Libro 1/4
Cuando eres un Demonio eres rechazada por todos, incluso por tus padres...Oh mejor dicho, por los que creias que eran tus padres.
¿Qué pasa cuando te enteras de que vives en una mentira?
¿De que no solo un demonio vive en ti?
Lo único que...
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• I don't wann a die -Hollywood Undea•
Elizabeth
Me sentía molesta conmigo misma, no debí haber dejado que Brenda me molestara, sé que hice mal y por eso Arlet me controlo.
Cuando Arlet toma el control yo tomo su lugar, y puedo ver lo que ella ve, sus pensamientos, recuerdos y lo que ve en el mundo real.
Un cazador caminaba "sigilosamente" por los árboles esperando cazar al venado.
—Arlet no lo lastimes... Por favor —pedía esperando que ella me escuchara.
Pero me ignoro y empezó a beber su sangre como lo hace un vampiro. Cerré los ojos para no ver lo que causaba Arlet.
Sé que aún puedo volver a tomar el control pero no quiero, quiero que se deshagan de mí de una vez por todas.
Arlet paro de tomar la sangre del tipo y lo tomo del cuello.
— Sabes, la gente como tu da asco—sonrió.
—se acercan, Eli—dijo y no comprendía a que se refería hasta que vi a Abril y Abby.
—Ayuda... Por favor...—dijo el hombre.
—No las lastimes Arlet...—dije y unos demonios aparecieron rápidamente en el lugar en donde yo me encontraba.
—Elizabeth suéltalo—dijo Abby a Arlet. Un demonio intento atacarme y lo tome del cuello rompiéndoselo.
—No soy Elizabeth, Abby, a estas alturas ya deberías saber mi nombre— en eso Arlet tiene razón, somos tan distintas
—Suéltalo Arlet—dijo Abril y su mano brillaba.
Arlet le sonrió y Abril comenzó a temblar, le rompió el cuello al hombre, mis manos tenían sangre de alguien inocente, de alguien que no tenía que morir y menos en las manos de Arlet.
—una bruja... Quien lo diría, pensé que tu familia había muerto
—no sé de qué hablas —dijo Abril temblando, no logre escuchar más.
Los demonios me atacaban. Estoy segura de que Arlet no quería que escuchara o viera.
Los demonios no eran muchos y no eran fuertes, no fue difícil derrotarlos pero ellos eran imaginación de Arlet, y gracias a ellos logre entrar a sus pensamientos.
Cerré los ojos
— ¡TIENEN QUE BUSCARLA!—gritaba una mujer de cabello negro y un vestido largo rojo.
— Pe... Pero mi señora, han logrado esconderlas... No hay resultados, todos nuestros aliados las buscan—dijo un hombre que tenía un parentesco con mí padre.
