Capítulo cuarenta y cuatro.
Mi mirada se paseaba de un lado a otro, luchando por que mis ojos no se cerraran, especialmente porque hoy no tuve más opción que sentarme delante, y la profesora podía verme de pleno.
Suelen gustarme las clases de biología pero, por alguna razón, hoy me aburría mucho. Mi cabeza resbala de vez en cuando de mi mano, estaba segura de que los que me veían pensaban que estaba loca por la manera en que mi cabeza caía y volvía a subir rápidamente.
La profesora se paseaba mientras daba la clase y, cuando fue hacia el final, aproveché para cerrar los ojos por unos segundos. La voz de la profesora se escuchaba lejos y hablaba muy lento.
—Sienna —aquella voz me despertó. Di un pequeño salto en mi sitio y abrí los ojos, encontrándome a la profesora mirándome fijamente con sus ojos entrecerrados.
—¿Mhmm? —me acomodé en la silla y miré al rededor, por un segundo había olvidado donde estaba—. Si, si, lo siento —pasé el dorso de mi mano por mis ojos y tuve que aguantar el bostezo. La profesora asintió con la cabeza y se sentó en su sitio, buscando unas hojas en una gran carpeta.
—¿No has dormido bien anoche? —me preguntó Jesse a mi lado, con una sonrisa en su rostro. Puse los ojos en blanco al entender qué era lo que estaba pensando.
—No.
—¿No has dormido bien... —me miró con los ojos entrecerrados— o no te dejaron?
—Déjame —pasé mis manos por mi cara, aún estaba muy cansada y no quería hablar. Levanté mi puño y le apunté con el de manera divertida.
—Oh, no —empezó a reír—. Mejor te dejo en paz, no quiero que me dejes K.O.
—Mijir ti diji in piz —lo imité haciendo una mueca.
Jesse negó con la cabeza y suspiró—: Venga, solo quedan diez minutos, tú puedes aguantar —me dio un amistoso golpe en el hombro—. Por cierto, Chantel me dijo que vendría a ayudarme hoy con lo del cumpleaños de Annie, ¿te vienes? —acepté encantada, asintiendo repetitivamente con la cabeza y regalándole una sonrisa.
Estuve el resto de la clase hablando con Jesse, aunque, nos callábamos rápidamente cuando la profesora nos lanzaba una mirada. Cuando sonó el timbre, indicando el fin de clases, me levanté de un salto de la silla y me despedí de Jesse, que tenía que quedarse una hora más.
Antes de salir pasé por el baño para lavarme las manos, las tenía manchas de tinta del bolígrafo. Cuando abrí el grifo un par de chicas entraron y me sonrieron en forma de saludo.
—Hace mucho que no veo a Axl por aquí —me sorprendí al escuchar a una de las chicas decir el nombre del pelirrojo. Desde el espejo pude ver cómo su amiga le daba un golpe con su codo para que se callase, señalándome disimuladamente con su dedo.
—Tu eres amiga de Axl, ¿verdad? —me preguntó la chica que me había señalado—. Por cierto, soy Megan.
—¡Yo soy Tara! —habló su amiga, sorprendiéndome por su emoción al decirme su nombre.
—Si, lo soy —no pude evitar sonreír al pensar que hablaban de Axl, le encantaría saber que es conocido por las chicas.
—Oh, bien —dijo Megan, dando un paso hacia mi—. Lo hemos visto tocar en el Bearman un par de veces, canta muy bien.
—Y es muy guapo —agregó rápidamente Tara.
—Si, tienen razón —cogí papel y me sequé las manos con el—. Ambas tienen razón —al escucharme, las dos chicas se vieron entre sí y abrieron los ojos.
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Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)
Fanfiction«Te odio, odio tu actitud de chico malo, odio la manera en la que pasas de todo y odio la forma en la que me das falsas ilusiones. Pero lo que más odio, es que a pesar de todo eso, jamás dejarás de tener mi corazón. Entraste en el como nadie más lo...