Capítulo 26: Sacrificio

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Despierto abruptamente porque Eric me sacude por los hombros. Lo miro extrañada por su actitud, mientras me levanto de la cama.

—¡Ya Hamilton! —ordena. Ni siquiera tuve que preguntarle qué ocurría. Comenzamos a correr, mientras iba subiendo el cierre de mi chaqueta en el camino.

—¿Qué sucede? —le pregunto. 

Eric corría delante de mí rápidamente, él conocía los pasillos de Osadía como la palma de su mano. Yo lo seguía, primero porque estaba oscuro y no sabía por dónde caminar, segundo porque el haber estado tanto tiempo fuera del complejo me hizo olvidar sus pasillos laberinticos.

—Parece que hay una simulación —jadea. 

Pasamos por el techo de cristal, por el puedo distinguir que no había salido el sol todavía y teniendo en cuenta que nos encontramos en invierno, calculé que no debían ser ni las siete de la mañana.
Luego me percate de algo más. Sobre las escaleras que iban hacia el techo y daban contra el abismo, había tres figuras.

Tres figuras a punto de caer. Eric y yo nos reunimos con la multitud que estaba frente a ellos.

Tenemos un mensaje para los divergentes. Esto no es una petición, es una orden. Sí no se entregan a la sede de Erudición, esto sucederá cada dos dias.

La voz de aquellas tres figuras era monótona, era claro que estaban siendo controlados por Jeanine. Ellos dieron un paso más y estaban a punto de caer. Dieron otro paso.

Una figura cayó al suelo y se transformó en un charco de sangre. Era Marlene. Inmediatamente me acerque a ella pero Marlene ya no estaba viva, puesto que mis dos dedos que ahora estaba en su cuello no recibían el movimiento del pulso. El cabello castaño y rizado de Marlene estaba cubierto de sangre oscura. El suelo estaba salpicado y sus ojos habían quedado abiertos.

Uriah suelta un grito desgarrador pero no se acerca, sino que sale de la habitación. Lynn se acerca hacia Marlene, y como ellas tenían una amistad más estrecha me alejo lentamente para darle privacidad.

Eric me pasa una mano por el hombro, pero yo me alejo intentando borrar la imagen de mi mente. Marlene haciéndose pedazos en el suelo, el niño veraz muerto de un tiro por Max, el cuerpo inerte de Max cuando Cuatro le dispara.

Sacudo mi cabeza como si eso me hiciera olvidar. Paso mi mano por mi frente que está sudada, y subo hacia las escaleras. Me cuesta, y me quedo sin aire pero lo hago. Cuando finalmente llego, distingo otras dos figuras. Christina estaba tranquilizando a una niña osada que no tendría ni siquiera edad para elegir facción, y la habian controlado para que quisiera matarse. En cuanto a Tris, tenía a Héctor el hermano menor de Lynn todavía de los puños, como si todavía pudiera caerse.

—¿Que sucedió? —pregunté. 

Tris solloza y se limpia las lágrimas con la manga de su camiseta. Me acerco a ella, mientras tomo a Héctor y lo ayudo a bajar conmigo las escaleras. El corre hacia Lynn. Tris, Christina y Kee (la niña a osada) o bajan detrás de mi.

—Ha sido una simulación —dice Tris sin mirar nada. Estoy segura de que evitaba tanto como yo ver a Marlene deshecha en el suelo.

Christina, Tris y yo comenzamos a alejarnos a medida que los líderes nuevos de Osadia intentaban dar el discurso de "celebrar" la vida de Marlene y su valentía. Crei que solo Max era tan estúpido para pensar eso pero al parecer todos los osados pensaban igual. El pasillo que daba al comedor estaba vacío a excepción de nosotras tres.

—Lo siento —dice Christina. Tris la mira por unos segundos con sus ojos cristalizados, parecía que iba a llorar. Quise dejarlas solas para que arreglaran (o no) sus diferencias, pero la verdad era que quería ser testigo de aquello y tambien quería contribuir para que podamos volver a hablar.

Soldiers - Eric/DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora