Recordé de nuevo la imagen de Al en el suelo. Sus ojos se encontraban abiertos y sin vida, su cuerpo enorme y mojado, y el sonido de los dos osados que se esforzaban por sacarlo del agua.
—¿Estás bien? —preguntó Eric llamando mi atención. Besó mi mejilla y yo tomé su brazo fuertemente poniéndolo en mi cintura para acurrucarme más a él. Nuestros cuerpos estaban tan pegados ahora que parecían uno solo.
—No lo sé —le respondí, suspirando—. Siento que ha sido mi culpa, debí haberlo sabido.
Estaba arrepentida, tal vez si no lo hubiera sido tan dura con él. Bueno, él quiso matarme. No podía darle caramelos como premio. Estaba confundida, no sabía cómo sentirme con esto.
—No, no tenías por qué saberlo Hamilton —me respondió él con su voz grave —, Al no estaba preparado para ser osado, ni siquiera sé cómo entró a esta facción. Él iba a ser un abandonado, no tenía mucha esperanza.
—¿Y por eso debía morir? —dije, negando con mi cabeza algo molesta—. Lo escuché llorar todas las noches, lo he ignorado cuando andaba llorando por el resultado de la clasificación o en el día de visita, ni siquiera fui a hablarle para preguntarle cómo se sentía.
—No eras su niñera, no tenías por qué hacer esas cosas. Y déjame recordarte que quiso matarte —me respondió, bueno, él tenía su punto.
—No debía ser su niñera, pero antes de que me quisiera matar estuvo sufriendo. Tú no lo entenderías, no tienes amigos —le respondí.
—Bueno, será mejor que vayamos a cenar, nunca me darás la razón —dijo admitiendo su derrota. Se puso de pie, por lo que aproveché el espacio libre que quedó en toda la cama y estiré todo mi cuerpo. Eric me miró divertido, mientras me tomaba de los tobillos y me arrastraba hacia el límite de la cama —. Vamos, Franky. No seas floja.
—Oye, no me digas así. ¡Dijiste que la cicatriz casi no se notaba! —le reclamé, indignada y cubriendo mi rostro con ambas manos.
—Bueno, se te nota. Pero debo admitir que es sexy, y es pequeña —admitió—. Queda bien sobre tu ceja.
—Eres un mentiroso —le dije, mientras gracias a su ayuda me ponía de pie junto a él. Lo besé dulcemente en los labios por un momento, mientras lo abrazaba.
—Aun así has dicho que me quieres —me dijo levantando una ceja orgulloso por su victoria. Yo mordí mi labio inferior y me sentí algo avergonzada.
—Lo sé, he caído bajo —le respondí para fingir que no le daba tanta importancia como en realidad lo hacía.
—Hamilton —me dijo él, mirándome directo a los ojos—. No sé decir "te quiero", pero solo te diré que si llegaras a ser expulsada y quedaras fuera de la ciudad, me tiraría de cabeza para ir contigo fuera de la valla. Eso es un te quiero para mí, es un compromiso de que voy a protegerte. Quiero hacerlo, nunca me lo has pedido, así que supongo que eso es suficiente para que mantengas tu hermoso culo en esta cama.
—Tú si que sabes ser romántico —le dije en broma y volví a besarlo. Así que así era como un sujeto como Eric decía te quiero. Pues a decir verdad, estoy bastante conforme con que Eric "me quiera", a su manera.
—No esperes que sea cursi —me respondió sonriendo tan ampliamente que quería besarlo durante todo el día—. Bueno, será mejor que vayamos.
Durante el camino hacia el comedor fuimos con cuidado de no ser muy expresivos por el hecho de que podríamos cruzarnos a algún otro osado, y además de que Cuatro me había sugerido que nos vió por las cámaras.
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Soldiers - Eric/Divergente
FanfictionLa vida de Mila Hamilton no era digna de ser contada hasta que supo su verdadera procedencia. Su vida tuvo otro significado cuando, en su prueba de aptitud, Matt Hemmings le comunica que ella es divergente. ¿Cómo haría para sobrevivir en un mundo do...