Capítulo treinta y uno.
—Los chicos han venido, llegaron hace un rato —habló mi amiga a mi lado mientras entrábamos al instituto.
Hoy era día de puertas abiertas, venían los familiares y amigos de alumnos para pasar el día. Habían diferentes puestos de comida y actividades que organizaban algunas clases para ahorrar dinero y así poder hacer un viaje de fin de curso.
—No sé cómo no están hartos de nosotras aún —digo divertida, mirando hacia todos lados, buscando a los chicos.Diviso de lejos una cabellera rubia y despeinada. Duff hablaba con una morena, la reconocía de haberla visto por los pasillos. El rubio sintió mi mirada y, al verme, me sonrió en forma de saludo.
Pasamos por la cafetería, saludando a los profesores y padres que habían organizado un pequeño buffet. Cogimos un par de cosas, y nos sentamos en una de las mesas.
Era raro estar aquí, siempre comíamos fuera porque aquí dentro estaban todos los sitios llenos, y ahora hay solo unas cuantas personas.
Levanté la cabeza al ver que una sombra apareció encima de mi hamburguesa y ensalada, encontrándome a Steven viéndonos con una enorme sonrisa.
Su sonrisa es tan adorable.
Lo inspeccioné por unos segundos. Adoro la manera en la que viste, le quedaban genial sus pantalones anchos, su camiseta con estampados de colores, la chaqueta de jean y su gorro encima de su cabello despeinado.
—Hola, chicas —se sentó frente a nosotras y le quitó una patata frita a Chantel.
—¡Eh! —mi amiga le fulminó con la mirada—. Busca tu comida, que ahí atrás hay mucha —señaló con su dedo el buffet lleno de diferentes tipos de comida.
—Luego —rió por lo bajo el rubio—. He perdido a los demás, llevo un rato caminando por los pasillos —no pude evitar reír al imaginármelo caminando por los solitarios pasillos, buscando alguna cara conocida.
—¿Tú madre también participa en esto? —preguntó Chantel y yo negué. Mantuve mi mirada en la hamburguesa, dándole un gran bocado—. Bueno, pues está ahí al frente.
Tosí al casi ahogarme con el trozo de hamburguesa, levantando la cabeza. Y era cierto, podía ver su corta cabellera rubia de espaldas a mi, hablando con algunos profesores. Volteé a mirar a Chantel con los ojos abiertos, ella estaba escondiendo su piercing.
—Voy a hablar con ella —me levanté de la mesa y caminé rápidamente hacia mi madre.
—Sienna —me saludó cuando sintió mi mano en su hombro. Se disculpó con los profesores y nos alejamos un poco—. ¿Estás aquí con tus amigos?
—Si, estamos comiendo algo —señalé con mi mano la mesa que tenía detrás, ella volteó y empezó a caminar hacia ellos.
Ay no.
—¡Hola, Chantel! —saludó contenta a mi amiga—. ¿Todo bien?
—Si, mi madre siempre le manda saludos —contestó con una pequeña sonrisa en su cara, comiéndose una de las patatas.
La falsa tos de Steven nos hizo voltear a verle, que nos miraba expectante.
—Oh, mamá, el es Steven —señalé al rubio, que mantenía la enorme sonrisa en su rostro.
—Un gusto conocer a la madre de esta gran chica —habló con la voz más gruesa de lo normal. Mi madre soltó una pequeña risa y le ofreció su mano en forma de saludo. Pero, Steven en vez de agitarla, la levantó hacia su rostro y le dio un corto beso en el dorso de la mano.
—Bueno, no te molesto más —dijo mi madre aún riendo por lo que hizo Steven antes—. Te espero en casa, no llegues muy tarde —asentí con la cabeza—. Adiós chicas. Un gusto, Steven —se despidió con la mano, dio media vuelta y se fue por las grandes puertas de la cafetería.
—¿Y a ti qué coño te pasa por la cabeza? —Chantel se impulsó sobre la mesa y le dio un manotazo en la cabeza al rubio.
—Ouch —se quejó pasando su mano por donde le había golpeado. Iba a decir algo, pero sus ojos se fijaron en algo detrás nuestra y levantó un poco la cabeza en forma de saludo.
Giré para ver a quién saludaba, encontrándome a Izzy hablando animadamente con Jessica. La rubia estaba cogiendo comida en una bandeja y hablaba con una enorme sonrisa en su cara.
Agh.
Volví a acomodarme en mi sitio, y empecé a golpear con fuerza la ensalada con el tenedor.
—Eh, que a ensalada no tiene la culpa de nada —dijo divertida Chantel mientras robaba un trozo de lechuga y se lo comía.
Duff y Slash no tardaron en unirse a nosotros, presumiendo de que habían conseguido el número de un par de chicas muy guapas.
—Se lo han perdido —pude escuchar a Steven decir—. No han visto a la madre de Sienna, está muy... —otro golpe de Chantel lo interrumpió.
Puse los ojos en blanco y me levanté de la mesa—: Voy a por algo de beber —caminé otra vez hacia donde el buffet, me acerqué a una pequeña nevera donde habían un montón de latas y cogí una de coca cola.
Izzy, cuando me vio dirigirme hacia la mesa, se despidió de Jessica y se acercó a paso rápido hacia mi.
—Qué pena que no tengan que venir hoy con el uniforme —habló divertido—. Ya sabes, porque es gracioso pero caliente al mismo tiempo —se explicó al ver que no le dije nada. Asentí con la cabeza y volví a sentarme donde estaba antes.
—Tienes que presentarnos a tu madre —suplicó Slash apenas me senté—. No es justo que solo él la haya visto —señaló a Steven, que estaba con una sonrisa triunfante.
—Además, es muy maja —añadió Steven.
—Claro, claro —les respondí, bebiendo de la coca cola para esconder mi sonrisa.
—Tienes que aceptar que tu madre es guapa, y muy simpática —me dijo Chantel, señalándome con su tenedor de plástico. Me encogí de hombros y asentí.
Todos siguieron hablando, yo solo continué comiendo de mi hamburguesa mientras escuchaba atenta a lo que decían. Sentía la mirada de Izzy, llevaba mucho tiempo molestándome. Me miraba fijamente con el ceño fruncido.
—Deja de mirarme —le dije en voz baja, con mi mirada aún en mi hamburguesa.
—Qué delicada —contestó con el mismo tono que yo, sentí como quitaba su mirada de mi—. Luego soy yo el celoso —habló para si mismo, pero pude escucharlo. Levanté la cabeza de mi comida y le miré confusa.
¿De qué me había perdido?
han visto, he subido capítulo rápido jskskdhsksky.
se que ha sido aburrido, pero siempre deben haber capítulos de relleno D: jajajajajajaj.
–mucho love,
sam.
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Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)
Fanfic«Te odio, odio tu actitud de chico malo, odio la manera en la que pasas de todo y odio la forma en la que me das falsas ilusiones. Pero lo que más odio, es que a pesar de todo eso, jamás dejarás de tener mi corazón. Entraste en el como nadie más lo...