Not good enough part.2

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El silencio de la habitación resultaba extrañamente ensordecedor, mis dedos rozaban ligeramente los suyos sobre la cama mientras que nuestros alientos se mezclaban suplicando uno por el otro. Mis ojos se habían posado en los suyos y al igual que en las últimas horas seguían fascinados por el azul electrizante que pintaba su rostro.

No podía compararlo con nada ni con nadie, no podía buscar algo que me detuviera de hacer todo lo que rondaba mi cabeza, nada podía hacer que negase esto que pasaba entre nosotros y que no tenía nombre.

La distancia se acortaba y en cada milímetro menos que se perdía en el infinito de los números nuestros labios se quemaban y rogaban por tocarse.

Suavidad y ansias, dos palabras que podrían describir perfectamente el momento en que nuestras bocas se encontraron y formaron un beso tan íntimo que ya parecían ser parte del otro.

Cerré los ojos con fuerza, olvidando todo rastro de la tercera persona que se encontraba en la habitación continua. Subí mi mano y enredé los dedos en sus rizos castaños mientras profundizaba más aquella danza que realizaban nuestras lenguas en contacto.

Sentí el calor de su piel cuando posó sus manos en mi cintura, era como si me quemara con la calidez de su cuerpo, pero me causaba todo lo contrario al dolor, era una satisfacción pura que me dejaba sin aliento.

Tiro de mi con ambas manos en mis caderas y me coloco a ahorcada sobre él, nuestros labios se revisaban a separarse aunque nuestros pulmones rogaban por un poco de aire, pero quizá la idea de vivir a base de besos y caricias podría resultar.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello y me pegué más a él.

Todo andaba de maravilla, todo era perfecto, pero como es sabido, todo siempre llega a su final.

De pronto me vi separándose de él, quizá con algo de repulsión, pero no era mi intención hacer algo así.

De pronto ella apareció en mi cabeza y su voz chillona resonó por toda la habitación gritando incoherencias sobre lo estúpida que podría llegar a ser. Y quizá tenía razón, ¿cuan estúpida llegaría a ser para quitarle el novio a mi mejor amiga?

Ambos nos vimos con confusión pero a la vez con algo de tristeza. Nuestros cuerpos lloraban que regresáramos a la posición anterior, donde ambos se sentían a gusto...donde yo me sentía a gusto.

-no puedo- me obligué a decir- no puedo ser yo quien sea responsable de hacerla sufrir, no a ella.

Lagrimas amenazaban con salir mientras que él solo se pasaba los dedos por el labio inferior como si tratase de entender lo que había ocurrido.

《Sí, nos besamos, y no sabes lo mucho que me encantó.》

Si tan solo esa vocecilla en mi cabeza fuera mi voz real.

Si tan solo tuviera el valor.
Pero era demasiado bueno para ser verdad.

Era demasiado buena para cometer tremendo error.

-si puedes...puedes hacer lo que tú quieras conmigo ___.- se levantó de la cama y con paso decidido se acercó a mí.- soy tuyo desde que me abriste la puerta hace un par de horas.

Negué varias veces su afirmación, me negué a aceptar que yo también era suya desde que lo vi, desde que vi esos ojos azules, desde que me sonrió y me hizo sentir como la persona más hermosa del mundo, soy suya y sería suya hasta que el decidiera lo contrario.

-mirame nena- el calor de sus manos volvió a quemarme, está vez sostuvo mi rostro entre ellas y me obligó a conectar nuestros ojos. - siente- tomo mi mano y la llevó a su pecho.- esto solo lo causas tú, nadie jamás me había hecho tanto daño como lo estás haciendo tú, nada jamás me había alterado tanto como tú, eres única y te necesito, no creo que pueda sobrevivir si no te tengo a mí lado.

Con cada palabra su rostro se encontraba más y más cerca.

No podía negarle nada, no podía moverme siquiera, había perdido la razón en ese instante por causa de un inglés de metro noventa dueño de la sonrisa más encantadora.

Había caído rendida a los pies de Tom Hiddleston...era demasiado bueno para ser verdad, pero lo era.

Volvió a besarme y está vez no me permitió escapar, aunque fuera lo último que quisiera hacer, ya había hecho todo para que mi moral me dejara en paz y me diera pase libre para disfrutar de sus besos.

Sus manos vagaron por mi espalda hasta mi cintura presionando ambos cuerpos, sintiendo la excitación que causaba uno en el otro, dejando las dudas fuera y exigiendo que las fieresillas en mi estómago se calmaran.

Subió una pierna y la enredó en su cadera para luego hacer lo mismo con la otra y dejarme a ahorcada colgando de su enorme cuerpo. Me separé un poco al momento de hacer fricción con su zona baja y lo sentí sonreír.

Esto era nuevo para mí, esta espontaneidad y la locura, era algo nuevo y me gustaba, me gustaba porque era con el.

Avanzo hasta dejarme sobre la cama y colocarse sobre mi sin llegar a aplastarme. Sus labios empezaron a recorrer mi mejilla y bajaron a mi cuello donde se quedaron un buen rato, repartió besos y mordidas en el hasta que toda la piel estaba húmeda, regresó por el mismo camino y beso cada centímetro de mi rostro con ternura y delicadeza.

No era posible pero temía que aceptarlo.

Este hombre me había enamorado desde que llegó y tenía que dejar de reprimirlo.

-tú y yo- beso mis labios y dio leves caricias en mi pierna- estamos destinados a estar juntos.- se separó de mi y me observó fijamente, su mano subió a mi rostro y pasó sus dedos suavemente por mi mejilla, quitó algunos mechones rebeldes de mi rostro y sonrió.- tu y yo nos pertenecemos, es demasiado bueno para ser verdad, pero aquí estás tú, y no voy a dejarte ir nunca...te lo prometo.

Sí señores, y así me enamoré de él.

Así fue como cada pedacito de mi corazón se grabó su nombre.

Y aún no lo podía creer, pero era cierto, lo tenía en frente, estaba ahí y me estaba diciendo que era mío y yo de él.

Él mío y yo suya....por siempre.






Se que es tarde, y que no actualice hace milenios, pero aquí está y espero que lo disfruten.

Mis perdones, las amo.




One Shots thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora