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J I M I N

—Vamos, Hobi...—Gemí mientras impulsaba mis caderas a las suyas, sintiendo como el sudor de mí espalda caía lentamente, mandando cosquillas por mi piel.— Muévete, Hoseok.

Sus manos fueron a mi cadera, para controlarme en los movimientos pero aún así las quité, y seguí moviéndome sobre él. Sintiendo como su miembro entraba más en mí. Ahogué un gemido cuando tocó aquel punto que me volvía loco, impulsándome a ir más rápido. 

—Jimin, espera... más lento...

—¡No!—Me aferré a sus hombros para seguir con los movimientos feroces, sin importarme si estaba desangrándome por ser la primera vez. 

—Estás sangrando, Jimin. Espera...

Interrumpí lo que iba a decir con un beso. Al principio se negó pero cuando mí lengua tocó la suya, aumentó ahora sí sus caderas, haciendo que me separara un poco de él para gemir entre cortado por el placer que sentía.

Cerré los ojos, imaginando que eran sus manos las que tomaban mi cadera. Aquellas manos, llena de sus anillos, aquellos dedos largos, sus labios finos eran los que besaban mi cuello, no los de Hoseok. 

Mordí mi labio, impidiendo que saliera el verdadero nombre por el que gemía, por más que solo vivía en mí imaginación. 

—Oh, Dios...—Tapé mi boca impidiendo decir más. Yoongi, por favor...

Sin poder evitarlo más, sentí los espasmos apoderarse de mí y mi sustancia cayó en el pecho de Hoseok. Mordí mi labio mientras pasaba mi lengua por aquel rastro, sintiendo el gusto salado del semen y del sudor de mí amigo. 

Al parecer él ya se había corrido, ya que sacó su miembro junto al preservativo y lo tiró en el tacho de la basura, que tenía al lado de su cama. Me dejé caer a su lado, gimiendo un poco ante la sensación de haber perdido mi virginidad. 

—Iré a ducharme.—Le avisé mientras tomaba alguna camiseta blanca suya y caminaba hacía el baño. 

Abrí lentamente la puerta, ya que supuestamente los padres de Hoseok se encontraban dormidos y lo que menos quería es que me vieran desnudo y sangrando por la parte de atrás porque su hijo me destrozó el ano.

Una vez en el baño, suspiré abriendo el agua caliente y la fría, para que saliera tibia. Dejé la camiseta de Hoseok a un lado y me metí a la ducha, sintiendo como me hacía arder completamente. 

Mordí mi labio lo más fuerte que pude, hasta sentí que sangraba. Pasé mi lengua lentamente por mi labio inferior, encantándome por el sabor que emitía y cerré los ojos, permitiéndome unos minutos más en la ducha.

Ésta noche había perdido mí virginidad con un chico que, encima, no era con quién quería perderla. Pero... el que en realidad era dueño de mí pensamiento y cuerpo, no se encontraba disponible para mí. Y quizás nunca lo esté. 

Así que, por más que sea una mierda de persona, elegí perderla con aquel chico que no me veía como nada más que un amigo. No quería meter cosas sentimentales en esto, había sido solo una noche y fin. No significaba nada. 

Entonces... no supe si las lágrimas que caían en mí rostro eran debido a haber perdido mí primera vez con que no fuera él. Tampoco supe si las lágrimas que caían eran por la traición que estaba sintiendo ahora en mí pecho. Y quizás no era nada, no tenía que ser nada... 

Pero, ¿qué clase de amigo tiene un orgasmo pensando en el novio de tú mejor amigo?

Perdóname, Jungkook.

Perdóname, Jungkook

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Fifty Shades » BangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora