13.

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J I M I N.

Las manos de Yoongi se encontraban aún en mi cadera, bien firmes. No me separaba de él, ni siquiera mientras caminabamos hacia mi casa.

Estaba tan cerca de él que su aroma, su colonia, aquel perfume que siempre usaba, me hacía perder la razón y mi cabeza. Podía sentirlo en todas partes. Quería sentirlo en todas partes. ¿Se quedará su aroma en mi después de esta noche? ¿Se daría cuenta Jungkook? Me mordí el labio.

Espero que te des cuenta.

Sentí gotas. Primero eran leves y luego fueron aumentando en una ligera tormenta. Yoongi tomó mi mano con fuerza y me guió hacia un edificio con techo. Allí nos quedamos unos segundos mientras yo buscaba en mi mochila mi paraguas. Siempre lo llevaba. Pero al no encontrarlo solo pude suspirar irritado.

—¿Qué pasa?

—No encuentro mi paraguas, Hyung.

—No queda otra que correr. ¿Listo?—Me miró unos segundos, esperando confirmación. Asentí con la cabeza y tomó mi mano entrelazandola con la suya.

¿Cuántas veces había soñado con él tomando mi mano? Infinitas veces. Muchas. Demasiadas. ¿Alguna vez creí que sería real? Nunca.

Me acomode mejor mi mochila y corrí detrás de él, mientras su mano no se iba de la mía. Se aferraba tanto a mí y aquello hizo que mi corazón latiera cada vez más rápido.

No pude evitar detenerme, safandome de su agarre. Él se detuvo unos pocos pasos después y frunció el ceño mientras me miraba. Su cabello menta estaba empapado, sus facciones estaban totalmente mojadas y aquello solo lo hizo estar más hermoso. Sus ojos gatunos me miraron a través de la lluvia que caía insaciable sobre nosotros. Pequeñas gotas caían sobre sus pestañas que cada vez que pestañaba parecían lágrimas. Llevé mis pequeñas manos a sus mejillas y pasé mis dedos por ellas, quitando el agua.

—¿Qué pasa, Minnie?—Susurró.

Me le quede mirando unos segundos. Yo sabía lo hermoso que era, sabía que su belleza no se igualaba con la de ninguno. Él, simplemente él, era precioso. Oh, Dios. En serio estaba jodidamente enamorado de Min Yoongi y siempre que volvía a verlo me enamoraba un poco más.

—Lo siento, Hyung.—Susurré de la misma manera, haciendo que solo él me escuchará.— Es que... Yoonie, realmente te ves hermoso bajo la lluvia.

Pude ver cómo sonreía levemente, como sus esquinas se elevaban en una sonrisa y como sus mejillas se ponían un poco rojas. Precioso.

—En ese caso, Minnie... Tu te ves muy sexy.—Murmuró ronco, haciendo que me estremeciera solamente por eso. Mis mejillas de encendieron y bajé mi mirada lentamente, avergonzado.

Su mano, sus hermosas manos, fueron a mi mentón para levantar la mirada y sin que lo detuviera, sus labios chocaron con los míos. Fue solo unos segundos pero fueron suficientes para hacerme gritar por dentro y es que... ¡Había dado un beso bajo la lluvia! Mi tonta fantasía de adolescente.

—Vamos... Antes que te enfermes.—Susurró en mis labios mientras volvía a tomar mi mano pero esta vez no había prisa.

Ninguno corrió ni se apuró en llegar a mi casa. Sabíamos que debíamos disfrutar ese día y aparte, aún en silencio, podía estar feliz. Con tan solo estar a su lado.

Fifty Shades » BangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora