Fifty Shades » Bangtan

35.

J I M I N.

—Yoongi. Tiene que venir Yoongi.—Su voz resonó a través de mis oídos y mi cabeza.

Sin darme cuenta, empecé a retroceder hasta chocar con los pies de la cama y me subí a ésta, abrazando mis rodillas. No entendía porque de repente tenía miedo. Era Yoongi. Yoongi... Sí. Por eso tenía miedo.

No entendía que estaba pasando. ¿Al final... No era un sueño? ¿Había visto a Yoongi realmente? ¿Cómo es que Taemin sabía quién era Yoongi? Si yo nunca le hablé de él.

—¿Jimin?—La voz de Taemin volvió a resonar y yo solo pude hacerme más pequeño. Déjame, déjame solo.

Oculté mi rostro en mis rodillas, impidiendo verlo. No quería verlo. No quería alzar mi cabeza porque sabía que debía volver a verlo. ¿Y no era lo que yo había querido, en realidad? Si. Yo quería volver a verlo pero no de ésta manera. Quería volver a verlo en una cafetería, tomando algo, riendo del pasado, sintiendo como sus finos labios se posan en los míos una vez más y como su voz ronca susurra una frase que estoy impaciente por escuchar. «Fue un error dejarte.»

Ahogué una risa. No. Eso no va a pasar. Yoongi nunca me diría éso. Por más que deseara que sus brazos me rodearan en un abrazo, sabía que éso no pasaría. Una cosa es desear que pase y otra que lo haga. La realidad estaba tan alejada de la fantasía. 

—No va a lastimarte, Jimin.—La voz de Taemin volvió a sonar por toda la habitación y yo solo quise que desapareciera.— Fue él el que te salvó. Sino ahora mismo estarías muerto. Taehyung te hubiera matado sino... sino hubiera llegado Yoongi. 

Tragué duro el nudo de mi garganta. Ése día sabía bien que Taehyung podría haberme matado, hasta me dije que si él tenía que hacerlo... lo dejaría. Pero escuchar tan abiertamente que mi hermano—porque Taehyung seguía siendo la persona que conocía desde que andaba en pañales—me hubiera lastimado... 

El recuerdo de Jihyun vino a mi mente. Y me di cuenta... que realmente no sentía su perdida. Me había dolido, éso es cierto. Pero no era un dolor insoportable como el que yo había creído. Sí, era mi hermano. Pero nunca lo sentí como tal. Siempre he visto a Taehyung como mi hermano, aunque yo ya tenía uno. Quizás mi error fue cuidar más a Taehyung que a mi verdadero hermano y... ahora lo estaba pagando. 

Antes de poder contestar a Taemin, la puerta se abrió de repente y yo sentí como mi sangre se congelaba por mis venas. Eran tres personas. Dos de ellas venían tomadas de la mano y en una de ellas se notaba el anillo de oro brillando en su dedo anular. Namjoon estaba igual que la última vez que lo había visto, su cabello lila, con una camisa blanca arremangada hasta los codos, unos jeans rasgados y sus zapatos. Me sorprendió ver lo guapo que seguía viéndose Seokjin. Su cabello castaño claro, sus ojos amables pero a la vez misteriosos, tenía una chaqueta negra, unos pantalones blancos y unas zapatillas. Pero aún así, se veían tan espectacular. 

Me sorprendió ver que seguían igual que hace dos años atrás, como si el tiempo no hubiera pasado. Y me empecé a preguntar si yo seguía viéndome como hace dos años atrás... o si tenía algo diferente. 

Detrás de ellos entró una persona más bajita, de mi estatura y fue ahí cuando la respiración se me hizo pesada. ¿Se trataba de un sueño? ¿Realmente estaba viendo a Yoongi? Su cabello negro estaba algo húmedo, llevaba una camiseta negra con sus típicos jeans negros rasgados en las rodillas y sus zapatillas blancas. Se veía como un universitario. Se veía tan bien. No había cambiado nada. Su pequeña y redonda nariz estaba algo roja, sus ojos oscuros y gatunos no salían de mí, sus labios finos se encontraban en una expresión seria. En su mano derecha llevaba una especie de periódico.