No sabía cómo ni porque, pero Taemin se encontraba durmiendo a mi lado.
Fruncí un poco el ceño mientras me sentaba en la cama, rascando mi nuca con ciertos nervios. ¿En serio habíamos llegado a dormir en la misma cama? Sí.
Y no. Sabía que no habíamos hecho nada. No había tenido sexo con él. Es más, hasta nos separaba una almohada que yo mismo había puesto ahí. Pero, sabía bien que su excusa de «me olvidé las llaves de mi casa, ¿te molesta si hoy duermo en la tuya?» no era más que eso... Una excusa.
¿Pero para qué, Taemin?
Suspiré un poco. Esa noche había dormido en pijama, que era una camiseta blanca y unos pantalones deportivos. Ya que por lo general solo dormía en bóxers pero el hecho de que él estuviera aquí me hizo sentir... Incómodo. No quería que viera mi cuerpo.
No quería que nadie más viera mi cuerpo.
Solo él tenía ese derecho. Solo Yoongi.
Mordí mi labio ante mi pensamiento y giré un poco la cabeza para ver a Taemin, que dormía plácidamente en el lado izquierdo de mi cama con su brazo sobre sus ojos y su boca ligeramente abierta. Era bastante atractivo, sí. Demasiado. Sin duda, mi tipo.
Pero por desgracia yo ya me encontraba jodidamente enamorado de un chico, por más que no lo veía hace años. El solo pensar en él hacía que mi corazón latiera más rápido y mi mente se nuble con su simple pensamiento.
Oh, Dios. Min Yoongi. ¿Qué me has hecho? ¿Por qué me has condenado de esta manera?
Llevé mi mano a mis ojos para fregarlos mientras me levantaba y suspiraba, por el frío que hacia. Tomé rápidamente una de mis chaquetas y me coloqué mis zapatillas lo más veloz que pude dirigiéndome hacia la puerta de mi habitación para salir.
En el comedor, pude ver a Taehyung mirándome de mala gana.
—¿Qué has hecho?—Me preguntó.
—No hice nada, Kim. No molestes.—Murmuré de mala gana.
—Te he dicho que no me cae bien y tú aún así lo traes aquí... ¡Y te haces llamar mi mejor amigo!
—Creo que las clases de actuación te están sirviendo.—Comenté mientras me dirigía hacia la heladera y la abría para sacar mi jugo de naranja.— No todo gira alrededor de ti.
—Y yo que creí que me amabas.—Fingió estar ofendido, llevándose una mano a su pecho a la vez que yo tomaba del jugo y lo miraba alzando una ceja.
—Ajá.—Pasé por el lado de él, ignorandolo por completo. Él me miró mal, frunciendo un poco sus labios.— Pórtate bien mientras voy a comprar algo para desayunar.—Murmuré mientras agarraba mis llaves y mi billetera.
—¿No puedo tener sexo con él?
—¡No, Taehyung!
—¿Ni siquiera penetrarlo?—Su voz sonó tan inocente que hizo que me estremeciera.— ¿Así de poquito?—Mostró sus dedos a una distancia mínima y yo solo pude rodar los ojos, a lo que él sonrió.— Tranquilo, fiera. No te quitaré a tu hombre.
—¡No es mi...! ¡Es mi amigo, Taehyung!
—Ya quisiera que le digas eso a Yoongi. A ver si a él le importa que su lindo bebé haya tenido sexo con otra persona que no sea él.
—¡No he tenido sexo con Taemin, Kim!—Ya me estaba sacando de quicio.— Y además, no metas a Yoongi en esto.
Sin dejar que contestará, me dirigí a la puerta principal para abrirla y cerrarla de un portazo.
Pedazo de idiota. ¿Quién se creía para decirme qué estaba bien y qué no? ¿Y por qué le debería importar a Yoongi si yo tenía sexo con otra persona? Aunque claramente, eso no sucedía.
Gruñí varias veces mientras tocaba el botón del ascensor. Taehyung podía sacarme de quicio tan fácil. Sabía que había querido hacer eso y lo había logrado. ¡Idiota!
Entré al ascensor y me apoyé en la pared de éste. Cerré los ojos unos segundos para calmarme y respirar. ¿Por qué? ¿Por qué me sentía tan miserable si pensaba que otra persona era guapa? ¿Por qué me sentía siendo una basura si pensaba en Taemin en más que solo un amigo? ¿Por qué me sentía traicionado a Yoongi?
Aún cuando él y yo no éramos nada.
Y sin embargo, yo lo seguía considerando mi todo.
Cuando sentí que el ascensor se detuvo, salí del edificio y me dirigí a una panadería, para comprar algunos dulces para el desayuno.
Era lo bueno de vivir en el centro, todo estaba tan cerca. Cuando la chica me dió lo que había pedido, tomé la bolsa y le sonreí amable mientras le entregaba el dinero.
Suspiré un poco mientras volvía a dirigirme hacia el edificio pero algo llamó mi atención.
Era un chico de cabello marrón oscuro, con algunos lunares en su rostro y una cicatriz en su mejilla.
Mierda.
Me escondí lo más rápido que pude en uno de los callejones, sintiendo mi corazón latir lo más rápido que podía. ¿Cómo? ¿Cómo había sabido que ahora éste era mi barrio? Maldita sea.
Cerré mis ojos, pensando en qué hacer. Saqué mi móvil de mi bolsillo y marqué rápidamente el número de Taehyung, que ya lo sabía de memoria.
—¿Qué pasa, amor? ¿Ya te arrepentiste? Esta bien. Ven a casa y te daré mimos, mi bebe gruñón...
—Taehyung.—Lo interrumpí, no estaba ahora mismo para sus jodidas bromas. Podía escuchar mi corazón latir lo más fuerte que podía.— Tae, pasó algo.
—¿Qué ocurrió?—Está vez su voz se hizo más seria, más a la defensiva.
—Lo encontré, Tae.—Susurré mientras observaba por la esquina del callejón, pudiendo notar que el chico seguía apoyado en el poste del semáforo, observando directamente mi edificio.— Encontré a Jungkook.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.