6.

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Y O O N G I.

Mi pie pateó una piedra en el camino mientras suspiraba irritadamente. Sabía que no debía enojarme con Jungkook ni mucho menos hablarle así—ya que mi carácter era algo que no quería mostrar nunca, menos a las personas que quería— pero el saber que... Él, mi novio, no se ponía en mi lugar ni de mi lado, me hacía sentir de una manera horrible.

Me hizo sentir que todo lo que habían dicho mis padres sobre mi era cierto. Qué era un jodido enfermo por... Gustarme personas de mí mismo sexo. Yo entendía que él tenía una buena relación con sus parientes, sus padres aceptaban su sexualidad. Me alegraba por eso. Pero debía entender que no era mi caso. Y que sólo me hiciera sentir culpable por ser... Bisexual me hacía entender que era igual que ellos.

Y hace mucho decidí que no iba a dejar que ninguna persona que me hiciera sentir inferior se quedaría en mi vida. Por más que lo quiera. No iba a permitirlo. Varias veces puse a varias personas por encima de mi bienestar. Ya no más.

Me senté en el banco de la plaza y mordí mi labio, mientras sacaba un cigarro de mi cajilla. Me lo llevé a la boca y lo prendí, dando la primera calada que hizo que todos mis nervios se calmarán.

—Eso te hace mal.— Escuché una voz femenina y bastante familiar. Levanté mi cabeza hacia ella y sonreí un poco al verla con su uniforme. Ella era la única de la familia que había tenido buena educación. Aunque tampoco le servía, no teniéndome a mi de hermano.

Min YoonJi. Mi hermana gemela. Podría decir que ella era mi mayor confidente. Y la única que podía entenderme. Se sentó a mi lado y puso su mochila en sus piernas. Por lo general, siempre quedábamos en éste parque luego del instituto. Me tenía que reunir a escondidas con mi propia hermana. Qué gracioso.

—Y ya sabes que no me importa.

—Sí, bueno... Nunca fuiste bueno en seguir las reglas.— Comentó mientras miraba sus piernas y suspiraba un poco.— Hoy no irás a la cena.

—No. No iré.

—Tampoco regresarás a casa.

—Esa no es mi casa.

—¿Sigue en pie la propuesta de llevarme cuando te gradues?—Pregunta. Sonrió un poco ante aquello.

—Esa promesa te la hice hace tres años.

—¿Sigue en pie, Yoongi?

—Siempre.

Entonces me miró. Su cabello negro le llegaba un poco más de los hombros y sus ojos—también gatunos, aunque los de ella de un marrón claro.— me observaron. Pasó su mano por mi cabello y luego negó con la cabeza.

—Quedarás calvo.— Dijo, haciendo que yo ría por su comentario.— Pero te queda bien, Yoon.

—Gracias, Ji.

Como nuestros nombres se parecían ligeramente, ya que nuestros padres no tuvieron una mejor idea que llamarlos «Yoongi & Yoonji», nos llamábamos entre nosotros de esa forma. Yo era Yoon y ella era Ji. Los chicos ya la conocían, claramente, Yoonji me había obligado varias veces a llevarla en mis salidas con ellos y aunque por lo general ellos no se llevaban muy bien con las chicas, pero a Yoonji la aceptaron por completo. Quería creer que no era por ser mí hermana, quería creer que era porque habían visto lo especial que era Yoonji, ya que ella era la fabulosa de ambos. Ella era la encantadora, la amable y la simpática. Todos querían a Yoonji. 

Hasta yo lo hacía. Se suponía que debía estar celoso, ¿no? Ya que ella era la querida en la familia; pero no era así. Me gustaba que ella recibiera ese amor que a mí tanto me falto. No la culpaba a ella, nunca lo hacía. 

—Te preguntaría por Jungkook pero al verte con ese cigarro y tus ansias, no hace falta preguntar.—Comenta. Sabe bien que si empiezo a fumar es porque algo me pasa y necesito controlar mis nervios. Me conocía tan bien. 

—No entiende que no quiero ver a mamá y a papá.—Murmuré mientras bajaba mi mano para ver el cigarro entre mis dedos, así que me lo acerqué a la boca para darle una calada más y luego solté el humo lentamente.— No puedo perdonarlos cuando ellos no me pidieron perdón. Al menos, no sinceras.

—Él no conoce bien a papá y a mamá.—Ella comenta mientras se cruza de brazos.— No puedo quejarme por mí, claro. Siempre me trataron bien. Pero sí, es cierto que siempre han sido muy injustos contigo y eso es algo que hasta hoy les vivo reclamando. No los odio, pero ya no quiero estar más con ellos. 

—Falta menos.—Dije mientras sonreía ligeramente.— Con lo del trabajo y lo que tengo ahorrado podremos alquilarnos algo para ambos. 

—¡Lo sé!—Ella sonrió encantada.— Yo... Mañana tengo una entrevista. 

—¿En serio? ¿Y papá sabe?

—¡No!—Ella rió mientras aplaudía feliz.— Quiero seguir ahorrando para ese departamento que nos queremos alquilar. Porque, además, no quiero que seas el único que tenga los gastos. Es algo de ambos. 

—Siempre es algo de ambos, hermana. 

—Así es.—Ella rió mientras me quitaba el cigarro, que ya le quedaba poco y se lo llevó a la boca para darle una calada larga y expulsar el humo antes de tirar aquel cigarro y pisarlo con su bota.— Porque somos Yoon y Ji para siempre.

— Porque somos Yoon y Ji para siempre

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Fifty Shades » BangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora