||La petición||

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•Sia-Dressed in Black •

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Sia-Dressed in Black


Abby se acercó a mí.

—No pienses en eso Eli...—pidió.

—Tú no entiendes—dije negando.

—olvídalo...

—¡Cómo quieres que olvide algo que me lastimo!—grite y ella retrocedió, en sus ojos lagrimas se acumulaban las lagrimas. 

—Eli...

Me levante y entre a la mansión, no quería hablar de ese tema ahora. Me dirigí a mi habitación, quería quitarme el aroma de ese maldito rogue. Me bañe y talle todo mi cuerpo recordando ese maldito día.

Cuando me sentí mejor salí de la ducha y me recosté.

Ese día mi padre me dejo sola en casa, dijo que tenía que ir a una junta de trabajo.... todo era mentira, fue a la manada, fue con el maldito de Logan, Logan lo mando...

Mi puerta se abrió lentamente dejando ver a dos pequeñas cabecitas, los dos intentaban no hacer ruido, lo gracioso era que los escuche desde que subieron las escaleras.

—Entren—dije y los dos cayeron, me fije en April, su mejilla se encontraba cortada.

Se acercaron a mí e inspeccione a cada uno, la herida de Chad ya estaba sanando pero la de April aún no.

—¿Te hizo daño?—pregunte a April y ella negó.

—Gracias por salvarme...—los dos me abrazaron.

Pasamos un tiempo hablando y Thor se nos unió, se recostó en la orilla de la cama y April no dejaba de colocarse la poca joyería que había encontrado en mi mesita de noche. 

—Mamá quiere verte...—dijo Chad.

—Dile que venga...—pedí y salió de la habitación.

—¡Que hermoso!—grito April llamando mi atención, me enseño la cadena que encontré bajo el acantilado.

—April, coloca eso en donde lo encontraste—pedí pero no me escucho, se colocó el collar. Sus ojos cambiaron de color como los de Abril el día que vio mi futuro.

—April...—me acerque a ella y quite la cadena tirándola en el piso.

Sus ojos volvieron hacer los mismos.

—¿Que viste?—pregunte, se encontraba aún ida.

—mamá... ella se encontraba en un acantilado...

—¿qué?

—Era mamá...—repitió.

—¿April estas bien?

—Si... ¿me lo prestas?—preguntó mostrándome un anillo de corazón que tengo desde pequeña.

—Te lo regalo...—dije y comenzó a dar pequeños saltos de alegría.

Reina DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora