||La marca de Arlet||

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• Reik - Noviembre Sin Ti•

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• Reik - Noviembre Sin Ti•

Temía despertar, temía que todo lo que paso anoche fuera solo un sueño, una ilusión. Pero no podemos dormir por siempre y si quieres hacerlo solo disparate a la cabeza y tu sueño será profundo.

Abrí los ojos recibiendo los rayos del sol, Maximiliano no se encontraba pero si era su habitación. Lo busque por toda la habitación pero no lo encontré. Con la misma ropa de ayer salí de su habitación y me dirigí a la mía, decidí tomarme una ducha, me vestí lo mejor posible, la sonrisa que adornaba mi rostro desvaneció al ver la marca en mi brazo, la marca se encontraba arriba del codo, Arlet lo estaba logrando, me puse una chaqueta para poder ocultarla, nadie arruinada mi día hoy, quería verlo y abrazarlo.

Baje las escaleras y ahí me encontré a Tyler con una caja rectangular demasiado larga.

— ¿Qué es eso?—se puso nervioso por mi pregunta y rasco su nunca como siempre.

—Mmm... Es ¿una caja?

—no lo sé, eso te pregunto yo ¿Qué hay en la caja?

—No lo sé...—dijo esquivando mi pregunta y a mí.

Su actitud era graciosa, me encogí de hombros y seguí mi camino.

—No debiste hacer eso —escuche las voz de Axel

Me estaba acercando a la oficina y pare en la puerta.

—lo sé, soy un idiota, no quiero hacerla sentir mal, yo...yo no debí ser débil ante la situación—hablo Maximiliano.

— ¿al menos la quieres? ¿Olvidarías todo por ella? Liza no es como las demás, ella no te hará daño—dijo Axel a Maximiliano, hablaban de mí, quería escuchar las respuestas.

No sé lo que siento por ella...—mi corazón dejo de latir—no....—caer en pedazos—ella es como todas, tarde o temprano me traicionara, lo de ayer... lo de ayer fue un error.

vamos... ahora dilo sin que tu corazón deje de latir demasiado rápido... —me aleje de la puerta al mismo tiempo que escuchaba mi nombre—Liza...—mis manos se volvieron puños, lagrimas salían de mis ojos y la puerta se abrió.

Al ver a Maximiliano las palabras salieron de mi boca,

—al menos ten la maldita decencia de decírmelo a la cara, si lo de ayer fue un error para ti, solo dilo. 

—Elizabeth yo....—intento hablar Maximiliano.

— ¿tú qué? No sé qué fue lo que te paso para que yo pague por esto, pero ten por seguro que no te dañare si eso piensas—me acerque a él con lágrimas en mis ojos— desde hoy yo no te conozco Maximiliano, desde hoy considérate muerto porque eso haré contigo.

Mi pecho dolía al decir cada palabra pero no retractaría mis palabras, salí de su oficina.

Maldito el día en que vine a esta manada, maldito el día en que lo conocí, quería sacar mi frustración, me dirigí al patio trasero y tome las flechas de Abby. Disparaba a los árboles deseando que todo fuera una mentira.

Reina DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora