| Siete.

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Capítulo siete.

Entré a clase sintiendo como mis piernas empezaban a temblar de lo cansada que estaba, no paraba de jadear y, ya sentía como empezaba a calentarse mi cuerpo. Me había despertado tarde y tuve que venir corriendo hasta el instituto, ni si quiera tuve tiempo de guardar todos mis libros, tenía en la mano el libro de biología y el libro de esta semana.

Todos los días me llevo un libro para leer en las clases en las que me aburro, o en el patio cuando Chantel no está. Esta vez el libro de la semana es «El cuervo» de Edgar Allan Poe.

Estaban casi todos sentados en su sitio, así que caminé rápidamente hasta la mesa que estaba al final de la clase, el cual se convirtió en mi sitio desde el primer día. Apoyé mi cabeza en la mesa, esperando a que mi respiración volviera a la normalidad, también aproveché para cerrar los ojos unos segundos.

—Sabes que el profesor ya está aquí, ¿no? —dijo divertida Chantel. Escuché cómo caía con fuerza su mochila en la mesa. Le dije "mjum" como respuesta y seguí escuchando al profesor dar la clase.

Luego de un rato, el profesor paró de hablar sobre la mesosfera y habló con voz firme—: Llega a tarde a clase. ¿Se puede saber por qué?

—Es culpa de una rubia que se encontraba a mi lado esta mañana —respondió divertido el chico que llegó tarde. Aún con la cabeza contra la mesa, reí junto al resto de la clase.

Chantel gruñó al escuchar al chico. Levanté la cabeza rápidamente para ver qué era lo que tanto le molestaba—: No lo soporto —dijo con fastidio.

El chico estaba apoyado en la puerta, hablando con el profesor. Tenía el cabello negro y lo suficientemente largo como para que algunos mechones cayeran en su frente. De vez en cuando reía ligeramente, haciendo que el profesor se enfadara aún más. Tenía los ojos azules, y su nariz era un poco grande, pero delgada. Llevaba un piercing como el de Chantel en la nariz y sus orejas tenían unas grandes dilataciones. Estaba despeinado y tenía mal puestos algunos de los botones de su camisa blanca, en la que se transparentaban unos cuantos tatuajes.

—¿Por qué? —le pregunté aún sin quitar mi mirada del chico.

—Tan solo míralo —yo ya llevaba un buen rato mirándolo—, se ríe de los profesores, siempre está con su sonrisa de chulito y, agh, es insoportable. Además, ¡los primeros días siempre llega una semana tarde! —asentí lentamente escuchando a Chantel. El chico juntó su mirada con la mía, miró a Chantel, me volvió a mirar a mi y le sonrió con malicia a mi amiga—. ¿Lo ves?

Quité la mirada del chico y miré a Chantel—: Es guapo.

Chantel me miró con sorpresa, puedo decir que incluso con un poco de decepción— ¿Guapo? ¿Jesse te parece guapo? —me encogí de hombros y volví a mirar al frente, el profesor señaló con su dedo hacia la puerta, supongo que echando al chico de clase.

El resto de clases fueron igual de aburridas, es más, adelanté mucho del libro de Poe en algunas de las clases. Cuando terminó la clase de matemáticas, Chantel me pidió que la acompañara en la salida para fumarse un piti porque estaba enmonada. También me dijo que los chicos vendrían a por ella y que irían a algún lugar a comer, me pidió que les acompañara, pero no podía ir sin antes avisarle a mi madre, así que tuve que rechazar su oferta.

—No se cómo he aguantado todo el día aquí —empezamos a bajar la pequeña cuesta que daba hacía la salida. Miré divertida a Chantel, era cierto, nunca se quedaba hasta las últimas clases en el instituto.

—Eh, por cierto —Chantel volteó a mirarme —, ¿por qué te habías enfadado conmigo cuando nos quedamos en la casa de los chicos?

Chantel soltó una fuerte carcajada mientras negaba con la cabeza—: ¿Qué podía pensar cuando vi que mi hermano te tiraba el humo a la cara, y luego se van junto a su habitación?

—¿Por qué siempre dices eso de tirar el humo? —me encogí de hombros. El fin de semana también había recalcado eso, pero no entendía por qué le molestaba tanto.

—¿No sabes qué es? —negué—. ¿En serio no lo sabes? —puse los ojos en blanco, esperando a que me lo explicara de una vez—. Cuando alguien te tira el humo en la cara, significa que quiere acostarse contigo —rió levemente y aceleró el paso, dejándome un poco atrás.

¿Qué?

Llegamos a las pequeñas escaleras que habían al lado de la valla para entrar y salir del instituto, habían pocas personas, la mayoría apoyándose en el pequeño muro mientras fumaban. Chantel cogió sitio rápidamente y no tardó nada en encenderse un cigarro y darle unas cuantas caladas.

—Chantel, amiga mía, cuánto tiempo —por la parte de arriba de la escaleras, apareció Jesse, el chico de antes. Chantel le gruñó como respuesta—. Qué raro tú aquí acompañada, creí que nunca te vería con una amiga en el instituto —Chantel levantó la cabeza para poder mirarle y puso los ojos en blanco. Yo solo estaba de pie apoyada en la valla viendo como todos fumaban y hablaban entre ellos.

—Cierra la boca —Chantel dio una calada a su cigarro, y con la otra mano jugaba con su mechero.

El chico, Jesse, bajó las escaleras. Pensaba que se iría ya, pero no, paró frente a mi y bajó la mirada. Me di cuenta de que era alto, muy alto, tuvo agachar un poco la cabeza para poder mirarme a la cara, haciendo que algunos mechones de cabello cayeran en su cara, los cuales no se preocupó de apartar.

—Es la primera vez que te veo por aquí —su aliento olía a fresa, pude reconocer que era el chicle que vendían en la cafetería del instituto. Olía bien.

—Soy nueva, vine hace poco de Colorado —me encogí de hombros, incómoda.

—Mi hermana me dijo que eras nueva en este instituto, pero no que fueses de otro lugar —habló alguien detrás de mi, imposible no reconocer la voz pausada y ronca de Izzy. Pasé mi mirada hacia Chantel, que puso los ojos en blanco al escucharlo. Al parecer los chicos ya estaban aquí. Volteé encontrándome con la mirada del pelinegro, a su lado estaba Steven, con su bonita sonrisa de siempre.

—Si, bueno —junté mis manos detrás de mi espalda. No quería hablar con Izzy después de como me trató el fin de semana—. Chantel, tengo que irme ya —levanté la mano en forma de despedida, volteé y le sonreí a Steven—. Adiós —pasé por su lado y crucé rápidamente el paso de cebra para, por fin, ir a casa.

—Alabado sea Colorado —dijo Izzy con tono burlón lo suficientemente alto como para que yo lo escuchara. Puse los ojos en blanco y seguí caminando.







*piti: cigarro.
*enmonada(o): se dice cuando una persona lleva mucho tiempo sin fumar y "muere" por al menos una calada.

hice a Jesse como mi crush, ay JAJAJAJ. espero que les haya gustado.<33

mínimo tres comentarios y cinco votos para el siguiente capítulo.💯

–mucho love,
sam.

Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora