My Englishman

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Despertó como cada mañana, hundida entre las sábanas, esperando a que su mente reaccionara y aceptara que ya era hora de levantarse. Se estiró haciendo tronar algunas partes de su cuerpo y bostezó.

-buenos días...- dijo antes de tomar el celular y encender el estéreo.

The Killers sonaba de fondo con Just another girl. Estiró una pierna fuera de la cama y luego la otra, preparándose para empezar el día. Movió las caderas al son de la música y camino hasta el baño donde se vio al espejo y despeinó más su cabello. Cantaba pequeñas partes de la canción, no era experta en inglés, pero podía defenderse.

Siguió su danza hasta la ducha, donde se quitó su camiseta y las bragas para sumergerce en el agua fría, eso la despertaría del todo.

La canción ya estaba terminando cuando empezó a vestirse aun con el cepillo de dientes en la boca. Buscaba sus jeans viejos mientras su boca se llenaba de espuma, los encontró en el estante de los polerones y de paso tomó uno color rojo para colocarselo. Casi estaba lista; corrió al baño y escupió la espuma para después enjuajar su boca y el cepillo. Mojó su rostro y lo secó con una toalla, estaba lista.

Salió de su pequeño departamento dando un portazo, pero luego volvió a entrar para tomar el bolso de ropa; era la décima vez que le pasaba eso y en una próxima quiza vaya a dejar su cabeza.

Caminó por las calles de Madrid con los cascos a todo volumen, se topó con  Martin, el vagabundo de su calle, quien amablemente la saludo.

-no te pierdas querido-le dijo dándole una moneda como todos los días.

-que tenga un buen día señorita- dijo para verla voltear en la siguiente calle.

Se dirigía al museo central de Madrid, su lugar de trabajo.

Esa mañana en específico había mucha gente fuera del museo, aguardando para entrar; era 23 de Abril , día en que se expondría un nuevo cuadro de algún artista ya olvidado y últimamente reconocido.

-disculpen...permiso- la chica se escabullía entre los cuerpos sudorosos de periodistas e historiadores.- ¡Mark! soy ¡____! - grito siendo aplastada por dos hombres gordos de traje.

-¡Señorita Lain!- dijo preocupado eMark, el guardia. Buscó la mano de la chica para poder tirar y sacarla de ese embrollo.

-muchas gracias, eres un angel- alagó al hombre canoso. Ellos se habían conocido desde el primer día en que entró a trabajar, siendo aun una chica inexperta, Mark la orientó en su primera semana y la cuidó de cometer algún error.

Entró al museo encontrandoce con todos sus compañeros terminando de arreglarse.

-corre, corre- le dijo Jade, una rubia delgada y alta que se había convertido en su mejor amiga en los últimos cinco años.

A paso apurado, ___ fue al vestidor y empezó a cambiar su ropa casual por un uniforme de falda tubo color azul oscuro, se colocó la blusa blanca y luego el saco del mismo color que la falda, terminó con los tacones altos y salió del cuarto.

-tu gafete- le susurró Jade y entonces ___ se percató que no lo tenía, seguía en el bolsillo de su saco. Tomó el metal con su nombre y lo incó en su pecho.

Nick, el supervisor general, estaba dando una charla rápida sobre las tareas que ocuparían en el día, hablaba de cuanta gente habría en la exposición y los eventos siguientes a eso. Terminó con un "buena suerte" y se retiró a su oficina para que las puertas grande de madera que habían en el ingreso pudieran ser abiertas.

___ se dirigió a su lugar de trabajo, junto a Jade convenientemente. Ella se encargaba de repartir los audífonos a los turistas para que disfrutaran el museo en el idioma correspondiente; y de vez en cuando daba algunos recorridos.

One Shots thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora