Cierro los ojos y suspiro, estoy demasiado nervioso y no...no es por temor a que esto fracase; estoy nervioso por el simple hecho de que la mujer frente a mi o eres tú.
Miro a todos lados buscando algo que me alivie pero no encuentro nada. Sigues estando en mi cabeza y dominando cada pensamiento.
Paso mi mano lentamente por mi rostro quitando todo indicio de cansancio y vuelvo a ponerle atención. Ella no tiene la culpa de no ser tú, ella solo está siendo amable h dulce con un tipo que noble da la atención merecida.
Terminamos el café y nos ponemos de pie, me obligo a ser un caballero con ella y le coloco el abrigo. Salimos del establecimiento y siento como sus brazos rodean mi cuerpo aferrándose, haciendo que me castigue mentalmente por no sentir lo mismo que ella.
Dos meses, el tiempo no cura nada. Creía que estaba listo para salir nuevamente, para olvidar el tremendo error que hice al dejarte ir, para volver a amar; pero existían obstáculos, y uno de ellos era que no podría amar a nadie más porque te tuve en un principio, tuve a la mujer perfecta, te tuve y ahora es difícil buscar la perfección en alguien más.
Recuerdo cada palabra, cada noche y cada historia de amor que hablaba sobre finales felices. Cada oración que nos hacía pensar que duraríamos para siempre.
Ahora solo me pregunto: ¿qué pasó?
¿Sientes lo mismo? Claro que no.
Estas con alguien mejor que yo, alguien quien no puedo ser, alguien totalmente entregado a ti, que te hace sonreír y no deja que caiga ni una lágrima de esos hermosos ojos.
Lamento no haber sido esa persona para ti, pero tu castigo ah sido sin querer, te has vuelto parte escensial de mi y no me dejas vivir en paz, no me dejas avanzar; no me quejo, pero linda, haces que la necesidad de seguir amándote crezca más.
Caminamos por las frías calles de Londres, tomados de la mano. Pasamos por algunas de las tiendas en las que solías comprar, y mi mente vuelve a jugar conmigo; nos veo salir entre risas mientras cargas un sin fin de bolsas de papel en ambas manos, veo como te coloco la bufanda alrededor de tu cuello y doy un ligero beso en tu sien. Sacudo la cabeza y borró esos recuerdos luego de contestar la pregunta de la mujer que me acompaña.
-estoy bien linda- sonrió con pesar y seguimos avanzando.
Es mi momento de ser feliz. ¿No es mi turno de amar a alguien? Tú tienes a alguien que te hace feliz, alguien que en la vida podré ser; ¿no es mi turno ya?
¿Puedes soltarme? ¿Puedes dejarme ir por favor?
Es mi turno, es hora de llevarla a todos los lugares a los que fuimos, es hora de hacer nuevos recuerdos, de empezar de cero.
Es una chica excepcional, te agradaría, serían amigas al instante, pero esa no es la realidad.
Ella podría ayudarme a olvidar todas las risas, todos tus besos, todas tus caricias; ella podría ayudarme a olvidar todo, pero jamás podría amarla.
No podría amar a nadie más que a ti, porque te tuve, tuve la perfección en mis manos, te tuve contra mi pecho, tuve tu sonrisa y tus labios, te tuve mi amor, y no me permitiría amar a otra persona que no seas tú.
Cruzamos la calle y llegamos a la recta de mi casa, nuestra casa, o lo era. Abrí la puerta y pasamos para sentir el calor del interior.
Ahora estamos en el salón, abrazados y cruzando palabras sin sentido.
Tu recuerdo vuelve a inundar mi mente y la habitación se impregna con tu olor y escucho tus tacones contra el suelo, puedo ver cómo caminas de un lado a otro con una copa de vino en la mano mientras te observo desde el sofá. Dos años mi amor, dos años contigo, tiempo necesario para saber que era la única, la indicada.
Desearía que todo fuera distinto, desearía nunca haber dicho esas palabras. Desearía no haberte dejado sola aquella noche, haber ido detrás de ti para abrazarte y decirte lo mucho que lo sentía. Pero en ese momento no sabia lo que tenía hasta que lo perdí, hasta que entendí que tú serías la única dueña de mi corazón, de mi vida.
¿Qué debo hacer?
Solo sé lo que no haré, no la amaré a ella, no podría, no puedo.
Tengo su cabello debajo de mi nariz y aunque su aroma es rico no es el tuyo. Pero debería dejar de pensar en eso, debo enfocarme solo en ella, debo permitir que ella me haga olvidar, me haga avanzar y me deje crear nuevos recuerdos.
Paso mi mano por mi rostro quitando la estúpida imagen de ti en mi salón y me obligó a disfrutar del momento.
Ella estira su cara para darme un beso y luego se levanta, camina moviendo sus caderas y se ata el cabello en una coleta.
Analizo cada movimiento mientras sonríe y me dedica la mirada más dulce, es linda, hermosa para algunos, pero tú sigues en mi mente. Tú y tus mejillas rojas, con esa nariz que se mueve cada vez que ríe y con esos lunares salpicados por todo tu cuerpo. Es extraño pensar que una persona podría cautivar tanto, pero es la verdad, lo haces. Lo hiciste y lo sigues haciendo, y estoy seguro que lo seguirás haciendo porque aún me tienes cautivado.
Le sonrió a la pelirroja en mi cocina y vuelvo a verte ahí, pero esta vez con los ojos cristalinos, tu cabello desordenado y tus manos temblorosas. Puedo ver cómo termino la copa de vino y te miro con indiferencia; aún me pregunto porqué lo hice, sigues tratando de aguantar las ganas de llorar y yo sigo ahí como imbécil sin decir ni una cosa. Debí hacerlo, debí recordarte lo importante que eras para mí, lo importante que eres, debí decirte que eras la mejor, la perfección pura. Pero no lo hice y dejé que salieras por esa puerta, que buscaras a alguien más que fuera el tipo de hombre que yo jamás sería, que te hiciera feliz y que te hiciera olvidar.
Los pensamientos se esfuman y vuelvo mi atención a ella, sonrió con pena me pongo de pie resignado a intentar vivir con ella lo mismo que tuve contigo, de tratar de quererla tanto pero sin amarla, porque después de ti no podría amar a nadie más.
Porque te tuve y te perdí.
Y lo lamento.
Voten y comenten linduras.
Another idea?
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One Shots th
Fanfiction¿Te imaginas caminar de su mano, sentir sus labios en tu mejilla mientras revives alguna escena romántica de aquella película que viste hace unos días? ¿Te imaginas ser ESA chica? Pues estás invitada a introducirte en este mundo donde la única chica...