eres la mejor.

—¿Podría estar fuera del ataque? —pregunté. La verdad era que no sabía qué podría ser peor, pero como buena Erudita, debía conocer todas mis opciones y tener mi decisión final.

—Sí, Peter lo estará. A él no van a dormirlo, sino que van a dejar cuidando este complejo. De todas formas, lo que hay que destruir está en Erudición, desde allí van a controlarnos —respondió Eric, y bebió un sorbo más largo.

—Quiero ir yo —pedí, y Eric automáticamente negó con la cabeza.

—Es demasiado peligroso, ellos nos quieren lejos de allí para no levantar sospechas —respondió—. Sería mejor que te quedaras conmigo.

—¿Y cuál es tu misión? —pregunté curiosa.

—Mi misión es entregar a los divergentes a Jeanine, mientras busca algo en las casas de los Abnegados. Ella va a estar en una para recibirlos con un equipo y luego los llevará a la sede —me explicó. Ladeó su cabeza y se acercó para recostarse sobre mi estómago, dejando la lata de cerveza ya vacía en el suelo.

—¿Y qué podría hacer yo? —pregunté, desesperada —Eric, no podría salvar divergentes porque estaría Max y todos los demás guardias que tiene observando. Aquí está Peter despierto, y si me infiltro con los que estén bajo la simulación debería matar abnegados para que no me descubran. La mejor opción es ir a Erudición a terminar con todo esto.

—No, te lo he dicho. Es muy peligroso, Hamilton —me advirtió, mientras cubría sus ojos con uno de sus brazos para protegerse de la luz que le daba directo a él.

—Entonces me quedaré y me infiltraré. Ya tengo un plan —le advertí. Él se volvió a acomodar, para poder mirarme frente a frente. Yo puse mis ojos en blanco, a veces Eric podía ser un exagerado.

—¿Qué estás planeando en esa cabeza retorcida, Hamilton? —me pregunta. Yo me reí ante su comentario, pero le hablé seriamente.

—Puedo quedarme y fingir que los llevo para matar a algunos abnegados. Tal vez pueda salvar a unos, incluso al líder para que pudiera interferir en eso —respondí, encogiéndome de hombros.

—¿Y si te descubren?

—Supongo que tú podrías cubrirme. Estarás con Max todo el tiempo, y Jeanine estará ocupada con los divergentes que descubra —dije, como si fuera lo más lógico del mundo.

Soldiers - Eric/DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora