| Treinta.

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Capítulo treinta.

—Mierda —Axl dio un paso hacia atrás, ahora tenía el ceño fruncido—. Yo... lo siento, no sé por qué lo hice.

—No pasa nada —se me escapó una pequeña risa al verlo tan nervioso.

—¿Qué pasa aquí? —Steven apareció detrás de Axl, mirándonos confundido—. ¿Por qué tardan tanto?

—No pasa nada —suspiré, viendo a los dos chicos que estaban de pie frente a la puerta del baño—. Ahora, déjenme sola un momento —los empujé suavemente y cerré la puerta.

Luego de un rato volví al salón, y esta vez me senté en la alfombra, casi no había espacio en los sillones y no quería estar apretada entre dos personas. Había una pizza en medio de la mesa del salón, eran de las que tenías que hacer en el microondas.

Chantel me ofreció un trozo, el cual acepté con gusto pero, me negué cuando me pasó un vaso con alcohol. Hoy no me apetecía comer mucho, tampoco beber. Me quedé ahí sentada, riéndome de las bromas que hacían los chicos al estar borrachos.

Cerca de las cuatro de la mañana se escuchó cómo abrían la puerta principal, haciendo que todos volteáramos a ver. La tía de Chantel apareció tambaleándose de un lado a otro, dejó las llaves en la pequeña mesa que había y volteó a vernos a todos.

—¿Por qué hay tanta gente en mi casa? —preguntó arrastrando las palabras. Ella también estaba borracha.

—Ya se iban —habló Chantel mientras se levantaba rápidamente del sillón—. Solo se queda Sienna.

—¿Y dónde dormirá? —su tía se paseó por el salón, viéndonos a todos.

—En la habitación de Izzy —contestó mi amiga mientras les hacía señas a los chicos para que se levantaran, ya que solo estaban escuchando la conversación.

Su tía asintió lentamente con la cabeza, se despidió de todos con la mano y desapareció por el pasillo.

—¿Conmigo? —preguntó Izzy sorprendido, levantándose junto a los demás.

—No, tú dormirás en tu casa —Chantel levantó un poco la voz al decir «tu casa» mientras ponía los ojos en blanco.

Nos despedimos de los chicos y nos fuimos cada una a su habitación.

( )

—¿Por qué no me despertaste? —una patada en mi brazo me despertó. Me senté rápidamente y tardé en acostumbrarme a la luz. Estaba tirada en el sillón junto a Chantel, la televisión aún estaba encendida.

Ayer estábamos muy cansadas y estuvimos durmiendo casi toda la tarde. Luego, el resto de la noche, nos la pasamos tiradas en el sillón, viendo las cutres películas que pasaban los fines de semana.

—¿Qué? —pasé mi mirada por el salón y di un largo bostezo.

—Tenemos clase, Sienna —habló lentamente Chantel mientras se levantaba del sillón—. Tendremos que entrar a segunda hora —asentí con la cabeza y me encogí de hombros.

—¿Quieres algo de desayunar? —le pregunté cuando me levanté del sillón para ir a la cocina, ella negó con la cabeza y yo seguí mi camino. Escuché a Chantel abrir la puerta principal, seguido de diferentes voces.

Salí de la cocina con la taza de chocolate en mis manos, encontrándome a los chicos esparcidos por el salón.

—¿Hacemos algo ahora? —preguntó Steven, pasando su mirada hacia Chantel.

Good to be bad ; Izzy Stradlin. (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora