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J I M I N.

Aquellos dos días con Taehyung habían sido los peores. Más cuando se enteró que dejé ir a Namjoon. No se había acercado a mi en ningún momento en esos días pero estaba esperando que lo hiciera... Y si lo hacía, yo ya tenía preparado la navaja que había tomado. La tenía escondida en el bolsillo trasero del jeans, listo para atacar si tenía que hacerlo.

Taehyung estaba sentado en el sillón. Sus ojos me miraban de una forma que yo ya sabía lo que expresaba con ellos: odio. El dulce y protector Taehyung que había salido hace unos días se había evaporado.

—Creo que no entiendes lo que hiciste.—Susurró, pero aún así logré escucharlo. 

—Claro que lo entiendo. Dejé ir a Namjoon.—Respondí mientras me cruzaba los brazos y me apoyaba en la pared, sin quitarle la mirada de encima. 

Sinceramente, tenía mucho miedo. Apenas había logrado dormir ya que temía que Taehyung fuera por las noches a mi habitación y allí me hiciera daño. Aunque tenía miedo, no quería demostrarlo. No quería darle a mostrar a mi mejor amigo que estaba asustado de él. No quería darle el derecho de que supiera lo que él causaba en mi.

—¿Ah, si?—Se levantó. Sentí como mis músculos se tensaban enseguida al verlo acercarse a mi. Llevé mi mano a mi espalda y tomé el mango de la navaja, aunque no la saqué aún.— ¿Eres consciente de que dejaste ir a la persona que mató a tu hermano?

—Sé lo que ha hecho, pero no me toca a mí perdonarlo.—Murmuré, mientras entrecerraba un poco mis ojos.— Jihyun no era ningún santo. Ninguno de nosotros lo es. Y aunque Namjoon haya asesinado a Jihyun, no significa que yo deba hacer lo mismo con él. No me hace mejor persona asesinarlo, sino peor.

—¡Oh, deja tu falsa moral a un lado, Park!—Me gritó. Traté de no encogerme en el lugar, no iba a dejar que viera lo asustado que estaba de él.— Tu querías hacerlo. Querías matarlo.

—¿Y de qué me sirve, Taehyung?—Suspiré.— Namjoon asesinó a Jihyun. Yo asesino a Namjoon. Seokjin me asesina a mi. Yoongi asesina a Seokjin. Hoseok asesina a Yoongi. Jungkook asesina a Hoseok. Tú asesinas a Jungkook. ¡Es un ciclo que no tiene fin! ¿Es eso lo que quieres? ¿El como nos vamos destruyendo poco a poco entre todos hasta que el último seas tú? ¡Paso de tu maldito juego, Kim!

Observé cómo empezó a pestañear varias veces antes de comenzar a reír. Se alejó unos cuantos pasos más hacia atrás y negó con la cabeza. Giró a verme con su hermosa sonrisa cuadrada.

—Pues claro, pequeño. Yo los veré matarse mientras disfruto del espectáculo.

Volvió acercarse a mi y esta vez dió varios pasos hasta quedar cerca. Sin dudarlo más, saque la navaja y la posicione rápidamente debajo de su cuello, apretando un poco la punta con su nuez de Adán.

—Un paso más... Y te corto el maldito cuello.

—Oh, pequeño. ¿No era que no querías convertirte en asesino?—Su sonrisa no desapareció. Trago y pude ver cómo la nuez de Adán rozaba la punta de la navaja, haciendo que mi estómago doliera de los nervios. Volví a observar sus ojos.

—No quiero. Pero si debo asesinarte para que pongas fin a esto, no tengas duda, que lo haré.

—Siempre supuse que Hoseok y yo terminaríamos de la manera en que estamos tú y yo ahora, bebe.—Ladeó un poco la cabeza.— Pero si, mi segunda opción de morir, es en tus manos.

—¿Así que tu primera opción era morir en manos de Hoseok Hyung?

Sonrió lentamente, mientras alzaba una ceja. Mierda. Ahí estaba de nuevo, su aire de superioridad. ¡Lo detestaba!

—No, Minnie.—Escupió aquel apodo, haciendo que mi guardia bajará, ya que Yoongi se había posicionado en mis pensamientos. Porque solo él me llamaba así.— Mi primera opción es no morir.

Su puño fue directamente en mi estómago, sacándome el aire por completo. Dobló mi brazo, sintiendo como la navaja que me era arrebatada y sentí un ardor bastante fuerte en mi mejilla. Caí de rodillas mientras llevaba una de mis manos hacia el picor, observando cómo un poco de sangre manchaba mis dedos. Mierda.

Volvió a pegarme en el estómago, esta vez con su pie. Ahogué un grito que quería salir de mi garganta y solo sentí como mis cuerdas vocales eran desgarradas por algo que no salía. Escupí y observé la sangre en el suelo. Cerré los ojos lo más fuerte que pude. La primera imagen que vino a mi cabeza fue Jihyun. La segunda fue mi mamá. Y la tercera Yoongi.

Si iba a morir, quería tener a esas tres personas en mi mente.

Pero antes de recibir un golpe más de parte de Taehyung, escuché como la puerta principal era azotada. El grito de Taehyung resonó en mis oídos pero aún así no levanté la mirada. No quería ver lo que había pasado. Mi mente solo mantenía la imagen de Yoongi, sonriéndome aquella noche de lluvia. Quería irme del mundo con su imagen en la mente.

Y podría haberlo hecho, pero unas manos tomaron mis brazos y me obligaron a levantarme. Aún así, apreté mis ojos con fuerza, esperando el golpe final. Pero nunca llegó.

Fruncí un poco el ceño y abrí mis ojos lentamente, encontrándome con unos ojos felinos, bastante gatunos, muy oscuros, una nariz redonda, piel pálida y labios finos. Empecé a temblar, sintiendo como podría caerme al suelo en cualquier momento. No...

Es mi imaginación. Él... Él no está aquí.

Pero aún así, estiré mi mano y acaricié su mejilla, sintiendo su piel cálida. Ladeó un poco la cabeza y suspiró. Sus ojos oscuros no se quitaban de mi.

—Ya no tienes el cabello de zanahoria.—Su voz ronca hizo que la realidad me pegará fuerte y duro. ¡Era él!— Minnie.

—Y tu ya no eres más el chico menta.—Susurré, llevando ambas manos a sus mejillas, para poder observarlo mejor, teniendo miedo que se esfumara... Como un fantasma.— Yoonie.

» ¡FIN DE LA SEGUNDA PARTE!

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» ¡FIN DE LA SEGUNDA PARTE!

» Reencuentro.

» Dedicado a Celeste.

» Thank for everything.

» Karmin;

Fifty Shades » BangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora