Dos elfas, mismo lugar, distintos propósitos. El causante de todo: Un elfo llamado Ezarel.
—Hola... Ewe...—Entraba por la puerta cojeando. Pero la enfermera no le dejo que terminara de saludar.
—Siéntate.—
Bajo la mirada de Eweleïn, Ran se colocó en la camilla. Esta le revisó el tobillo.
—¡Ay!— Se quejó Ran ante el agarre de la enfermera.
—¿Cómo te has caído?—
—¿Eh? Pues yo iba caminando y... caí con algo.—
—¿Estabas sola?—
—Si. ¿Por?—
—Como siempre te veo detrás de Ezarel.—
—No... No iba con Ezarel. Mi vida no gira entorno a él.—
Cuando acabó de vendarle el pie y darle unos medicamentos para la inflamación. Ran los miró dudosa.
—Tranquila. No están envenenados ni nada de eso. Si quisiera que desaparezcas usaría otros métodos menos llamativos.—
Antes de que nuestra elfa se marchara, se giró hacia Ewe. El trato que la enfermera tuvo con ella todo ese rato, había sido borde.
—Eweleïn... ¿Estas molesta conmigo porque soy asistente de Ezarel?—
—No. Ahora márchate.—
Ran suspiró y obedeció. Como pudo se dirigió a su cuarto. Le había mandado reposo unos días hasta que pudiera movilizar su pie por completo.
Desde su cuarto, escuchaba a la gente pasar, todos estaban ocupados, menos ella. Ni tareas del elfo, ni misiones. Nada.
Por el momento, mientras que nuestra elfa descansa pasemos a sus amigas.
Alguna de las chicas estaban juntas haciendo una misión para Kero. Tres para ser exactas. Yachi, Liadan y Kira.
—Qué raro...—Dijo Kira mientras veía a Ezarel pasar.
—¿El qué?— Preguntó curiosa Lia.
—No va con él.—
—¿Y dónde está Ran?—Yachi preguntó y las tres se quedaron mirándose.
Unos gritos resonaron por el C.G. Todos se quedaron asustados, la voz era la de Miiko, quien estaba enfadada con un miembro de la guardia.
—Pobre infeliz que este siendo mutilado por los gritos de esa loca.—Dijo Halane, quien se encontraba junto a Meiling y Red.
—¿Vamos a ver de quien se trata?— Mei se levantó dispuesta a ir.
—Entonces nos regañaran a nosotras.— Comentó Red.
Las tres jóvenes fueron hacia la sala del cristal. Un inmovible Jamón custodiaba la entrada. No podrían asomarse mientras que el fiel brazo derecho de Miiko estuviera ahí. Solo les quedaba distraerlo.
—Muy bien, yo me encargo.—Halane, segura de si misma, puso en marcha su plan.
Se acercó a Jamón mientras este la observaba caminar hacia él. Apoyada en uno de sus enormes brazos, empezó hablarle.
—Oye...Jamón.—Puso una voz seductora.—¿Cuánto ejercicio haces para tener esos brazos?—
El pobre Jamón la miraba un tanto confuso, ninguna chica de la guardia le había hablado antes así. Halane había sido la primera.
Pero curiosamente eso funcionó. Con Jamón distraído, Meiling y Red pudieron asomarse y ver a Miiko junto a Leiftan regañando a Tanya.
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Del odio al amor... y viceversa
FantasyLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...