Fifty Shades » Bangtan

14.

Y O O N G I.

Lo sabía.

Había estado mal lo que había hecho. Aún sin abrir los ojos, sintiendo el cuerpo cálido de Jimin contra el mío y como la luz se filtraba por la ventana. Aún así, lo sabía.

Y más mal me sentía al saber que lo he disfrutado. Que disfruté tener sexo con Jimin, ya que las ganas que le tenía eran de hace bastante y sabía que nuestra tensión acabaría explotando algún día, pero nunca creí que pasaría de esa forma ni ahora.

Ayer estaba tan dispuesto a hacerlo con él, no me importó lo más mínimo lo que podría pasar luego. Y sabía que debía importarme, pero no. No lo hacía. Había deseado tanto tomar a Jimin durante tanto tiempo... Pero aún así sentía ese pesar en el pecho, que no tendría que existir.

Y es que le fui infiel a Jungkook.

No estaba enamorado de Jungkook, pero sí me gustaba. Era un buen chico y me caía bien, tenía sus cosas como todos pero no era malo. Es solo que él y yo no funcionabamos como pareja. Él quería algo de mí que yo jamás podré darle, porque... Ya lo tenía otra persona. Y esa persona, ahora mismo, se encontraba durmiendo en mis brazos.

Pero la culpa, la culpa estaba ahí.

Bueno. Al final no eres tan malo como dicen ser si aún sientes culpa, Yoongi.

Sabía que tenía que salir de aquella cama e irme. Pero no podía. Algo me lo impedía, y es que... Dada a mi personalidad de «chico malo», lo correcto sería que dejara a Jimin durmiendo y que no me encuentre una vez despierte. Pero no. A la mierda los estereotipos.

Yo quería estar ahí. Quería verlo apenas despertara y ver su sonrisa al ver que sigo aquí. Había soñado varias veces con esto y no me iba a perder la realidad, por más que luego se me hiciera más difícil convivir conmigo mismo.

Llevé mis manos a su cabello naranja y se lo acaricié lentamente, mientras dejaba varios besos en su frente. ¿Quién diría que el chico «frío» que todos conocían en el instituto en realidad era un maldito sensible y algo romántico?

Oh, sí. Las apariencias engañaban tan bien.

En parte, era tan divertido tener aquel carácter donde no soporto a nadie, donde todo me da igual, donde solo me interesa las personas que aprecio. Era tan divertido ser dos personas al mismo tiempo. Por una parte aquel chico frío que nadie quería acercarse ya que no sabían cómo. Pero a la vez, aquel chico dulce que te hacía querer volver a él.

Dos personalidades diferentes en una misma persona.

Sintió a Jimin moverse y luego observó cómo llevaba una de sus pequeñas manos a sus ojos, mientras se restregaba. Abrió levemente sus ojos y me miró, haciendo una sonrisa tímida. Se veía tan hermoso al natural.

Sí. Hice bien en no irme.

—Buen día, Hyung.—Su voz salió un poco ronca.

—Buen día, Minnie.

Escuché como soltó un gemido de placer y alcé mi ceja divertido ante ello. Él ocultó su rostro en mi cuello mientras dejaba un beso ahí.

—Se escucha tan bien mi nombre con tu voz.—Susurró bajo.

Sonreí mientras llevaba mis manos a su espalda para acariciarlo lentamente con mis dedos, delineando su figura. Él se apretó más a mi y recordé que nos encontrábamos desnudos por la noche anterior.