·Capítulo 53 : Travesía·

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<Anastasia>

Apártate ahora mismo! - exijo casi gruñendo en la cara de mi nuevo guardaespaldas que me puso como segunda sombra mi loco y amado marido. 

-Señora Grey, debo protegerla por órdenes estrictas del señor Grey, no se me autorizó para que se le deje salir - recita como un recordatorio grabado. 

De memoria cualquiera lo dice pero actuar no creo que sea igual.

Luke Sawyer, 25 años, joven y exitoso guardaespaldas de seguridad personal. Con un salario mínimo de 25.000 dólares y en máximo cien mil. Se lo recomendaron a Christian, en realidad, Taylor lo recomendó como uno de los mejores. Tiene sus puntos a favor y pocos en contra, creo que a mi marido le cae porque es soltero y no tiene ataduras alguna a algún crío como desea o simplemente enfermedades por genética. 

Lo dudo con tanta reticencia a ceder mis órdenes.

Reacio como pocos .. 

-¡Me importa poco lo que te haya ordenado tu señor! al final yo haré lo que necesite fuera de este lugar - .. veremos si cien mil dólares son mas astutos que yo puestos en acción.

Me doy la media vuelta alejando del vestíbulo para irme a mi dormitorio, hasta la nueva ama de llaves me intimida o mas bien me cohíbe. ¿Cómo había dicho que se llamaba? .. Gail Jones. No tengo idea de dónde saca mi marido tanto empleados en tan poco tiempo, ni que los hubiera guardado para este día. 

Prefiero la alocada compañía de Fausto o el austero pero a la vez cálida protección de Massimiliano. Tal vez será que pasé mucho tiempo con ellos que no me acostumbro a los nuevos empleados. Me pasaba lo mismo en las obras, cuando entraban obreros nuevos, los apartaba porque desconfiaba pero al tiempo me di cuenta que Avan no ubica empleados por ubicar. 

Sino que cada uno tiene una historia de vida que les llevó a ser lo que son. 

Volviendo a la nueva ama de llaves, es rubia lo que me cae peor recordando la cabellera de la loca ex prometida, educada y paciente, parece capaz de realizar todo trabajo que le impongan y Christian me contó que tiene una hermana en Portland que la visitará cada descanso libre que tenga. 

No dice mucha palabra lo que me cuesta más llegar a ella, saber lo que piensa o que trata por lo general. Si Fausto estuviera aquí la habría invitado a tomar uno de sus famosos café con nata descremada y alguna tarta fina de frutas. 

Parece muy del estilo inglés pero es una de las especialidades de mi Chef. 

-Señora Grey, ¡aquí ha estado! - la ama de llaves me toma de imprevisto por el pasillo al salir de mi dormitorio antes de que llegara. 

-Sí .. ¿pasa algo? - musito al alejarme un paso atrás. 

-Deseaba preguntarle que desearía de almorzar, ¿hay algo que no pueda comer en especial?, el señor Grey me ha contado de su fobia y respetaré todo mientras coma como el señor ha dicho - ruedo los ojos internamente.

¡Lo que faltaba! ¿qué mas le contó a los empleados nuevos sobre mi? .. ni que fuera una niñata que no sabe cuidar. 

-En lo posible prefiero que los alimentos estén lo más tiernos posible, si están muy duros me cuesta digerirlos - asiente con expresión cálida y vuelve a tomar camino hacia la cocina. 

Lleva una cesta de ropa sucia y veo ropa interior también. No debería .. o sí pero porque me incomode no puedo evitar que deje hacer sus quehaceres. 

Cambiando de tema .. 

Athan hoy duerme en el dormitorio de sus padres, lo quise cerca y más cuando hay empleados nuevos. Entro y lo veo aún dormido, es un buen niño, a diferencia de otros no llora tanto por mi o será que lo dejo mucho tiempo lejos de mi persona. 

·Forbidden Love· -4ta Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora