Libro 1/4
Cuando eres un Demonio eres rechazada por todos, incluso por tus padres...Oh mejor dicho, por los que creias que eran tus padres.
¿Qué pasa cuando te enteras de que vives en una mentira?
¿De que no solo un demonio vive en ti?
Lo único que...
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•Elli Goulding-Beating Heart•
Me di cuenta que ya había amanecido por la luz que entraba por la ventana del baño, me levante del piso y el perrito que me acompañaba hizo lo mismo, deje el baño y camine a mi habitación para cambiarme de ropa, vi que en la palma de mi mano se encontraba la marca.
Era como una especie de tatuaje que empezaba de la palma de mi mano a mi corazón, era como una especie de ramas.
Cuando llegue a tu corazón ella ganara...
Esas eran las palabras que mi padre decía. Las marcas son de Arlet, es cuando está a punto de salir. Esta es la segunda vez que pasa, la primera fue cuando mi padre me dejo sola en casa por un asunto de trabajo, ese día la niña que quedaba en mí murió.
Pude controlar la marca la cual cubrió mi mano de un color negro, pero no sé si podre ahora, coloque unas pulseras en mi brazo para que no se notaran, sé que si Abby se da cuenta se alterada.
La marca no era tan grade como la de cuando era pequeña, las pulseras la cubrían bien.
— Solo no te enojes.... No dejes que salga...—dije viendo mi reflejo en el espejo, baje la mirada y vi al perrito sentado a mi lado.
Me dirigí al comedor donde se encontraban todos y cuando vieron que me dirigía a ellos me preguntaron cómo me sentía y les respondía que bien, pero Abby se dio cuenta de que mentí.
El perro se sentó al lado de mi silla, le daba un poco de mi desayuno y él lo aceptaba gustoso.
— ¿Donde encontraron al perro?— pregunte.
—se encontraba en el bosque— respondió Maximiliano
— ¿Te has encariñado con el perro? —preguntó Abby —sabes que es de Maximiliano.
—Sí, es muy cariñoso— empecé a rascar la cabeza del perrito — ¿qué nombre le pondrás?— pregunte viendo a Maximiliano.
Él me observo por un buen tiempo y después al perro que movía su cola feliz.
—No lo sé aún —sonrió— pero veo que te has encariñado con el, sería mejor que tú le dieras un nombre, yo soy muy malo en eso.
Una gran sonrisa apareció en mi rostro.
—siempre quisiste tener una mascota Eli, ahora dale un nombre al pequeño, cuando éramos pequeñas me diste tantos nombres.
— ¿nunca tuviste una mascota? —preguntó Axel.
Los recuerdos llegaron a mi mente.
—Ven perrito, ven — dije queriendo abrazar al perrito, pero el perro mordió mi tobillo y salió corriendo, empecé a llorar, siempre los animales me dañaban o se alejaban de mí.