Blind eyes, beautiful smile

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Bufé frustrada por la reciente noticia que me había dado mi amiga, no era la gran cosa pero me afectaba de maneras incontrolables en ese momento.

-será la dama de honor, te verás hermosa en el vestido que escojeré para ti linda- dijo emocionada. Arrugaba una servilleta en su delgada mano, como si estuviera controlando las ganas de mandar todo a la mierda y decirme la verdad, como yo quería hacer desde hace buen rato.

- no me parece buena idea que te cases con Frank-  dije por lo bajo y entonces vi su cara con un semblante aterrado y triste.

- es el indicado ___, si no es ahora es nunca- y eso lo sabía de memoria.

Kate me lo había repetido millones de veces, si llegabas a tener 26 años y aun no te habías casado pies debías a empezar a preocuparte, dada la sorpresa de que ella cumpliría los 26 dentro de una semana, y que mejor manera de asegurar que no será una solterona que anunciando tu compromiso el mismo día. Pero bueno fuera que se casara con alguno de sus novios con los que llevaba años de conocerse, sin embargo ella se casaría con Frank, el hijo del dueño del banco con más prestigio en Londres, y alguien que abusaba físicamente de ella.

- claro, si no es ahora es nunca- repetí mirando a la nada. Estaba consiente de lo que ella pensaba sobre mi, tenía 27 años y ni novio tenía, pero ella también sabía que era mi problema si me quedaba solterona, era mi problema si decidía tener miles de apestosos gatos.

Terminó su café con una risa nerviosa y dejó la taza sobre el platillo ligeramente manchado con el líquido marrón. Sus manos temblaron un poco y lo notó.

-tengo que irme- anunció después de un rato en silencio, sus ojos me suplicaron que no la dejara ir, pero su sonrisa algo desquiciada me aseguraba que tenía, no, debía irse.

-ten cuidado Katherine, llamame al llegar- ella asintió y con su pequeño bolso y esos tacones puntiagudos salió casi corriendo del lugar.

Suspiré preocupada por el bienestar de mi amiga, y saqué mi teléfono, busqué el número de la madre de Kate y presioné sobre su nombre, una foto de ella y mi rubia amiga apareció en la pantalla.

-no puedo...- Susurraba mientras me debatía si marcarle o no, algo debía hacer para detener a mi amiga.- vamos...- quería hacerlo, pero la idea de que su madre me tomara como loca pasaba por mi cabeza.-...solo dile ___...- pasé una mano por mi cabeza, frustrada y quité la vista del teléfono llevando al techo y luego bajandola, la fijé al frente y vi unos ojos azules que miraban en mi dirección.

Volteé para saber a quien estaba viendo pero nadie parecía saber de su existencia.

Moví mi mano de un lado a otro en forma de saludo pero no se inmutó ni en lo más mínimo, así que lo dejé pasar, volví a mi dilema telefónico hasta que apagué el aparato. Mi vista nuevamente se dirigió a esos ojos  azules, pero esta vez con algo de molestia.

-¿acaso tengo algo en la cara tío?- le dije pero me ignoró. Seguía con la mirada fija en mi y ya empezaba a agotar mi paciencia asi que me levanté y caminé hasta él. No dejaba de ver hacia donde estaba antes.

Caminé con paso decidido hasta el y me paré a su lado esperando que notara mi presencia.

-¿acaso tengo algo en la cara?- volví a preguntar esta vez más alto y entonces él giró hacia todos lados.

-¿disculpa?- dijo con un acento británico algo sutil.

-tío que me andas viendo como si tuviera algo en mi cara, ¿o es que has visto un fantasma?

Lo ví sonreir y al contrario con mis emociones de molestia, su sonrisa me pareció de lo mas encantadora.

-lo lamento, no ha sido mi intención-disculpó su comportamiento anterior, pero igual seguía molesta.

- ¿entonces? ¿por qué me andabas viendo como todo un idiota?

Volvió a reír y volvió a sonarme encantador.

-la cuestión aquí es que...no eh podido verte en lo absoluto.

Sus palabras me confundieron y enfurecieron más.

- ¿es que me quieres ver la cara de estupida no? Debo tener algo para que  te me hallas quedado viendo joder.

- pero es que te eh dicho que no, no sé si tendrás algo en la cara o que se yo.

-¡¿qué mirabas?!

Para este punto todo el restaurante ya nos observaba atento al siguiente movimiento, eramos el entretenimiento del día.

-JODER QUE NO PUEDO VER NADA- gritó con un tono divertido y una risa apunto de escapar.

-no me tomes el pelo- bufé molesta.

-QUE NO, QUE NO PUEDO VER NADA, ABSOLUTAMENTE NADA- entonces pasó su mano delante de él y comprendí todo.

No podía ver porque realmente no podía hacerlo.

No sabía que decir, no podía moverme y mi lengua estaba trabada.

-yo...lo lamento- quise evitar las miradas del restaurante completo así que tomé asiento delante de él.

-ya, es lo mismo siempre, estoy acostumbrado.

Me resultaba intrigante el hecho de que todo lo dijera con una sonrisa, parecía no importarle el hecho de estar ciego o de haberle causado problemas.

- otra vez, lo lamento enserio- dije y volvió a sonreir.

- puedes dejar de disculparte y podemos empezar una conversación civilizada o puedas pasar toda la mañana tratando de hacer que vea con tus disculpas.

-okay...soy ___- dije algo confundida por las palabras anteriores y me acomodé en el asiento.

-mucho gusto ___, soy Tom y estoy ciego- bromeó.

-eso ya lo se- dije con una risa apenas.

La mañana transcurrió y de la nada me vi saliendo del café con él, no llevaba bastón ni algún perro guía ya que según él conocía muy bien el lugar.

Caminaba al lado de él conversando de cosas sin sentido. Era un persona inusualmente encantadora y su confianza era tan divertida que me obligaba de vez en cuando a reprimir un carcajada.

- muchas de mis citas acabaron a la hora de pedir la cuenta, ya sabes, como no podía leer el papel tenía que confesarles la verdad- se tomaba todo con mucha gracia y eso era realmente dulce.

- que lástima, imagino que ellas pagarían la cuenta.

-es lo mejor, tenían tanta pena que decidían pagar todo, claro que no las volvería a ver jamás...aunque de hecho jamás las veia- ambos reimos y entonces lo jalé hacia mi.

Tenía la respiración agitada y el claxon del auto retumbaba en mis oídos.

-si querías un beso solo tenias que pedirmelo- susurró con una sonrisa, él al igual que todos sabían lo que iba a pasar de no haberlo jalado.

-si, es que me moría de ganas- le seguí la broma para aliviar el momento.

- gracias- susurro solo para mi y besó mi mejilla tomándome desprevenida.

No dije nada y agradecí el que no pudiera notar lo sonrojada que estaba.

- ¿a donde vas ahora?- preguntó aun muy cerca de mi, intimidándome con su increíble altura.

-iré a casa de Kate- dije tragando saliva.

-claro y como yo conosco a Kate de toda la vida sé que estarás bien- habló con sarcasmo lo cual me hizo reír.

- es mi mejor amiga y me preocupa mas ella que yo- traté de alejarme unos centímetros pero él me lo impidió tomándome de la cintura; no me incomodaba su tacto ni su cercanía, pero si me hacía sentir cada vez más pequeña.

- entonces ten cuidado en el camino ___, fue un gusto conocerte- se acercó y volvió a besar mi mejilla pero esta vez más cerca de mis labios.-espero volver a verte- susurró en mi oido y luego sonrió divertido para irse por el camino contrario.

Suspiré emvelezada por sus palabras y su tacto que lo único que hice fue voltear y esperar volver a verlo, porque yo si podría hacerlo.


Enjoy it 😗

One Shots thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora