Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)

| Veinte.

Capítulo veinte.

31 de diciembre, 1981.

Me levanté del sillón al escuchar el teléfono de casa sonar, corrí hacia dónde estaba y contesté.

Podrían ser los chicos.

—¿Sienna? —sonreí al escuchar la voz de Izzy.

—Si, ¿qué pasa?

—¿Puedes venir? —paró de hablar por unos segundos—. Es importante.

—Claro, ya voy —y sin esperar a que dijese algo, colgué el teléfono para arreglarme rápidamente, quería saber qué era lo que tenía que decirme.

( • • • )

No tardé más de diez minutos en llegar al apartamento de Izzy y Axl, pues, fui lo más rápido que pude.

Toqué la puerta un par de veces, escuchando como por el otro lado alguien se acercaba corriendo.

—Hey —le sonreí a Izzy al verle abrir la puerta. Por unos segundos olvidé que venía por algo importante.

—Bien, ya estás aquí —habló rápidamente mientras me daba paso.

—Hola, Axl —saludé al pelirrojo al entrar en la casa. Estaba con una mochila en su mano mientras buscaba algo en el sillón.

—Hola —saludó sin voltear a mirarme, sacó unas llaves de entre los cojines y me miró—. Ya los veo allá, le llevaré la ropa —después de decir eso, salió casi corriendo, cerrando la puerta con fuerza.

Volteé a mirar a Izzy, estaba confundida—: ¿Qué pasa? ¿Vernos dónde? ¿Llevarle la ropa a quién? —pregunté rápidamente mientras lo veía guardar magdalenas de chocolate y un par de galletas en una bolsa. Izzy levantó la cabeza para mirarme, dedicándome una pequeña sonrisa.

Ay.

—Chantel está en el hospital —dijo mientras caminaba hacia la puerta—. Le dio un ataque de epilepsia —abrí los ojos al escucharlo.

¿Cómo?

Sentí como por un momento mi corazón empezaba a latir mucho más lento de lo normal, dejé de sentir mis brazo y mis piernas empezaban a fallar. ¿Estaba bien Chantel? ¿El ataque va a tener efectos secundarios? Miles de preguntas pasaban por mi cabeza mientras yo estaba de pie en medio del salón, viendo a Izzy moverse de un lado a otro.

—No es grave, no se traga la lengua —continuó contándome mientras salía del apartamento, fui detrás de el.

—¿Está bien? —logré decir mientras subimos al ascensor. Izzy asintió—. ¿Por qué le dio el ataque?

—Puede ser por muchas cosas, tan solo no te preocupes.

Salimos a paso rápido y caminamos hacia su moto. Guardó la bolsa en el asiento trasero, se sentó y yo hice lo mismo detrás de el, abrazándolo por la espalda. Izzy arrancó, conduciendo a una alta velocidad.

Apoyé mi cabeza en su espalda, cerrando los ojos y dejando que el viento me golpeara. Solo se escuchaba el fuerte ruido que hacia la moto al acelerar, se sentía como si hubiésemos estado horas en la carretera, y es que al estar con el el tiempo pasaba muy rápido.

Adoraba estar así, sintiendo los músculos de Izzy tensarse debajo de mi cada vez que se movía.

—Puedes abrir los ojos ya —escuché su rasposa voz después de un rato. Hice lo que me dijo, dándome cuenta de que ya estábamos frente al hospital. No me había dado cuenta de cuando habíamos llegado.