Fifty Shades » Bangtan

10.

× October Flashback. ×

J I M I N.

Trece de octubre. Mi cumpleaños número diecisiete.

Lo sabía aún sin abrir mis ojos. Sabía que era mi cumpleaños porque mi móvil no dejaba de sonar y podía escuchar como mi madre cantaba en la ducha. Por lo general, nunca lo hacía. A no ser que sea para mi cumpleaños o para el de mi hermano, Jihyun. Decía que cuando cantaba era porque estaba feliz. Mamá siempre estaba feliz en nuestros cumpleaños. Era la única manera de verla feliz.

Pasé mis manos por mi cara, empezando a despertar completamente y abrí mis ojos, sintiéndolos molestos por la luz del sol que de colaba en mi ventana. Estiré mi brazo hacia la mesa de luz para tomar mi móvil y ver los mensajes de KKT. Algunos eran de compañeros pasados y de algunos familiares, que solo se acordaban de mi en ésta fecha. Los demás mensajes eran del grupo que tenía junto con mis actuales amigos. Mis verdaderos amigos.

El nombre del grupo en éste día era «FELIZ CUMPLEAÑOS, ENANO.» sacándome un que otro suspiro irritado pero aún así sonreí. Eran unos idiotas, sí. Pero eran mis amigos idiotas.

Contesté todas las felicitaciones para luego poner el móvil a cargar mientras yo me iba a duchar rápidamente. Aunque sea mi cumpleaños, tenía clases ese día. Por lo general, en estos días no iba, mi madre me dejaba faltar. Pero los chicos—en especial, Yoongi— me habían dicho que no faltará. Que tenían algo para mí. ¿Y cómo negarme al chico que me gustaba?

Luego de la rápida ducha de diez minutos, me coloqué lo más casual que encontré aunque me viera bien. Unos jeans rasgados y una camiseta de mangas largas. Me senté al borde de la cama para colocarme mis zapatillas y luego peine con mis dedos mi cabello rubio.

Tenía la suerte de ir a una secundaria pública. Aunque Jihyun iba a una privada, pero porque yo lo quise así. Mi mamá, como era madre soltera, no tenía mucho para pagar a ambos en una privada y aunque yo tenía trabajo de medio tiempo, tampoco era suficiente. De igual modo, mi padre ayudaba en pagar el colegio de Jihyun. Quiso mandarme a mi también pero yo no quise. El dinero que me daba lo guardaba para la universidad, que sabía que eso sí sería importante. Y además, la mayoría se lo daba a mi mamá para que comprara cosas para la casa o para ella. Se lo merecía, era la mejor madre del mundo.

Trabajaba doble turno y aunque era médica, siempre encontraba momentos para quedarse con nosotros. Su trabajo la alejaba de vez en cuando de casa pero siempre que tenía los días libres nos la pasábamos juntos. Éramos una familia muy rota, lo sabía. Pero era mi familia y los quería.

Tomé mi mochila rápidamente y salí de mi habitación, apagando la luz detrás de mí. Escuché a Jihyun cantando en su habitación y solo rodeé los ojos, golpeando su puerta.

—Llegarás tarde.—Le avisé.

Escuché una queja de su parte pero aún así no le preste más atención. Jihyun era dos años menor que yo. Era un idiota, sí. Bastante. Quizás el mayor idiota que yo conocía. Pero también era un buen hermano. Siempre estaba para mí y yo para él. A pesar de todas las peleas, típicas de hermanos, nos llevábamos bien.

Bajé corriendo las escaleras, haciendo que casi me tropiece con mis propios pies pero logré estabilizarme rápido. Dejé la mochila en la silla del comedor y miré a mi mamá, que ya estaba poniendo dos cafés en la barra americana. Me senté en la butaca y sonreí, sin perderme un segundo más para empezar a probar aquel delicioso café.

—Felices diecisiete, mi amor.— Dijo mi mamá del otro lado de la barra mientras acariciaba mis cabellos rubios mojados. Sonreí levemente cuando deje de dar una probada al café.