<< Kira: A pesar de su apariencia un tanto siniestra es muy buena amiga de sus amigas, le encanta reír. Le gusta Valkyon y no lo esconde.
Tanto Ran como Halane portaban una cara de miedo, el temor de ser pilladas era demasiado. Ran hizo que Halane se escondiera debajo de la cama del jefe. La elfa, mientras tanto, distraería a dicha persona que estaba entrando.
—Joder, que susto me has dado. ¿Qué haces aquí?— El elfo entró en escena.
—Ezarel...— Por un lado estaba aliviada por otra parte, preocupada por la que estaba debajo de la cama.— Acabo de terminar de colocar tu ropa.—
—Oh, buena sirvienta. Puedes retirarte.— Hizo un gesto con la mano indicando que se fuera.
La elfa salió lentamente de la habitación. Halane aún seguía debajo de la cama. Cerró la puerta una vez estando fuera, apoyada contra ella suspiró.
—¿Como hago para que Ez salga y se aleje de su cuarto...?—
Pensó durante unos segundos, tenía que pensar rápido. ¿Qué es aquello que haría que Ezarel saliera de su hábitat natural durante unos segundos?
—Miel...— Susurró nuevamente. Tocó a la puerta y el elfo respondió.— Quisiera pedirte un favor.— Pero el elfo no se levantó siquiera abrirle.—
—¿Qué quieres? Te dije que te fueras.—
—Verás... Hay un libro en la biblioteca que quisiera coger pero no alcanzo ni con la escalera... ¿Podrías ayudarme?—
Al otro lado se escuchó una carcajada que parecía resonar en todo el C.G., claramente eso era un "no me molestes con tonterías".
—Te daré un tarro de miel si me ayudas.—
Silencio. Eso era lo que escuchó la elfa, hasta que pasados unos segundos, aquella puerta se abrió.
—¿Qué libro es?—
Ran sonrió disimuladamente ante su victoria, el ir a la biblioteca le daría tiempo a Halane para salir. De camino, Ezarel le preguntó sobre la competición.
—Ya has entrenado, ¿verdad?—
—Si—
—¿Crees que tienes posibilidades de ganar?—
—Rotundamente... No.—
La miró de forma brusca intimidándola. —Pasado mañana será el festival. Más te vale conseguir el premio.—
Cuando terminaron en la biblioteca, el elfo regresó a su cuarto. El tarro de miel se lo tendría que dar mañana. Por suerte pudo ver a Halane fuera del cuarto de Ez. Respiró aliviada, "Me debes una Halane", pensó la elfa mientras la veía alejarse con una prenda del elfo, el cual parecía ser parte de la ropa interior.
Dos días quedaban. Mientras seguía con las tareas del elfo y buscando una forma de conseguir ganar aquella competición. Cuando por fin tuvo unos minutos de libertad de todo el lío del festival y demás cosas, se fue directamente al Cerezo Centenario. Sumida en sus pensamientos una voz femenina hizo que se sobresaltara.
—Vaya... Así que realmente los rumores son ciertos, eres la "asistente personal de Ezarel"— Aquella joven sonrió maliciosamente, todas sabían la actitud que tenía, y no era nada buena.
—Hola, Tanya.—
—También sé de primera mano que tienes que conseguir ganar esa competición. Yo podría ayudarte si quieres, a cambio de algo.—
—¿Y de qué ayuda hablas?—
—Vamos, en el fondo sabes que sólo una poción de fuerza podría hacer que ganases.—
—Están prohibidas, ya lo miré junto con Nifer, además, harían que el cuerpo también se transformase, llamaría la atención—
—No, si usas la que yo tengo.—
La chica de cabellos negros con nombre Tanya, le tendió una poción de un color rojizo a Ran. Le indicó que tenía que beberla justo en el momento que la fuera a utilizar, pues su efecto sólo duraría tres horas, las justas para completar el torneo. Esa poción tenía algo raro, el líquido brillaba en tonos dorados, nuestra elfa no recordaba ninguna poción de fuerza que hiciera ese efecto, pero hasta ahora era la única forma que tenía para ganar.
ESTÁS LEYENDO
Del odio al amor... y viceversa
FantasyLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...