| Treinta y ocho.

741 63 63
                                    

Capítulo treinta y ocho. (1/2)

—Mierda —susurré al pasar mi mano por mi cabello, mi pendiente se había caído.

El profesor de historia no quiso dar clase hoy, así que trajo una película, una muy aburrida. Estaba sentada al final de la clase junto a Chantel y, como las luces estaban apagadas, no podía ver nada.

—¿Qué? —me preguntó mi amiga sin quitar su mirada de la película.

—Se me ha caído el pendiente —me agaché y acaricié el suelo, tratando de conseguirlo—. ¿Lo has visto? 

—¡Sienna! —escuché al profesor gritar, me acomodé en mi asiento y vi como se acercaba a paso rápido hacia mi mesa, ganándome la mirada de la clase—. ¡Siempre molestando! ¡Estoy harto! ¡Cállate de una vez! —cerró los ojos mientras gritaba con todas sus fuerzas, y yo rezaba para que no le diera un paro cardíaco por alterarse tanto.

—¡Eh! —levanté las manos al aire mientras fruncía el ceño—. Solo estaba buscando mi pendiente, no tiene que gritarme así.

—¡Yo hago lo que me da la gana! —me era imposible no hacer una mueca al tenerlo gritando en mi cara—. ¡Cámbiese de sitio! —señaló con su mano una mesa vacía al frente de la clase.

—Está bien —me levanté y cogí mi mochila—. Yo me cambio con gusto pero, podría habérmelo dicho hablando como una persona civilizada —acomodé la mochila en mi hombro y, cuando iba a sentarme, sonó el timbre que nos indicaba el fin de clases.

—¡Ha sido maravilloso! —dijo muy divertida Chantel mientras ponía su brazo sobre mi hombro.

—¡Claro que no! Me daba miedo verle gritar así, se altera mucho —arrugué la nariz al recordar sus gritos.

—Estoy orgullosa de ti, le has respondido a un profesor —puso su mano en su pecho, haciendo una mueca.

—¡Chicas! —Jesse apareció a nuestro lado, colocando sus brazos en nuestros hombros.

Chantel y Jesse solían llevarse mal, ni si quiera se cómo es que dejaron su odio a un lado, supuse que se habían acostumbrado a estar juntos gracias a mi.

—¿Qué tal tu clase de informática? —preguntó divertida Chantel, Jesse odiaba esa clase.

Bueno, esa y todas.

—Increíble, maravillosa —habló sarcástico Jesse, poniendo los ojos en blanco. Seguimos caminando hasta la salida, donde usualmente nos íbamos cada uno por nuestro lado.

—Sienna, me iré con Jesse, ¿nos vemos en la tarde? —asentí con la cabeza y observé cómo los dos se iban por la dirección contraria.

( )

Corrí hacia la puerta al escuchar el timbre sonar, abrí rápidamente y le di paso a Chantel para que entrara.

—¿Qué es lo que haremos hoy? —le pregunté mientras pasábamos por el salón.

—Ni yo lo se —se encogió de hombros—. Duff solo nos dijo que nos vistiéramos bien —asentí con la cabeza y subimos las escaleras para ir a mi habitación.

—¡Hola! —saludó Chantel a mi madre, que iba bajando.

—¡Chantel, hola! —le dio un rápido abrazo y siguió bajando—. Luego te doy unos brownies que compré hoy para que te los lleves a casa —Chantel le agradeció y entramos a mi habitación.

Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora