Capítulo 7: Los débiles

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Antes de dirigirnos a la cena de ese mismo día Chris, Will, Al y yo fuimos a visitar a Tris al hospital. El hospital no parecía uno realmente, era una habitación enorme y subterránea oscura con poca iluminación. Las camas estaban separadas en pequeños espacios y ninguna tenía privacidad en absoluta.

Tris llevaba el cabello aún manchado de su propia sangre y al parecer, estaba despertando.

—¿Todavía tiene el ojo morado? —preguntó Will acercándose a donde Tris se encontraba.

—Así parece —le respondí. Tris abrió un solo ojo, el otro que estaba casi negro quedó completamente cerrado. Su rostro estaba algo pálido o era el moretón violeta de su mandíbula que la hacía lucir así.

—¿Qué te ha pasado en el rostro? —le dijo a Chris mientras se acomodaba en la cama.

—Mira quién habla —respondió la morena riendo—. Deberíamos darle un parche. ¿Qué dices Mila?

—Bueno, ya sé que le paso a mi cara. Más o menos —respondió la rubia encogiéndose de hombros. Yo reí y negué con la cabeza.

—¿Haces un chiste en lecho de muerte, Tris? —reí.

—Deberíamos darte analgésicos más seguido si vas a hacer bromas —le respondió Will—. Ah y, respondiendo tu pregunta: le di una paliza.

—Aún no puedo creer que hayas perdido con Will —dijo Al en dirección a Chris, negando con la cabeza.

—Bueno, me sirvió para aprender —respondió Chris levantando ambas cejas—. Aprendí que para ganar, debo evitar que me den puñetazos en la mandíbula y estaré bien.

—¿Cómo te sientes, Tris? —preguntó Al de repente. Por mi parte, robé una de las botellas de agua que se encontraba en la cama cercana y la bebí.

—Bueno, me siento bien. Solo quiero quedarme en un lugar donde no deba verle la cara a Peter —respondió, mientras se trenzaba su cabello y quitaba los mechones del mismo que caían sobre su rostro y posiblemente la molestaban.

—Ah, no te preocupes por él. Edward le dio una paliza luego, ese chico es más sádico que él, con eso de combate cuerpo a cuerpo —le dijo Will para tranquilizarla. De todas formas, nadie quería ver a Peter así que supongo que ahora todos querríamos a Edward.

—Sí, es que lleva practicándolo desde niño por diversión —explicó Chris—. Bueno, creo que nos iremos antes de perdernos la cena. ¿Te traemos algo?

—No, gracias. Deberían ir— respondió Tris sonriendo como ella pudo, de seguro las marcas de los golpes en la mandíbula debían dolerle como el infierno.

—Ah Tris, te has perdido el anuncio que Eric dio luego de las peleas——recordé y le avisé. Tris me miró expectante pero podía observar de reojo las señas que hacía Chris.

—Ya salió con su novio de nuevo— murmuró la morena a propósito y yo solté en dirección a ella un puñetazo débil jugando.

—Como te decía, querida amiga Tris. Eric avisó que mañana por la mañana volveremos a practicar puntería, y por la tarde nos llevarán a otra excursión. Creo que son los juegos de captura la bandera que Uriah nos había dicho —le recuerdo. Ella asiente y me sonríe.

—Bueno, espero salir de aquí pronto——dice ella, y se recuesta nuevamente.

—Te veremos mañana——dije saludándola, mientras con Chris y Will nos dirigimos hacia la cena. Al se había quedado, así que suponía que no debíamos esperarlo.

Luego de una cena aburrida, volví antes que los demás hacia las habitaciones para ducharme y poder dormir una buena cantidad de horas. Si bien la pelea contra Molly no había sido del todo salvaje, aún me dolían las cosas que Peter me había hecho, coloqué hielo en mi mano tal como me había recomendado Eric y sin darme cuenta me quedé dormida.

Soldiers - Eric/DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora