Gripe

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Llegó sudando y cansada. Había estado tres malditas horas atrapada en el tráfico de la ciudad con un calor infernal y una gripe tremenda. Se sentía demolida por la enfermedad y el cansancio.

Tiró sus cosas al mueble y se tumbó en su cama boca abajo.

-te vez terrible- dijo una voz a su costado, ella giró su cabeza apenas para ver al chico que se encontraba sentado junto a su cama.

Tom la veia con esos ojos azules, como inspeccionandola, y ella trató de arreglar un poco el desastre que estaba hecha. Se sentó y carraspeó para liberar su garganta de toda mucosidad.

-lamento que me tengas que ver así, pero no me siento bien hoy - dijo haciéndolo sonreir.

El hombre se puso de pie y camino hasta ella para tomarla por la cabeza, estaba caliente y eso lo preocupó mucho.

- tienes fiebre linda, hay que prepararte una taza de té, y tendrás que tomar de esas pastillas que tanto odias- lo dijo riendo y ella cambió su ánimo a uno más alegre, amaba escuchar su risa y verlo sonreir, era su mundo a tal extremo de creer que estaba con ella en todo momento.

-está bien- se levantó y fué a la cocina, tomó una taza y prendió el agua para que se calentace,  mientras buscaba la pastilla en todos los cajones.

-recuerda que las dejaste en la encimera junto al congelador- ella asintió y le agradeció mentalmente.

Subió a un banquillo y buscó en la encimera, ahí estaban las pastillas que tanto detestaba tomar. Eran de un color rojo intenso y para ella eran súper grandes, jamás le agrado tomar pastillas, pero esta era peor.

-recuerda que también debes tomar las otras- le dijo Tom,  quien ahora estaba a su lado con sus manos en las caderas de la joven.

Ella instantáneamente bajó su cabeza y luego la volvió a alzar, pero esta vez él notó que los ojos de ella estaban cristalinos. Estaba a punto de llorar, como todas las noches.

- no tomaré las pastillas hoy, por favor- le rogó mientras que el semblante del chico permanecía serio.

-sabes que también quisiera eso, pero no puedo dejar que te hagas daño- pasó una mano por su mejilla y ella lamentó lo que sentía, y lo que no.

Dejó la idea de esa pastilla de lado y se enfocó en preparar el té. Vertió el agua en la taza y puso el sobre de té, echo cuatro cucharadas de azúcar y revolvió todo. Abrió el paquete de pastillas y sacó una, la colocó en su lengua y tomó un poco de la bebida.

El lugar estaba en silencio, solo se escuchaba el goteo del lavabo y alguno que otro carro que pasaba por ahí. ___ levantó la mirada y no vió a Tom lo cual la asustó y dejó la taza en la mesa. Se levantó de donde estaba y empezó a buscarlo por toda la casa.

-¡¿Tom?!- buscaba por cada cuarto, cada espacio en el que pudiera estar.

Nada.

-¡¿Tom?!- corrió a su habitación y la encontró vacía. El miedo la carcomía por dentro y el aire le estaba empezando a faltar. -¡¿TOM?!- gritó dándose la vuelta para buscarlo en la sala una vez más. Giró ya con lágrimas en los ojos y salió corriendo hasta que chocó contra un pecho y unos brazos largos la envolvieron.

-aquí estoy, no me voy a ir- decía mientras pasaba su mano por su espalda, tranquilizandola y calmandola.

-tengo miedo Tom, no quiero que te vayas- lloraba a mares, como cada noche a la misma hora.

-regresaré, siempre lo hago- sus palabras no lograban calmarla, estaba completamente asustada y temblando.

- no quiero tomar la pastilla, por favor, solo una noche- susurraba contra su pecho y a él le dolía verla así.

- ___, tú y yo sabemos que ocurre si no tomas la pastilla, no puedo dejar que te hagas daño- ella estaba consiente de lo que pasó la ultima vez que no lo hizo. Pero a estas alturas sólo quería estar con él y nada más con él.

Se quedaron así por unos minutos hasta que ella calmó su respiración.

Eran las 11 de la noche y mañana tenía que levantarse temprano para ir a la universidad.

Sabía que él estaría aquí mañana, como siempre, pero también sabía que tenía ganas de que él se quedará una noche, a pesar de las consecuencias.

- deja de pensar en esas cosas ___, te conosco, no lograrás que me quede porque sino me iré por mi cuenta- sus palabras eran más una advertencia.

Ella suspiró rendida y se abrazó mas a él.

- hoy son los premios, podrás verme entonces- le dijo como un susurro y ella asintió. Ya no tenía opción.

Tomaron asiento en la cama de esta y él se fue para que ella se colocará su pijama. Ya estaba lista para dormir, entonces Tom entró con un vaso de agua y las pastillas.

-gracias- sorbiendo un poco su nariz, puso la pastilla en su boca y trago un poco de agua. 

La pastilla no tardaría en hacer efecto.

-ahora pongamos la tele- él prendió el televisor y se posicionó a su costado. La cabeza de la chica estaba sobre su pecho y estaban viendo juntos los People Choice Awards.

-mira ahí estas tú- dijo ella volteandolo a ver, pero el ya no estaba ahí. Entonces las lágrimas empezaron a aparecer.

Así eran todas las noches. Ella tomaba la pastilla y el desaparecía.

Fijó su mirada al televisor y vio a Tom Hiddleston, su actor favorito y dueño de sus fantasías y de su enfermedad.

Desde que empezó a tomar la pastilla él se iba, y regresaba al día siguiente.

Todo lo que pasaba por la cabeza de la joven era él y por eso Tom estaba siempre con ella, iba a donde ella iba y estaba donde ella estaba, todos los días hasta que tomara la pastilla.

No estaba loca, no. Solo estaba enferma, enferma de amor.

***

¿Les gustó? Plis en los comentarios díganme que tal estuvo. La idea me vino así como así . Gracias por leer, votar y comentar. Son las mejores.

Pregunta:¿De qué país son?

Yo de Perú
💕

Eso es todo chicas. Las amo. Besos.💕

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One Shots thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora