El piso estaba frío, podía sentir como tocaba su piel y le producía un ligero escalofrío, suspiró y miró el techo, estaba destrozada por dentro y por fuera. Cerró los ojos queriendo desaparecer de ese lugar y poder tener una vida normal, una vida donde nada la atormente por la noche, donde las pesadillas no sean recurrentes, donde alguien la quisiera.
Se levantó poco a poco, quedando sentada frente al espejo y vio sus rodillas rojas, el dolor no estaba ahí pero podía imaginar el sentimiento, había perdido la capacidad de sentirlo hace ya mucho tiempo. Supiró y trató de arreglar su cabello, pero aun así la imagen no se iba de su cabeza; una lagrima resbló de sus ojos rojos e inchados y terminó en el suelo de madera, dejando una marca que empezarpía a desbanecerse al igual que sus ganas de continuar el día.
Levantó la mano y tocó su reflejo con la yema de sus dedos, recorrió cada parte de su rostro dibujando a una persona diferente, alguien con algun proposito en la vida, alguien con una familia, alguien...diferente.
La puerta estaba cerrada pero aun así los gritos se podían escuchar, cerró los ojos con fuerza y se hundió en el deseo de poder volar y salir huyendo de ahí. Se obligó a abrir los ojosy las lagrimas cayeroon nuevamente, entonces rogó por que alguien escuchara su gritos de auxilio.
- necesito amor, necesito a alguien que me abrace por las noches, alguien que haga latir mi corazón denuevo, alguien que me haga sentir viva- sus susurros fueron más que un grito ahogado, fue una petición a todo aquel que pudiera oirla, si es que había alguien.
Un nuevo día llegó junto con nuevas espectativas de salvación y liberación, salió de casa como todas las mañanas y fue a la cafetería donde trabajaba, donde podía escapar de su fragil mundo que constantemente se iba quebrando un poco más. Y ella rogaba por el día enque se rompiera al fin.
Servir café no estaba en sus planes de escape, pero resultaron renovadores después de descanzar de los gritos enn casa, y fueron de más ayuda cuando ese extraño de ojos azules llegó a primera hora un lunes. Y entonces sucedió, él le regaló una sonrisa, y a ella sele paró el corazón.
Unas simples palabras.
-tienes unos ojos encantadores, de verdad eres muy hermosa- acompañó su pequeño anuncio con una risa tímida, algo raro en lo que ella creia ser un hombre con el mundo a sus pies.
Era tímida, así que no contestó, se limitó a servir el café y a retirarse, pero lo observó todo el tiempo, desde las sombras sus ojos cafés estaban enganchados en él.
Tom era su nombre, el nombre que ahora llevaba escrio su corazón.
¿La habrán escuchado? Era la unica pregunta que se hacía, porque quizá había llegado el momento de que supiera que el amor existe y que es está ahía para sostenerla una vez que su mundo termine hecho pedazos.
No era su imaginación, él tambien había sentido de todo al verla, pero no era propio de un caballero insinuarse la primera vez. No era propio de él sentirse tan nervioso por algo o alguien, sin embargo los nervios se lo comieron vivo cuando ella entró en su campo de visión. Lastima que las sombras lograron ser un buen escondite y no la volvió a ver, salió de la cafetería con ganas de que ella le dedicase una sonrisa, una sonrisa que empezaba a aparecer en los labios de ella cuando él se iba.
Una sonrisa que probaba que aún conocía la felicidad.
Fueron más de una, más de cien, fueron miles de sonrisas las que llegaron con él. Fueron miles de cafés los que ella le sirvió y fueron miles de besos los que le devolvian la vida poco a poco.
Pero nada parecía tener un final feliz para ella. En casa todo era lo mismo, girtos y agreciones. Sus rodillas no solo estaban rojas, sino que ahora prsentaban cortes y raspones, ematomas enormes que no podría cubrir con solo maquillaje. Lagrimas que se llevaban la noche en segundos, llantos que la agotaban, y decepsionantes reflejos que la atormentaban.
Sintió su piel tocar el frío piso y fijó la mirada en el techo, se perdió en el aspa que giraba sobre ella, hipnotizada por el movimiento trató de recobrar la respiración, se infundió valor y se obligó a levantarse.
Nuevamente sentada frente al espejo, tan cerca que su aliento chocaba contra el material y lo opacaba por segundos. Volvió a dibujar el contorno de su rostro deseando desaparecer las lágrimas y volvió a gritar entre susurros.
-necesito amor, necesito a alguien que me abrace por las noches, lo justo para sentirme viva de nuevo- acompañando sus palabras las lágrimas se hacían presentes al igual que el recuerdo de un Tom sonriente a su lado, quizá él era el alguien que le daría lo justo para no desmoronarse, para no romperse como todo lo demás. Pero el no estaba en ese instante, no estaba ahí para abrazarla por más que quisiera, y no estaba ahí para detener lo que podría ser una bomba de tiempo a punto de explosionar.
En un acto de molestia la chica golpeó su débil puño contra el cristal y este se partió en pedazos irregulares que reflejaban su agonía y todo lo que sentía muy dentro de ella.
La puerta cerrada nunca más lo estuvo cuando sintió como la tomaban del brazo, la arrastraban como un cuerpo sin vida, y así se sentía. No sabía a donde la llevaban, solo estaba consciente de las luces que iluminaban su tortura.
Su mente en blanco formó un mecanismo de defensa, empezó a revivir los recuerdos con Tom, cada beso, cada caricia, cada mirada que solo la llenaban de esperanza.
Regresó a la realidad poco después, cuando sintió la última gota de vida recorrer su cuerpo, y entonces lo único que cruzaba su mente no eran las ganas de seguir con vida, eran las ganas de un minuto más con él. Un minuto más con Tom era lo único que pedía.
Y con su último aliento pudo susurrar su nombre y puso sentir el amor recorrer sus venas, aunque fuera lo último que sintiera en ese momento.
Al otro lado un Tom la esperaba en la cafetería de siempre, esperando el delicioso café servido por aquella chica de ojos encantadores. Esperando por ella, por su ángel encantador.
Un ángel atrapado en el espejo de su habitación, rogando por salir y por qué le dieran una segunda oportunidad, la oportunidad de ser feliz con él; pero ahí se quedaría, atrapada para siempre, siendo un simple recuerdo de algo que pudo haber sido la historia del siglo.
Sé que es un poco triste, pero espero les gustara.
Sometimes we need someone who love us.
Kss.
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One Shots th
Fanfiction¿Te imaginas caminar de su mano, sentir sus labios en tu mejilla mientras revives alguna escena romántica de aquella película que viste hace unos días? ¿Te imaginas ser ESA chica? Pues estás invitada a introducirte en este mundo donde la única chica...