| Doce.

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Capítulo doce. (1/2)

Una semana.

Ha pasado una semana y no podía dejar de pensar en Izzy. También ha sido una semana sin verle.

¿Qué le sucedía a ese chico? ¿Se reía de mi? Izzy es muy guapo, y el lo sabe, haciéndolo aún más sexy de lo que ya era. Pero, al saber lo guapo que es, se aprovecha de eso, ¡puede tener a cualquier chica!

Maldito pelinegro misterioso, probablemente hasta le guste a las ardillas, ¡y a las ardillas no les gusta nadie!

No lo entendía. No entendía la manía que tenía de coquetear conmigo y tratarme muy bien, para que el día siguiente, o a las horas, me tratara como si me odiase. Chantel siempre me contaba que Axl tenía muchos cambios de humor pero, por ahora, Izzy es el único que me ha demostrado eso. Es más, de lo que llevo conociendo Axl, siempre ha sido un amor conmigo.

—¿Te has enterado? —la voz de Chantel interrumpió mis pensamientos—. Ya hay una sustituta para la profesora de plástica —bufó en voz baja y se levantó de su sitio.

—¿Eh? —me levanté yo también de mi sitio, siguiendo sus movimientos—. ¿Ha acabado ya la clase? —Chantel negó on la cabeza, riendo levemente.

—Ay, Sienna, cariño —empezamos a subir las escaleras para poder ir al aula de plástica—. Hoy estás en otro planeta, solo quedan una clase más, puedes aguantar, solo presta un poco de atención —me miró divertida—. ¿En qué tanto piensas? —al ver que evité su mirada, se puso seria—. No ha pasado nada malo, ¿verdad? —paró en seco.

—No, no, tranquila —le sonreí para que supiera que todo iba bien, me parecía adorable la manera en la que se preocupaba por mi—. No es nada malo. Bueno, un poco tal vez, pero solo para mi —me trababa con las palabras, aún no quería decirle que sentía una leve atracción hacia su hermano.

Si, leve.

—Está bien —no estaba satisfecha con mi respuesta, sabía que en algún momento volvería a sacar el tema. Caminamos hasta el final del pasillo, entrando a la clase.

Éramos de las primeras en entrar, solo había un grupo de chicos sentados mientras hablaban en voz baja. Nos sentamos casi al final de la clase, yo apoyé mi espalda contra la pared y seguí hablando con Chantel.

Poco a poco la clase se fue llenando, seguí disimuladamente con la mirada a Jesse cuando vi que entró a clase, se sentó detrás de nosotras y empezó a hablar desde su sitio con un chico que estaba en la otra punta de la clase.

Aprovechando que no me miraba, volteé a verle. Parecía un chico divertido, además, era bastante guapo. Jesse volteó, juntando su mirada con la mía. Giré de manera brusca y seguí hablando con Chantel, solo que ahora miraba a la pizarra.

—Hoy sales, ¿verdad? —me susurró Chantel al ver que la sustituta había volteado a escribir su nombre en la pizarra.

—Si, supongo —me encogí de hombros—. ¿Me quedo a dormir?

—Si, como siempre —asentí y fijé mi atención a la profesora. Sentí un cosquilleo por mi espalda, que subía hasta mi cabeza. Jesse estaba jugando con mi cabello.

Oh, cómo adoro cuando me tocan el cabello.

Cuando dejé de sentir sus manos, volteé haciéndole un leve puchero—: ¿No más? —Jesse rió por lo bajo y volvió a lo que estaba haciendo antes, haciendo que –para mi– la clase pasara rápido.

( )

—Oye... —Chantel pasó el peine otra vez por mi pelo, jalando unos cuantos sin querer. Estábamos en su habitación, la pelinegra, por alguna razón, había insistido en plancharme el cabello—. ¿Puedo preguntarte algo?

Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora