| Dieciocho.

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Capítulo dieciocho.

Izzy.

—Buenos días —sentí un leve cosquilleo en mi mejilla, haciendo que soltara un gruñido—. Esta bien, tu sigue durmiendo, gruñoncito —me removí en la cama al escuchar la voz de Sienna. Sentí como la parte baja de la cama se hundía, dejándome saber que se había sentado ahí.

¿Qué coño?

—¿Qué hora es? ¿Dónde estamos? —agarré una almohada y la puse encima de mi cara, hay mucha luz.

—Son casi las dos de la tarde —quité la almohada de mi cabeza y pasé mi mirada hacia ella, tenía una vista directa a su espalda desnuda.

—¿Por qué te pones mi ropa? —me senté en la cama al ver como se colocaba mi camisa y empezaba a abotonarla.

—Porque si —volteó a mirarme y, al ver que yo también la miraba, me sonrió—. Tu puedes ir sin camiseta.

—¿Yo? —asintió mientras se levantaba de la cama—. ¿Por qué no mejor vas tu sin camiseta? —una pequeña sonrisa apareció en mis labios al ver como ponía los ojos en blanco.

Caminó hacia el espejo que había a un lado de la habitación y paró en seco al escuchar el timbre sonar.

—Abre tu, tengo que hacer la cama —señaló con su dedo índice las sábanas que estaban en el suelo, a un lado de la cama—. O hazla tú y yo abro —puso sus manos en su cintura.

—Está bien... —pasé mis manos por mi cara y solté un bostezo.

—Hay aspirinas en la cocina —asentí sin mirarla y salí de la habitación. Cuando bajaba las escaleras, la pude escuchar gritar—. ¡Probablemente sea el cartero, lo que te de ponlo en la mesa! —solté otro gruñido como repuesta.

A paso lento, fui hacia la puerta principal y la abrí lentamente, encontrándome a Axl y a Chantel esperando.

—Y tú qué haces...

Interrumpí a Chantel—: Pasen, siéntense y hablen en voz baja —cuando entraron, cerré la puerta—, que sus voces me molestan —me di la vuelta y fui hacia la cocina para coger un vaso de agua y la aspirina de la que me habló Sienna.

—¿Entonces? —volvió a hablar Chantel cuando me vio entrar al salón con el vaso en la mano.

—¿Qué? —me senté en el otro sillón y me tomé la aspirina.

—No se —habló con ironía—, me encuentro a mi hermano, sin camiseta, abriéndome la puerta de la casa de mi amiga. Necesito una explicación.

—En realidad no es su casa, es la de su tía —contesté con el mismo tono que usó ella conmigo.

Escuché como resoplaba con fuerza—: ¡Sienna! Ponte algo de ropa —dirigí mi mirada hacia las escaleras al escuchar el grito de Chantel.

Sienna iba bajando las escaleras, usando solo mi camisa, mientras rascaba con el dorso de su mano su ojo.

Axl y mi hermana se levantaron del sillón para poder saludarla. Cuando Sienna fue a darle un abrazo a Axl, levantó los brazos haciendo que la camisa se levantara un poco, dejándome ver su trasero. No quité mi mirada de el y ella se dio cuenta, ya que al separarse de Axl me dedicó una tímida sonrisa.

—Claro, y a mi no me dan besitos y abrazos al verme —hablé con sarcasmo cuando todos se sentaron—. Y qué, ¿tu no hablas? —le dije a Axl al ver que desde que llegó no dijo nada.

—Hoy es domingo —el pelirrojo pasó de mi.

—¿Y? —pregunté.

—Tenemos una tradición, inútil —interrumpió mi hermana—. Habíamos venido por Sienna, para que se uniera a nosotros.

—¿Qué tradición? —Sienna volteó a verme confundida.

—Los domingos la gente suele ir al instituto —empezó a explicar Chantel—, saltan la valla y nos quedamos ahí un rato. Bebemos, fumamos y escuchamos música.

Sienna asintió lentamente—: Entonces, vayamos.

( )

—Vamos, impúlsate con esa pierna —volvió a decir Axl al otro lado de la valla.

Axl y Chantel habían saltado ya, yo estaba del otro lado y Sienna estaba tratando de saltar.

—No puedo —volvió a quejarse—. Todo el mundo me está viendo, se van a reír de mi.

—Que no —hablé frustrado. Llevábamos ya un rato aquí—. Venga, apóyate —puse mis manos contra la valla para que ella pudiera apoyarse y pasar como si fuese un escalón pero, en cambio, apoyó su pie en mi hombro y pudo pasar al otro lado—. Has visto, no es tan difícil —puse mi pie en uno de los agujeros de la valla, tomé impulso y pude pasar al otro lado.

—Creo que Steven y Slash ya están aquí —dijo Axl mientras caminábamos hacia el patio techado que había. Se podía escuchar la música y a la gente hablar desde donde estábamos.

Al llegar, cada uno se fue por su lado. Chantel agarró a Sienna y la arrastró con ella hacia la mesa donde habían un montón de botellas.

—Eh, Izzy –volteé al escuchar una voz con un fuerte acento ruso llamarme—. No te vi ayer en la fiesta —caminé hacia Nikolai, el dueño de la casa en la que habían hecho la fiesta de navidad.

—Ruso —me senté a su lado—. Había mucha gente, tampoco te vi a ti.

—Espero verte en la próxima fiesta —se agachó un poco, cogió una lata de cerveza que tenía guardada y me la pasó—. Hace tiempo que no estoy contigo y con Axl.

Di un trago largo y asentí—: Así es, tenemos que vernos más —en realidad me daba igual si le veía otra vez o no.

Bebí otro sorbo de mi cerveza y pasé mi mirada hacia Sienna, que bailaba al ritmo de la música junto a mi hermana. Nikolai miraba atento el espectáculo.

—Joder —escucho como resopla a mi lado—, tu hermana está jodidamente buena —volteo rápidamente, fulminándolo con la mirada.

Que puto asco.

—Lo siento —levantó sus brazos—. Solo digo la verdad —asentí con la cabeza, dándole la razón como a los tontos, y volví a mirarlas—. No había visto a su amiga antes aquí —volvió a hablar.

—Eso es porque es la primera vez que viene —al terminarme la cerveza, tiro la lata al suelo y la piso con fuerza.

—¿La conoces? —asiento mientras saco un cigarrillo del bolsillo de mi chaqueta—. ¿Por qué no me la habías presentado antes? —dice divertido. Paso mi mirada por el lugar y encuentro a Steven junto a unas chicas.

—¿Tienes un mechero? —ignoro su pregunta. El asiente mientras acerca un mechero a mi cigarro, al encenderlo le doy un par de caladas y volteo a mirarlo al ver que se levanta de mi lado—. Cuidado con lo que piensas hacer, ruso.

—¿Con cuál de las dos debo pensármelo? —me pregunta con una sonrisa en su cara.

—Con ambas —me levanto yo también y me voy donde estaba Steven, dejándolo con la palabra en la boca.






oh damn, primera vez que narra izzy jsjsjsjsj.

espero que les haya entretenido un poco el capítulo y, que no les haya parecido muy aburrido.

–mucho love,
sam.

Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora