¡Oh por Dios! Olvidé el azúcar en el café de Tom Hiddleston

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Entro a la cafetería soltando un suspiro largo. Estoy mentalmente agotada y físicamente muriendo.

-vaya...alguien necesita un vaso de limonada fría- habla Katy bertiendo un poco del líquido en el vaso.

Suspiro nuevamente sentandome en una de las banquetas del mostrador, tiro mis cosas sobre la barra y recibo el vaso dándole un sorbo enorme.

-mi vida apesta- suelto de repente. Mi amiga se rie mientras sirve el café de algun otro cliente.

-claro que no linda- deja la cafetera y se acerca a mi.- si tu vida apesta imagina la mia.

Tiro mi cabeza sobre mis brazos, escondiendo mi rostro frustrado.

- tienes tu propia cafetería Katy, yo trabajo para una maniática loca de la moda - me desahogo con mi amiga mientras trata de consolarme dando palmadita en mi espalda.- amo mi trabajo pero siento que mi vida no tiene rumbo alguno.

Sé que exagero un poco con mis gestos dramáticos y todo eso, pero también sé que es mi forma de ser y me vale lo que la clientela piense de mi.

-nena, ¿sabes lo que necesitas?- pregunta Katy sobando mi cabeza con gesto maternal.

-¿una hamburguesa?- digo en un quejido.

- no...iba a decir un novio, pero la hamburguesa puede funcionar por ahora- rie un poco mientras sigo con mis quejidos- ¡DYLAN UNA HAMBURGUESA CON EXTRA DE TODO, AHORA!- la oigo gritar y levantó la cabeza para ver como su novio, el increíble Dylan, la fulmina con la mirada y amenaza con la espátula.

-eres la mujer más perversa y hermosa del mundo- susurra mientras Katy sonrie enamorada.

-lo sé- lanza un beso y vuelve a mi que la miro con odio por su felicidad y vuelvo a tirar mi cabeza contra la mesa.

- necesito amor- lloriqueo sintiendo las caricias de mi amiga.

-vamos ___ el amor no llegará por si solo, es decir, tienes que hacer algo, ve a citas, diviértete,  eres joven y hermosa. Que asco- alzo mi cabeza al escuchar lo último.

-¿qué asco que?

-que asco que tenga la misma edad que tú y ya me vaya a casar, necesito un trago ahora- empieza a desesperarce en busca del licor.

-Katy esto es una cafetería, no hay alcohol- me rio y ella apoya sus codos en la mesa y sostiene su cabeza con las manos.- tienes suerte de tener a alguien como Dylan, te quiere y soporta, ya es demasiado- ambas reimos y vemos a Dylan con una hamburguesa súper grande caminando hacia nosotras.

- creo que por ahora esto compensará mi falta de amor- recibo el plato con gusto y le doy un mordisco.- sin duda te ganaste la lotería con este hombre- habló con la boca llena lo cual hace que se me entienda algo raro.

-comida gratis- dice Katy aplaudiendo y besando a su novio en la mejilla.

Me encanta esa pareja, siempre me encantó. Cuando rompían siempre tenía la esperanza de que regresarán y vaya que lo hicieron.

La cuestión conmigo era que jamás resultaba congeniar con alguien, la mayoría de hombres que pasaba por mi casa siempre terminaban por espantarce e irse corrriendo. Solo tuve un novio en toda mi penosa vida, con el que llegue a  comprometerme, dada la casualidad que terminó siendo un completo patán y lo dejamos ahí.

Quizá alguien arriba me maldijo con esto o quiza me lo merezco por alguna cosa atroz que cometí hace tiempo, sea lo que sea, no estoy de acuerdo.

-haremos algo ___, al primer hombre que entre por esa puerta le irás a tomar su orden, es una forma de ligar.

Las palabras de Katy me suenan ilógicas y algo descabelladas, porque si es un viejo feo y verde no iré ni muerta.

One Shots thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora