Reina Demonio

||Pelea Amistosa||

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Baje las escaleras esperando ver a Maximiliano. Decidí disfrutar el día y no pensar más en mis pesadillas. 

No podía dejar de sonreír ¿te ha pasado? No es muy común tener esta sensación, este sentimiento de felicidad es bueno, mi pecho ya no dolía y eso era fantástico era como desaparecer una preocupación, por primera vez en mi vida quería disfrutar un día. 

Caminaba con la cabeza agachada viendo mis pies, pero tope con alguien, sobe mi cabeza y levante la vista.

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, pero no era de miedo, enojo o tristeza, eran de felicidad.

— Dime que esto no es un sueño...—pedí cerrando los ojos.

—no lo es, Elizabeth—dijo Maximiliano saliendo de su despacho.

Me levante rápido y lo abrace.

—No llores Elizabeth...—dijo Patrick sobando mi espalda y abrazándome como si fuera una niña pequeña.

—Despertaste...—dije sin dejar de llorar—despertaste... —Por algún motivo no podía dejar de decir eso.

—si pequeña...—esas palabras me tranquilizaban y por primera vez me sentía protegida en los brazos de alguien que no fuera Maximiliano, él me fue alejando lentamente—llévame con mis mellizos y mi esposa... Por favor...—dijo y no dude en hacerlo, lo tome del brazo llevándolo al cuarto que ocupan, me fije que aún tenia vendas en la herida y eso me entristeció más, recordar el día que me salvo.

Abrí la puerta de la habitación y los tres jugaban, Patrick entro despacio y los mellizos al verlo actuaron igual que yo, Abril se les unió al abrazo y yo me sentía sola, nunca tuve un momento con mi familia así y si lo tuve fue una farsa.

— ¿Qué esperas?—pregunto Patrick haciéndome regresar de mis pensamientos.

— ¿Ah?

—Ven...—dijo abriendo sus brazos para que me uniera al abrazo. Sonreí, él era tan bueno y yo era maldad a su lado, negué con la cabeza y los mellizos vinieron a mí para que me uniera al abrazo.

Al abrazarlos me sentía cómoda, como si fuera una recién nacida en los brazos de sus padres.

Me alegra que los mellizos tengan unos padres como ellos.

Salí de la habitación para que ellos hablaran como familia y no con una intrusa.

Salí al patio de atrás, ahora no quería ver a Maximiliano y que viera mis lágrimas de un color anormal.

El día de hoy no seria tan malo, pero aun así no dejaba de pensar que me pasaba todo lo contrario a lo que quería, el destino estaba siendo un asco conmigo. 

Solo deseaba tener una familia feliz, que me quisiera y me protegiera, un mate que me amara tanto como yo lo haría con él. Pero no tenia nada de eso. 

Todo es diferente, nunca tuve familia, y estoy segura de que nunca encontrare a mi mate. Un ladrido me saco de mis pensamientos, Thor se encontraba al lado mío y ya era más grande que la última vez.

—Quizás tampoco tengo un perro...—dije y más lágrimas salieron. Quise levantarme pero alguien coloco su mano en mi hombro volviéndome a sentar.

—Ahora me dirás que paso, Elizabeth...—dijo Abby amenazante y sentándose a mi lado. 

—No importa— dije volviéndome a levantar y  ella me volvió a sentar tomándome del brazo.

—sí importa Eli, ahora dime...—dijo y me volví a levantarme, antes de que lo impidiera golpee su mano y ella se quejó del dolor.

—perdón...—dije arrepentida.

—habla Elizabeth, porque lloras y porque llegas casi muerta de la casa de tu padre—ella aún no sabía que había viajado a la manada de los demonios.

—Estuve en la manada "Red Demon" —comencé a caminar hacia donde se encontraba una mesa con distintas armas de pelea que Abby usa para practicar en casa, ella me seguía — me entere de mucho...

— ¿De qué te enteraste Eli?—pregunto preocupada Abby, la abrace ocultando mi rostro en su cuello.

—Toda mi vida fue una mentira Abby, mi padre es controlado por Logan, el alfa de la manada más poderosa de los demonios, quieren hacerme su reina y no sé por qué...—la apreté más fuerte—toda mi vida es una mentira—dije entre dientes y me separe de ella— odio mi vida...— forme puños con mis manos— nunca tuve una familia, no sé que soy ni de dónde vengo ¿Por qué soy un demonio si mi padre es un no vivo?—le pregunte y ella no me miraba— ¿también soy una no viva?—aún no me miraba y eso me entristecía —hay que ver si mi corazón también es un cristal—sonreí y tome la punta una de las puntas de flecha que Abby hace, Abby al verme intento quitármela lanzándose encima de mí.

— ¿¡Elizabeth que haces!?—preguntó histérica e intentándome quitar la punta de la flecha pero no podía.

— ¡Maldición Abby déjame!—grite y la empuje soltando la punta a la vez— ¡solo déjame de una vez, esto es lo mejor!

— ¡NO LO ES!—grito y se levantó golpeándome la mejilla con su puño, estaba sorprendida, ella nunca me había golpeado. Sostuve mi mejilla justo en donde ella me golpeo y la vi, ella se miraba arrepentida e intento acercarse a mí pero la detuve.

—Eli yo...—no encontraba las palabras y eso me enfureció, hice lo mismo que ella hizo conmigo.

—tú me golpeaste porque lo tenía merecido—dije por ella y ella se levantó regresándome el golpe que le acababa de dar, esto ya no era conversación, era una pelea, una pelea amistosa.

Ella se montó en mí golpeando mi cara y pare su puño levantándome poco a poco, torcí su brazo sin quebrarlo, sé que estamos peleando pero a ella nunca la dañaría... bueno no tanto.

Levanto la cabeza golpeándome la mandíbula y cuando la solté ella intento golpearme el estómago pero tome su pie y le sonreí.

—mala idea...—dije y voltee su pie dejando que ella cayera de cara y golpeara su nariz.

Su nariz sangraba pero no se detuvo y eso es lo que admiro de ella, siempre acaba lo que empieza. Tomo su espada de la mesa.

—toma una— dijo señalándome las espadas y tome la espada que más me gusto, Abby levanto la espada y antes de que me lastimara levante la mía de manera protectora.

Comenzamos una pelea de espadas, era como bailar pero con espadas, vi la oportunidad de quitarle la espada a Abby y la aproveche golpeando la mía con la de ella y haciendo que la soltara. Me agache rápido y estire mi pie haciendo una vuelta, mi pierna paso por las suyas y al no quitarse golpe sus piernas y ella cayo.  La punta de mi espada quedo cerca de su rostro, nuestras respiraciones estaban agitadas

—gan- —no termine las palabras porque sentí que alguien me empujo lanzándome a la piscina... eso no es tan malo si lo pensamos pero... si no sé nadar... y si mi mayor miedo es el agua.

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Capítulo dedicado a
caturra05 gracias por votar :3

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